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martes, 21 de octubre de 2014

Cuando el mundo ya no trae buenas noticias


Publicado hoy en La Izquierda Diario

La economía argentina atravesó los últimos años de fuerte deterioro -que obligó por ejemplo a imponer el cepo cambiario desde fines de 2011- ayudada por condiciones económicas internacionales que actuaron como contratendencia, enlenteciendo el desarrollo del fin de ciclo económico. Las desigualdades que caracterizaron a la economía internacional bajo impacto de la crisis, acarrearon elementos favorables para el país: el fuerte crecimiento de la economía china mantuvo la demanda para los granos que el país exporta, mientras que estos mostraron además altos precios, que reforzaron su tendencia alcista gracias a la fuerte expansión monetaria encarada por EEUU para impulsar la recuperación económica.

De esta forma, la Argentina contó con el los dólares de la soja como base para surfear una estrechez de dólares, resultado del déficit energético, del vaciamiento económico causado por la deuda y la fuga de capitales reforzada por la especulación. Adicionalmente, el boom en los precios de los commodities (que incluye granos tanto como minerales e hidrocarburos) está en la base de las altas expectativas que genera la economía argentina para los más voraces inversores globales: Vaca Muerta, considerado el yacimiento de hidrocarburos no convencionales con mayor potencial de desarrollo en el mundo según un estudio de la consultora Accenture. Los altos precios del petróleo de los últimos años generaron perspectivas de elevada rentabilidad para inversiones en explotaciones no convencionales, mucho más costosas que la extracción de yacimientos convencionales.

Este viento a favor perdió fuerza, y hay síntomas de que podría transformarse en viento en contra.

miércoles, 15 de octubre de 2014

La recesión no frena el alza de precios

http://www.laizquierdadiario.com/IMG/arton4053.jpgLos precios al consumidor registraron en septiembre una suba del 2,48 por ciento respecto del mes anterior según el IPC Congreso, es decir las estimaciones de las consultoras privadas relevadas por legisladores de la oposición. La medición interanual mostró un alza de 41,06 por ciento. A pesar de que la economía se encuentra en caída, y terminará el año con una disminución que diversos cálculos ubican entre 1,5 y 3 %, y de que el consumo se desplomó en septiembre nada menos que 8,2% según informó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), esto no hace mella en el proceso inflacionario, que se mantiene.
 

jueves, 21 de agosto de 2014

Lo dice hasta el IndeK: más desempleo en la nueva etapa del “modelo”

