viernes, 29 de marzo de 2013

La crisis, los "ritmos desiguales" y las tendencias al agravamiento de las tensiones imperialistas

Las reflexiones de Paula Bach sobre las contradicciones que atraviesan la política alemana para enfrentar los distintos frentes de la crisis europea y las tensiones que estos vienen generando, plasmadas en este post, suscitaron una interesante respuesta de Adrián C. que compartimos con los lectores.

Es verdad que existe una desigualdad en los tiempos de la crisis que, hasta el momento, ha significado que los escenarios más catastróficos no se hayan desarrollado. Los rescates e intervenciones relativamente sincronizadas del comienzo de la crisis evitaron los escenarios más temidos para la burguesía mundial. Asimismo, el crecimiento de los países “emergentes” fue un contrapeso a la caída más abrupta de las potencias principales. La cuestión es que se terminó el periodo de “sincronización” en la intervención de los estados y, por otro lado, difícilmente los países emergentes puedan seguir jugando el rol de contención que han jugado hasta ahora. La realidad muestra que existen múltiples estrategias geopolíticas en juego donde los distintos “focos” de litigio se interrelacionan unos con otros. Es probable que se estén acumulando contradicciones como pocas veces en la historia del capitalismo.
El “foco” europeo: Un punto para pensar es el de una posible ruptura del histórico eje franco-alemán. El rescate a Chipre, es estratégicamente para Alemania un contundente paso adelante en la semicolonizacion de una parte (chica en este caso) de Europa. Es la primera vez que se impone una condición tan leonina, que no solo afecta a grandes empresarios sino que de hecho es una expropiación a miles de ciudadanos chipriotas. Desde hace algún tiempo se vienen acumulando roces entre el gobierno Francés y el Alemán sobre la forma en hacer frente a la crisis (Eurobonos, rescates, etc.). Otro de los hechos en estas semanas que compromete dicho eje es la votación de Hollande, en conjunto con Cameron, contra Merkel en la cuestión Siria, lo cual significa un giro importante. Francia  e Inglaterra plantearon en la cumbre en Bruselas levantar el embargo de armas a los rebeldes sirios. Alemania, tuvo que apoyarse en su histórico aliado (Austria) en esta cuestión. Como bien dice el diario El País de España: “Una imprevista alianza entre François Hollande, el presidente francés, y David Cameron, el primer ministro británico, amenaza con romper la unidad en el seno de la UE y dar un giro al conflicto sirio”. Si el plan estratégico alemán (La semicolonizacion de una parte de Europa) empezaba a tener roce con los EEUU, a esto tenemos que agregar hasta donde llegaran estas fricciones con Francia, y como continuara su relación con Rusia.  
En cuanto a la situación económica, varios informes hablan de parálisis manufacturera y de servicios en toda la zona menos en Alemania. “Sondeos recientes muestran que la actividad manufacturera y de servicios en toda la región, salvo Alemania por supuesto, está cayendo” (The Wall Street Journal, 16 de Marzo).
En cuanto al problema europeo, nosotros dijimos: "A más de dos años de estas afirmaciones, este conflicto (…) se ha seguido desarrollando con el intento de EE.UU. de crear un bloque anti-Merkel, apareciendo Washington como más “europeo” y “keynesiano” que Berlín lo que le ha permitido acercarse a los gobiernos con mayores problemas de endeudamiento o al mismo Hollande” (EI 28). Si efectivamente Francia avanza en su alejamiento de Alemania, las alianzas empiezan a hacerse más claras y las rivalidades interimperialistas tenderán a agudizarse. Es por esto que el giro Hayekiano Alemán es indudablemente un elemento desestabilizante para el conjunto de la geopolítica mundial, en momentos no catastróficos de la crisis.
