Una de las principales reivindicaciones a la política económica kirchnerista, es la renegociación de la deuda en default encarada en 2005, momento en el que se habría plantado frente a los acreedores producto de lo cual logró una fuerte reducción de la deuda.
Algunos llegan a sostener que a partir de ese momento, la deuda "no es un condicionante central para la economía ni por magnitud ni por su horizonte de vencimientos" y de ahí concluyen que no hay ningún problema en pagarla. Desde esta visión, han justificado el "desendeudamiento", que ha convertido a la etapa kirchnerista en uno de las épocas en las que más se ha pagado a los acreedores. A pesar de lo cual no ha habido mucho desendeudamiento.
Veamos si realmente puede decirse que la deuda no condicione la economía argentina.
En 2005, la deuda alcanzaba los 180 mil millones de dólares. Luego de la renegociación, la deuda total pasó a 126 mil millones de dólares, a los cuales tenemos que sumar otros 27 mil millones que siguieron en default. De la parte de deuda renegociada, lo que se presentó como una quita del 75%, fue en realidad una reducción del monto de la deuda que no llegó al 40%. Esto fue así por el reconocimiento de los intereses devengados durante una parte del período de default.
A partir de ese momento, la deuda ha crecido casi 25%. Este considerable aumento se ha dado a pesar de el gobierno no tiene acceso a los mercados financieros desde 2007.
Es cierto que, producto de las dificultades para acceder al crédito y de los vencimientos de capital reconocidos durante estos años, la relación deuda PBI se ha reducido.
Por otra parte, la nacionalización de las AFJPs implicó que una gran cantidad de títulos pasaron a manos de la ANSES. Como este organismo -y otros- fue el principal destinatario de las colocaciones de deuda de los últimos años, una parte importante de la deuda está fuera del mercado, y es deuda intra Estado. La relación deuda en el mercado asciende sólo al 17% del PBI, que asciende al 25% del PBI si sumamos la deuda con el club de París y otras deudas con organismos internacionales y surgidas de acuerdos bilaterales. En términos comparativos, se puede sostener que la deuda no constituye un drenaje de reservas de tal magnitud que amenace con una crisis externa en la economía argentina, como en los '80.
Sin embargo, si consideramos el total de la deuda pública, la relación deuda PBI está en 48%, es decir nivel cercano al que había alcanzado en el final del gobierno de la Alianza. Esto no implica riesgo de una crisis de deuda porque en gran parte de salda entre agencias públicas.
Sin embargo, que la deuda sigue siendo un severo condicionante de la economía argentina se muestra en que desde la renegociación los pagos de intereses de deuda han representado entre un 15 y un 20% del presupuesto del gobierno nacional. Incluso aunque gran parte de la deuda se resuelva intra estado, esto limita recursos que podrían utilizarse para obras públicas o muchas otras alternativas distintas a sacrificarlos en el altar de los mercados. El financiamiento con la ANSES, el PAMI o mediante el uso de reservas no son gratuitos desde este punto de vista, sino que implican la inhibición de recursos para otras fuentes. Como se ve en el grafico, durante el kirchnerismo ya se han pagado más de u$s 45 mil millones, contando los 10 mil que se entregaron de un saque al FMI.
Por otra parte, la propia dinámica fiscal se ha deteriorado a partir de la renegociación de la deuda. 2007 fue el ultimo año de verdadera holgura fiscal. Pero ya ese mismo año empezaron los maquillajes a las cuentas públicas para disfrazar la tendencia deficitaria, en la cual el pago de la deuda es una de las principales causas, junto con los subsidios a los empresarios para solventar sus ganancias (Ver acá para más detalle sobre el maquillaje de las cuentas fiscales).
Desde 2009 el superávit fiscal es inexistente, y ésto sólo se cubre gracias a los superávit de ANSES y los giros de ganancias del BCRA. Y todo esto, en unos años de condiciones internacionales extraordinarias que han permitido un fuerte incremento de la recaudación tanto por el impulso a la actividad interna, como por los derechos de exportaciones.
Mientras tanto, para sortear la deuda pública no sólo se está incurriendo en una fuerte creación de deuda intra sector público que relativiza el planteo del desendeudamiento, sino que a esto se suma la utilización creciente de otros mecanismos como el uso de reservas y la apuesta al impacto de la inflación sobre la recaudación. Toda una serie de mecanismos que vienen preparando una situación explosiva a futuro, cuyas consecuencias ya estamos viviendo en una inflación galopante maquillada por el INDEC, pero que en los próximos años podría salir completamente de control.
Una situación que se hubiera evitado si, en vez de proclamar el desendeudamiento para pagar como unos chabones, se hubiera declarado el no pago de la deuda, junto con el monopolio estatal del comercio exterior y del comercio de divisas, y la nacionalización de la banca bajo control de los trabajadores. Sólo de esta forma se podrá terminar con la sangría de la deuda. En las antípodas de la política K.
Algunos llegan a sostener que a partir de ese momento, la deuda "no es un condicionante central para la economía ni por magnitud ni por su horizonte de vencimientos" y de ahí concluyen que no hay ningún problema en pagarla. Desde esta visión, han justificado el "desendeudamiento", que ha convertido a la etapa kirchnerista en uno de las épocas en las que más se ha pagado a los acreedores. A pesar de lo cual no ha habido mucho desendeudamiento.