Gastón Ramírez

Los anuncios del gobierno de establecer una nueva negociación con los fondos buitres, se dieron en simultáneo con la publicación del Indec sobre los datos de empleo. Su informe confirma el deterioro en el mercado de trabajo en sintonía con los datos publicados por el Ministerio de Trabajo de la Nación hace una semana.
Una primera imagen de la situación laboral en el país arroja que la población económica activa (PEA), es decir las personas que tienen una ocupación o que sin tenerla la están buscando activamente, alcanza a 11.884.000 personas. Entre ellos quienes tienen empleo son 10.994.000 y los desocupados llegan a 890.000 personas que buscan trabajo. Así es que la tasa de actividad -que mide la relación entre la PEA y la Población Total, es del 44,8%, y la tasa de empleo (cantidad de empleados/PEA) se ubicó en 41,4%. En términos interanuales ambas bajaron 1,7%. Es de destacar que si la tasa de actividad no hubiera caída, la tasa de empleo habría disminuido más. Si se proyecta estas tasas sobre la población activa del país, 1.343.000 personas están desocupadas y 1.681.000 subocupadas.
Con la economía en estancamiento o recesión -según la fuente informativa que se tome-, se observa un marcado deterioro de la situación laboral de los trabajadores en todo el país. El desempleo tuvo una suba del 0,3% en términos interanuales (32.000 personas más buscando empleo) y se ubica en un 7,5% durante el segundo trimestre del año. Asimismo, se redujo el número de personas que trabajan menos de 35hs semanales, considerados subocupados , que pasaron del 9,7% al 9,4% interanual. En este resultado se combina una leve suba del 0,1% -interanual- de los subocupados que buscan trabajo -porque con el que tienen no les alcanza para vivir.-
Este cuadro indica que no sólo sube el número de personas que pierde el empleo y sale a buscar; sino que también hay un deterioro de la “calidad” del empleo. Hay un crecimiento de quienes trabajan menos de 35hs semanales y entre ellos de quienes buscan más trabajo.
Salta a la vista, además, al contrario de lo que se intentaba mostrar desde el gobierno, que la desmejora en el empleo no comenzó este año. Según eI propio INDEC, en la evolución de los indicadores se observa un pico máximo en la tasa de actividad y de empleo en el segundo trimestre del 2013, con valores de 46,5% y 43,1% respectivamente; y a partir de ese momento comienza una caída sistemática de ambos. Como contrapartida, la tasa de desocupación y de subocupación, tuvo un mínimo en el 4to trimestre de 2013 con valores de 6,4% y 7,8% respectivamente; y desde ese momento las tasas de desempleo y subocupación tienen una suba sistemática. El ajuste no se inició con la devaluación que el gobierno pretende que tuvo que hacer “forzado”, sino que viene de antes.
Por último, según las regiones, en GBA-Ciudad de Bs. As. y Pampeana, el desempleo se ubica en 7,7% y 8,9% respectivamente, superando la media del 7,5% de los 31 aglomerados urbanos. Por debajo se ubica Patagónica (6,7%), Noroeste (6,5%), Cuyo (5%) y Noreste (3,3%).
Tal como analizamos acá, si bien los despidos y suspensiones, no alcanza aún los niveles críticos de 2009, cuando se perdieron más de 300 mil puestos; no obstante, una economía que marcha hacia atrás y una incierta negociación de la deuda en default, abren el juego a las patronales que ponen al empleo como variable de ajuste. El plan oficial combina maniobras para seguir pagando a los buitres, presión a las empresas con la "Ley de Abatecimiento", con una serie de planes (“PRO”) como el Repro o subsidios a quienes contraten nuevo personal de escaso poder de fuego si se profundizan los despidos. El gobierno se encuentra en una encrucijada que el mismo armó y con medidas cada vez más descontroladas, pretende frenar los efectos de las políticas “ortodoxas” que lanzó desde que profundizó el ajuste sobre el salario con las paritarias por debajo de la inflación, la devaluación y la suba de las tasas de interés, junto con el pago serial de la deuda y la fuga de millones de dólares que reeditan la crisis estructural de reservas (“restricción externa”). Los intentos de una política “anticíclica” poco pueden hacer por detener los efectos de una política oficial que “empalmó” con las tendencias recesivas que venían operando en la economía.
La respuesta a la defensa del empleo no viene desde arriba, sino por abajo, en la enorme resistencia de los trabajadores despedidos de LEAR y en la inmediata ocupación y puesta a producción por parte de los gráficos de la imprenta Donnelley, se encuentran muy buenos ejemplos de cómo pararle la manos a quienes quieren meter el ajuste sobre el pueblo trabajador.


miércoles, 13 de agosto de 2014

El (des)empleo en tiempos de ajuste

 Gastón Ramírez y Esteban Mercatante




Como se explica acá, la economía argentina se enfila desde comienzos de año en un ajuste a paso veloz, que agravó las tendencias al deterioro de la actividad que ya eran visibles desde 2012. Devaluación en enero, sumada al cepo a la importación que volvió a agravarse , los impuestos a los autos de alta gama, las dificultades para endeudarse en el exterior, la suba de las tasas de interés que junto con paritarias negociadas por debajo de la inflación, provocaron un freno en la producción y en el consumo que impactó en el conjunto de la actividad económica durante los últimos 6 meses. Con el default que el gobierno pretende negar, estas tendencias seguramente se agravarán.

Pero el impacto del ajuste -que no le fue impuesto al gobierno sino que es un resultado directo de sus decisiones políticas- en el empleo ya es palpable. De acuerdo a los datos que arroja la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) del Ministerio de Trabajo de la Nación en el segundo trimestre de 2014 se observa un deterioro del mercado de trabajo y una desaceleración en la creación de empleo. Algunos sectores como la industria o la construcción en donde muestran las situaciones más difíciles de suspensiones y despidos, y otros sectores como comercio y los servicios donde hay pérdida de empleo más bien por goteo. Pero en todos los sectores se observa una tendencia al deterioro.
Según la encuesta del Ministerio el empleo formal registrado tuvo una caída del 0,3% durante el segundo trimestre en relación al primer trimestre del año, aunque en términos interanuales hubo una tenue suba del 0,5%. Si analizamos la tasa de entrada (contrataciones) y salida (desvinculaciones) del mercado laboral, ambas experimentan una baja a partir del primer trimestre del año. Hay menos contrataciones y menos renuncias.
El dato resonante aparece en el crecimiento de las suspensiones que alcanzan a 6 de cada mil empleados, siendo la cifra más elevada desde el último bajón del empleo en 2009. Sólo en la industria automotriz (terminales y autopartes) se registran más de 15.000 suspensiones.
En el análisis por aglomerados urbanos donde se realiza la encuesta, el empleo formal cae entre el segundo y el primer trimestre del año, en Gran Buenos Aires (0,1%), en Gran Córdoba (0,7%), en Gran Rosario (1,5%), en Gran Mendoza (1%), en Gran Tucumán (0,8%), en Gran Santa Fe (0,9%), en Gran Paraná (0,1%) , a excepción de Gran Resistencia donde hubo una suba (2,4%).
En el caso de las ramas las que caen son Comercio, Restaurantes y Hoteles (-0,3%) y Construcción (-4,6%) comparando con el año pasado. Según fuentes sindicales hubo 2.200 despidos en los restaurantes de CABA, más de 15.000 despidos en la construcción, 2.000 en Tierra del Fuego (UOM) y algunos frigoríficos que cerraron en Córdoba o en Buenos Aires. El dato más llamativo se registra en la industria que habría crecido un 0,4% interanual, cuando estudios privados recientes indican que hubo una caída del 2% en el mismo período, según la UIA.
La menor actividad económica como es habitual se hace sentir más en las pequeñas empresas que son las primeras en ajustar, así lo indica el informe, las pequeñas tuvieron una reducción del empleo del 0,6% y las grandes del 0,3%. Y en el caso de los trabajadores los sectores más flexibles son los que registran los índices más elevados en las bajas de personal de las empresas, entre Mayo y Junio, las bajas por motivo “finalización de contrato por tiempo determinado” sube casi el doble del 8,6% al 15%.
El informe agrega que el 70% de las empresas no realizan búsquedas de personal actualmente. El 59% de ellas prevé realizar contrataciones de personal, aunque es un valor inferior al 70% de un año atrás.