Por otro lado, EEUU sigue con su visión de largo plazo de mirar al pacifico. "El secretario de Defensa norteamericano, Chuck Hagel, ha anunciado hoy en el Pentágono el despliegue de 14 interceptores de misiles en Alaska y la instalación de un radar en Japón, ante la retórica beligerante de Corea del Norte. “Vamos a fortalecer nuestras capacidades de defensa de misiles en varias formas, debido a las crecientes amenazas de Irán y Corea del Norte”, ha dicho Hagel en rueda de prensa” (El País de España, 15 de Marzo). Todo esto no solamente es peligroso dado el lugar que ha ocupado China en el mundo sino por el lugar de “mutua complementariedad” que tiene con USA, donde cualquier intento de modificar el actual esquema, no solamente es comprometido para el propio país, sino que es objetivamente un “ataque” al otro. Todo esto en medio de lo que comenta Paula sobre “hasta qué punto la relativa recuperación norteamericana es un freno para la caída de China”. Además hace poco Li Keqiang sustituyó a Wen Jiabao como primer ministro de China. En relación a esto, plantean en El País: “Los expertos aseguran —y los propios líderes lo han reconocido— que China ha llegado a un punto de inflexión y debe impulsar ambiciosas reformas, que permitan a la segunda economía del mundo seguir creciendo a fuerte ritmo. Estas exigen un cambio profundo de modelo para centrarlo en el consumo doméstico, en lugar de las exportaciones y la inversión”. De pretender avanzar hacia eso China tendrá consecuencias, no solo internamente, sino con su relación con los EEUU.
Para pensar en los escenarios mas probables, el problema que enfrenta el capitalismo es que los 2 principales focos de conflictos están íntimamente interrelacionados (El “foco” europeo y el “foco” del pacifico). Como dice Paula: 
Quiero decir que,la desigualdad entre Estados Unidos y Europa que a través de la relación con China podría propiciar una situación de relativa calma económica durante el próximo año, podría a su vez ser la base para un mayor avance alemán sobre la eurozona. Esta situación podría ser el punto de partida de la combinación de una recesión mucho mayor en Europa y un eventual fortalecimiento de Alemania en la relación de fuerzas internacionales. Una situación tal plantearía un recrudecimiento de las tensiones entre Alemania y Estados Unidos como consecuencia (y esto es lo interesante), no de una gran agudización de la crisis, sino de una relativa calma económica que le permita a Alemania un avance parcial sobre su "patio trasero. 
Esto es correcto para mí. Yo le agregaría que lo que hace difícil la resolución de la contienda, es que tanto la estrategia Alemana, como la Yanqui, son de difícil imposición en “condiciones pacificas”. Al tratarse de problemas históricos, la resolución, para un lado o para el otro, significa objetivamente un aumento de las tensiones en las disputas interimperialistas.
Por otro lado, no parece para nada fácil seguir “pateándola para adelante”. Incluso este último escenario (seguir pateando para adelante la resolución de los problemas más históricos para evitar escenarios más catastróficos de la lucha de clases, o guerras) es (también) altamente inestable. Una suerte de “Japonizacion” de la economía mundial (aunque no en el sentido estricto del crecimiento casi nulo que tuvo este país en los noventa) sería problemática. En EI 25 decíamos: “…Para decirlo de otra manera, en el plano interno Japón optó por mantener la cohesión de su estructura política y social modernizada por arriba –con todos los límites que esto significa después de su derrota en la Segunda Guerra– y que la crisis no diera lugar a un avance en la lucha de clases, a costa de postergar su recuperación económica…” Aun optando por una sobrevida del actual esquema de división mundial del trabajo, y prefiriendo “mantener la cohesión de su estructura política y social modernizada por arriba” para evitar “avances en la lucha de clases”, el capitalismo sigue sin poder dar respuesta a sus problemas más históricos.
Quizás, uno de los principales obstáculos que el capitalismo tiene para permitirse (como mínimo) otra prolongación forzosa del actual tablero mundial, es que parecen complicadas las salidas de tinte reformista. Por mas rescates (incluso sincronizados) que se hayan hecho, el capitalismo no está en condiciones de articular políticas tipo New Deal (Tampoco parecen surgir por ahora líneas tipo capitalistas de estado). 