Veamos si realmente puede decirse que la deuda no condicione la economía argentina.
En 2005, la deuda alcanzaba los 180 mil millones de dólares. Luego de la renegociación, la deuda total pasó a 126 mil millones de dólares, a los cuales tenemos que sumar otros 27 mil millones que siguieron en default. De la parte de deuda renegociada, lo que se presentó como una quita del 75%, fue en realidad una reducción del monto de la deuda que no llegó al 40%. Esto fue así por el reconocimiento de los intereses devengados durante una parte del período de default.
A partir de ese momento, la deuda ha crecido casi 25%. Este considerable aumento se ha dado a pesar de el gobierno no tiene acceso a los mercados financieros desde 2007.
Es cierto que, producto de las dificultades para acceder al crédito y de los vencimientos de capital reconocidos durante estos años, la relación deuda PBI se ha reducido.
Por otra parte, la nacionalización de las AFJPs implicó que una gran cantidad de títulos pasaron a manos de la ANSES. Como este organismo -y otros- fue el principal destinatario de las colocaciones de deuda de los últimos años, una parte importante de la deuda está fuera del mercado, y es deuda intra Estado. La relación deuda en el mercado asciende sólo al 17% del PBI, que asciende al 25% del PBI si sumamos la deuda con el club de París y otras deudas con organismos internacionales y surgidas de acuerdos bilaterales. En términos comparativos, se puede sostener que la deuda no constituye un drenaje de reservas de tal magnitud que amenace con una crisis externa en la economía argentina, como en los '80.
Sin embargo, si consideramos el total de la deuda pública, la relación deuda PBI está en 48%, es decir nivel cercano al que había alcanzado en el final del gobierno de la Alianza. Esto no implica riesgo de una crisis de deuda porque en gran parte de salda entre agencias públicas.
Sin embargo, que la deuda sigue siendo un severo condicionante de la economía argentina se muestra en que desde la renegociación los pagos de intereses de deuda han representado entre un 15 y un 20% del presupuesto del gobierno nacional. Incluso aunque gran parte de la deuda se resuelva intra estado, esto limita recursos que podrían utilizarse para obras públicas o muchas otras alternativas distintas a sacrificarlos en el altar de los mercados. El financiamiento con la ANSES, el PAMI o mediante el uso de reservas no son gratuitos desde este punto de vista, sino que implican la inhibición de recursos para otras fuentes. Como se ve en el grafico, durante el kirchnerismo ya se han pagado más de u$s 45 mil millones, contando los 10 mil que se entregaron de un saque al FMI.
Por otra parte, la propia dinámica fiscal se ha deteriorado a partir de la renegociación de la deuda. 2007 fue el ultimo año de verdadera holgura fiscal. Pero ya ese mismo año empezaron los maquillajes a las cuentas públicas para disfrazar la tendencia deficitaria, en la cual el pago de la deuda es una de las principales causas, junto con los subsidios a los empresarios para solventar sus ganancias (Ver acá para más detalle sobre el maquillaje de las cuentas fiscales).
Desde 2009 el superávit fiscal es inexistente, y ésto sólo se cubre gracias a los superávit de ANSES y los giros de ganancias del BCRA. Y todo esto, en unos años de condiciones internacionales extraordinarias que han permitido un fuerte incremento de la recaudación tanto por el impulso a la actividad interna, como por los derechos de exportaciones.
Mientras tanto, para sortear la deuda pública no sólo se está incurriendo en una fuerte creación de deuda intra sector público que relativiza el planteo del desendeudamiento, sino que a esto se suma la utilización creciente de otros mecanismos como el uso de reservas y la apuesta al impacto de la inflación sobre la recaudación. Toda una serie de mecanismos que vienen preparando una situación explosiva a futuro, cuyas consecuencias ya estamos viviendo en una inflación galopante maquillada por el INDEC, pero que en los próximos años podría salir completamente de control.
Una situación que se hubiera evitado si, en vez de proclamar el desendeudamiento para pagar como unos chabones, se hubiera declarado el no pago de la deuda, junto con el monopolio estatal del comercio exterior y del comercio de divisas, y la nacionalización de la banca bajo control de los trabajadores. Sólo de esta forma se podrá terminar con la sangría de la deuda. En las antípodas de la política K.
2 comentarios:
Maquillaje de las cuentas fiscales - estan usando la misma solución ahora en Brasil para sostener los gastos del gobierno - engañar a la gente. Pero como no endeudarse si los gastos publicos siguen mayores que la recaudación, aunque uno no pague la deuda pasada? Altas tasas de interés, o sea, más endeudamiento.
La crisis no parece ser del capitalismo, pero la misma crisis política de gobiernos que gastan más de lo que tienen, dejando que eso explote en el futuro en las manos de otro. La dilución de la culpa y de los culpables.
Gaspa: comparto con vos que hay una estructura de gasto muy dificil de sostener. Pero creo que esto surge de haber retomado los pagos de la deuda pública a partir de 2005. Esto puede llegar a ocupar un 20% del presupuesto anual. O sea que si hoy no se estuviera pagando deuda, habría superávit sin necesidad de maquillaje.
Al respecto, acá en argentina se hace mucha alharaca respecto del gasto social, pero salvo que incluyamos ahí las jubilaciones como hace el gobierno, los números son bastante bajos.
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