No alcanza con parches
Aunque el gobierno venía minimizando la situación anunció la semana pasada algunas medidas de crisis. El Programa de Inserción Laboral financia con sumas que parten de los 2.700 pesos hasta la mitad del sueldo del nuevo personal que tomen las empresas, en caso de que la compañía adhiera también al Régimen de Promoción del Trabajo Registrado (Ley 26.940) con la cual se disminuyen las cargas patronales. También se vuelve a subsidiar a las empresas que presenten preventivos de crisis con el REPRO, que aumentó de 1.500 a 2.000 pesos por empleado, bajo el compromiso de que no despidan personal. Estas medidas tienen como máximo un plazo de entre 6 a 12 meses. Teniendo en cuenta que los planes oficiales son más bien de contención del empleo ya creado, difícilmente alcancen el objetivo oficial de crear 800.000 puestos de trabajo. Lo que puede si otorgar, son nuevos motivos para que los empresarios, aceleren sus acuses de crisis y se adhieran a estas nuevas facilidades fiscales mientras dure el bajón de la actividad económica y puedan así mantener sus ganancias y sus negocios. Pese a que en el discurso donde presentó estos anuncios Cristina Fernandéz volvió a denunciar que los grandes empresarios que se la llevaron en pala durante estos años, el gobierno, decidió poner más plata del Estado para subsidiar a los empresarios. No sólo esto, sino que el gobierno implementa su propia versión de un régimente de pasantías (ProEmplear) que durante un tiempo de “capacitación” pagará a los jóvenes inscriptos en ProgREsAr (que venían recibiendo 600 pesos mensuales) hasta 2.600 pesos mientras dure la capacitación (6 meses) y 2.700 pesos de salario cuando sean incorporados a una empresa durante un año, montos a todas luces irrisorios. La flexibilización laboral avanza rampante enmarcada en un discurso de “inclusión”.
Ya 2009 mostró que estas medidas no impiden que las patronales descarguen los costos de la crisis sobre los trabajadores. Por mucho uso que hayan hecho entonces las empresas de los dineros oficiales (que hoy son más escasos que hace 5 años), la destrucción del empleo superó los 200 mil puestos de trabajo. Por eso, los diputados del Frente de Izquierda presentaron en el congreso un proyecto para prohibir los despidos y asegurar a todos los trabajadores un salario acorde a la canasta familiar, medidas que la diputada oficialista Diana Conti rechazaba ayer en Minuto Uno diciendo que estamos en un país capitalista y por eso es impensable prohibir los despidos (a confesión de partes...).
Por lo demás, la histórica lucha de Lear, el ataque que enfrentan los trabajadores de Donnelley con la quiebra trucha y cierre de la planta sin aviso (así como Gestamp, y Emfer y Tatsa) muestran que, para gobierno, empresas, y burócratas sindicales afines (una infame “triple alianza”), la “defensa del empleo” sólo aplica en el mejor de los casos cuando pueden asegurarse una plena disciplina. Los “díscolos” (es decir aquellos sectores donde los trabajadores apoyan a delegados de izquierda o combativos) son atacados, despedidos y suspendidos en el mismo momento en el que el gobierno anuncia medidas “para defender los puestos de trabajo”. Sólo con la lucha, impulsando la coordinación y tomando como bandera la defensa coordinada contra los ataques de esta “triple alianza”, podremos los trabajadores defender las condiciones de trabajo y pelear por mantener el empleo.