…Justamente por esto, el éxito del nuevo “New Deal” (…) no es simplemente algo “no seguro” sino imposible en las condiciones actuales, porque la Segunda Guerra Mundial y la destrucción masiva de fuerzas productivas a la que condujo no son un elemento entre otros, sino la clave para explicar las condiciones de posibilidad del boom de posguerra. En este sentido, la recuperación que comenzó a inicios de la década de 1980, a pesar de comprender la depresión de los salarios a nivel internacional y múltiples derrotas al movimiento de masas, y de que las sucesivas crisis oficiaron como “limpiezas” parciales de capital sobrante, no tuvo como sustento una destrucción de fuerzas productivas comparable a aquella de la Segunda Guerra Mundial sobre la cual se basó el boom posterior… (“En los límites de la restauración Burguesa”, EI 27).

A diferencia del momento que los EEUU sacaron el NEW DEAL, no estamos ahora en presencia de un Imperialismo en ascenso. Recordemos que Trotsky se refería a esa política, como una política “norteamericana por excelencia”, en el sentido de que es una línea que solo es posible para naciones muy ricas. Las respuestas keynesianas a la crisis (que en última instancia solo impiden que el capitalismo “sincere” su estado de salud actual) no solo ya se demostraron ineficientes, sino que parece tener poca base para reproducirlas a gran escala.

…En última instancia, una salida capitalista al empantanamiento actual, al “estado crónico de actividad inferior a la normal” sin “tendencia marcada ni hacia la recuperación ni hacia el hundimiento completo”, pero acompañado de convulsiones permanentes, requeriría al menos como precondición inicial, de una nueva destrucción masiva de capital con las infinitas penurias que ello conllevaría para los trabajadores y el movimiento de masas. Y también demandaría de alguna nación pujante como lo fue Estados Unidos hacia el final de los años ‘30, dispuesta a establecer su propio orden. Pero el concepto de guerra entre estados, como necesidad, es la negación de la idea de reforma. Y es esa negación la que alumbra a su vez la posibilidad de la subversión del orden existente o sea, la posibilidad de revolución. En la idea y en la práctica de la revolución, se encuentra la solución a la “paradoja keynesiana” y la respuesta a cómo lograr las “ventajas” de la guerra en el sentido de la planificación y la centralización de las fuerzas productivas, en condiciones de paz… (Nota de Paula Bach, EI 28)”.
Vale decir, sí la “paradoja keynesiana” es como lograr las “ventajas” de la guerra en el sentido de la planificación y la centralización de las fuerzas productivas, en condiciones de paz…”, la “paradoja Hayekiana” es como lograr las “ventajas” de la destrucción masiva de capitales, sin alterar las condiciones de paz.
Algunas consideraciones sobre la época
Al finalizar la primera guerra mundial, surgía inexorablemente una contradicción producto del resultado mismo de la conflagración mundial. Los principales ganadores no tendrían que haber sido quienes fueron, y los principales perdedores tampoco. Aquí pasó como en el futbol, los partidos no se ganan por merecimiento.
El economista marxista Isaac Joshua hace una buena síntesis sobre el período de entreguerras diciendo que la primera guerra mundial puso sobre el tapete los problemas de la época, y la segunda los resolvió. Nosotros podríamos hacer alguna analogía parecida, comparando los 2 últimos grandes “conflictos” (en este caso económicos) que tuvo el capitalismo de postguerra. Si la crisis de los setenta “se contentó con poner al día los problemas”, todavía  no hemos tenido ningún “episodio” que se encargue de resolverlos. Más bien la actual crisis, tiene mucha relación con la forma en la que se salió de la crisis de los setenta, y por ahora las fugas “hacia adelante” no hacen otra cosa que patear la “resolución principal”. La forma en la que el capitalismo organizó su tablero de ajedrez no va más, y hasta ahora por mas rescates que se hayan realizado, todo tendió a darle sobrevida a un esquema que está terminado o en crisis mortal (la relación de reciprocidad de USA-China, la alianza estratégica del eje Franco-Alemán, etc.).
La restauración burguesa le dio una sobrevida importante, pero no significó un “cambio de paradigma”. 
…En este sentido, si para finales de la década de 1820 se podía decir que si bien el absolutismo había conquistado una “sobrevida” tras la derrota de Napoleón esto no significó la regeneración de las condiciones que le dieron origen, hoy podemos decir algo muy parecido del capitalismo, que si bien la derrota del ascenso 1968-1981 (…) abrió el camino a la restauración otorgándole una sobrevida al capitalismo, éste ha sido incapaz de revertir sus condiciones históricas de declinación como sistema social... (En los límites de la “restauración burguesa”, EI 27).
Con la incorporación de China al complejo tablero de la economía mundial objetivamente el capitalismo utilizó una composición orgánica del capital más baja que le permitió una recuperación de la tasa de ganancia a nivel mundial (aunque hay varias visiones sobre que tanto se recuperó). El problema es que ni la crisis de los setenta ni la crisis actual han podido destruir los capitales que la situación ameritaba (según algunas cifras, la segunda guerra mundial destruyó casi un tercio del capital mundial) con lo cual la forma en la que operó la restauración burguesa no le permitió al capitalismo “revertir sus condiciones históricas de declinación como sistema social”. Quizás desde hace décadas el capitalismo presencia una subdestruccion de capitales cuasi crónica. Y hoy por hoy, lo que no va más (en términos históricos, no de coyuntura) es el relativo equilibrio que consiguió el capitalismo con la restauración “neoliberal”. Por todo eso, de generalizarse la “línea alemana” mas hayekiana estaríamos ante un intento más “serio” de atacar los problemas históricos del capitalismo, y de “postularse” definitivamente como la gran competidora al imperialismo yanqui, que hasta ahora más bien tuvo una línea “neokeynesiana” que, paradójicamente, conspira con llevar hasta el final una estrategia de resolución de los problemas más estructurales.
 
En un intercambio muy interesante entre Chipi y Chingo de julio de 2008, este último decía lo siguiente:

Pero incluso desde este ángulo las tendencias a la  ruptura del equilibrio neoliberal tiene un elemento nuevo que es el salto cualitativo en la decadencia hegemónica de EEUU, y la situación inédita históricamente de un cierto "vacio hegemónico" distinto a la lucha abierta por la hegemonía que caracterizo al periodo de entreguerras, pero tal vez igualmente peligrosa para la estabilidad capitalista. ¿A dónde irá la situación mundial con estas coordenadas económicas, políticas y geopolíticas? ¿Cómo se lograra un nuevo equilibrio capitalista  en estas circunstancias bastante complicadas para el capital, pero que cuenta a su favor como inercia del periodo anterior de años de dominación estalinista del movimiento obrero y la fragmentación neoliberal , con una fuerte crisis de subjetividad del proletariado y del marxismo al menos al inicio de la ruptura del equilibrio? Yo no sé pero creo que hay que prepararse para acontecimientos más históricos...
El “gran” problema del capitalismo Imperialista actual es que debe dar respuesta a un problema histórico, que hace a los cimientos mismos de su estructura. De no hacerlo, parece muy difícil que se pueda lograr “un nuevo equilibrio capitalista”. Esto no es para vaticinar guerras ni nada por el estilo; justamente un elemento estabilizante (no a largo plazo) a sido la desigualdad en los tiempos de la crisis, que le ha permitido cierto maneje de la misma a las elites burguesas mundiales. Ahora, “la situación inédita históricamente de un cierto "vacio hegemónico" empieza a transformarse, pues los principales países imperialistas, ya no solo manifiestan visiones estratégicas distintas, sino que empiezan a dar pasos concretos para llevarlas adelante (Alemania). De generalizarse eso (aun en una situación no catastrófica de la economía) podríamos presenciar un salto en las rivalidades interimperialistas, que empiecen a achicar las tijeras que existen entre la coyuntura de “relativa calma” y los problemas más históricos del capitalismo.  

jueves, 21 de marzo de 2013

La presión sobre el dólar y la crisis del “modelo”


 
Artículo publicado en La verdad obrera n° 515

Pablo Anino y Esteban Mercatante



La escalada del dólar paralelo a $8,75 alarmó al gobierno. Cristina Fernández convocó ayer de urgencia al gabinete económico disparando rumores varios de internas. Mientras la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont culparía del salto del “dólar blue” al director de la AFIP, Ricardo Echegaray, por el anuncio del aumento al 20% del recargo a los paquetes turísticos (era del 15%), Echegaray recriminaría a del Pont laxitud en el control de la compra de dólares. También habría divisiones alrededor de las alternativas entre un desdoblamiento cambiario que sincere lo que existe de hecho, o reforzar los controles.
En la temporada turística, economistas oficialistas tranquilizaban con la idea de que la suba del blue era estacional por la demanda de dólares de los viajeros. La realidad los desmintió. El salto estacional creó un nuevo piso alrededor de $8, cada vez más cerca de $9, acelerado de la mano de los últimos anuncios de Echegaray. Hoy está un 71% por encima del cambio oficial.
El “modelo” en problemas
Aunque el mercado blue es reducido, actúa como expresión de los desajustes de una política oficial que capea los problemas que acumula la economía nacional sin resolverlos.
La presión sobre el dólar tiene raíces profundas. La inflación puso fin al dólar “caro”, uno de los pilares del alto crecimiento conseguido con la megadevaluación de 2002 (que dio un mazazo al salario). Numerosos empresarios aducen problemas de “competitividad” y exigen compensaciones, aunque muchos siguen amasando ganancias formidables.
El dólar “barato” contribuyó al crecimiento de las compras al extranjero, lo que Moreno trató de frenar exigiendo declaraciones juradas para las importaciones. Pero los problemas estructurales conspiran contra estos intentos. La “recompra” de YPF se hizo en pos del autoabastecimiento, pero no terminó con la importación de combustibles, una millonaria aspiradora de dólares.
Pese al “cepo” al dólar, por la inflación es conveniente el turismo en el exterior, y esto también drena divisas. Las empresas imperialistas presionan para remitir ganancias a sus casas matrices sin trabas. También la deuda externa sigue siendo una importante fuente de demanda de dólares. Si hay acuerdo con los buitres en la corte de Nueva York habrá otro zarpazo a los dólares del Banco Central.
El fracaso de la “sintonía gruesa”
Con el cepo el gobierno buscó penalizar la compra de dólares (aunque a la vez creó un formidable negocio para algunos amigos que acceden al dólar al cambio oficial). Pero con trabas y todo, el que apostó al dólar en el último año ganó. Quien compró un dólar blue a $6 hace unos meses, lo vende hoy con una ganancia de más del 40%. Por eso, la caída de las reservas del Banco Central se aceleró y acumula pérdidas por más de u$s 10 mil millones desde 2011.
La última iniciativa de contención fue el planteo de Moreno sobre un posible dólar oficial a $6 para fin de año. Pretendía dar previsibilidad y contener el drenaje, pero fue rápidamente desmentido por el jefe de gabinete. Las dudas sobre la cantidad de dólares que entrarán por la soja, las noticias sobre la pérdida de reservas por salida de depósitos del sistema y los anuncios de Echegaray dinamitaron cualquier contención y llevaron al salto de estos días. Se muestra el fracaso de la política de un mercado paralelo “ilegal” y se desmiente la afirmación de que el mercado blue no tendría incidencia.
Esto hace prever un giro en la política, que podría ir en el sentido de legalizar el desdoblamiento, estableciendo distintas cotizaciones (un dólar financiero, otro turista y un tercero para compras al extranjero y exportaciones). Otra posibilidad es explicitar el ritmo de devaluación del peso, como en tiempos de la “tablita” del recientemente fallecido Martínez de Hoz. Cualquiera de estas alternativas podría hacer desbarrancar los precarios acuerdos de precios que el gobierno espera utilizar para limitar las paritarias. Otra alternativa es profundizar lo actuado hasta ahora, tratando de penalizar aún más las compras de dólares, una medida de dudosos resultados.
Las distintas variantes hacen prever un golpe al poder adquisitivo de los trabajadores. Lo mismo puede esperarse de las alternativas de la oposición patronal, que exigen liberar el tipo de cambio y terminar con subsidios y controles de precios.
Es necesario pelear por cláusulas gatillo para los salarios, control obrero y popular de los precios. Sólo la nacionalización de la banca, el no pago de la deuda, el monopolio estatal del comercio exterior y el control de los flujos de capitales, junto con la apropiación íntegra de la renta agraria e hidrocarburífera mediante la expropiación de las grandes propiedades y empresas petroleras, puede evitar que las salidas a los desequilibrios del “modelo” descarguen los costos sobre el pueblo trabajador. Todas medidas que sólo puede tomar un gobierno de los trabajadores.