martes, 24 de junio de 2014

ProCreAUTO: estímulo para las empresas, mientras sigue el ajuste sobre los trabajadores

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Esteban Mercatante y Gastón Ramírez 
En el día de ayer, el gobierno lanzó el plan ProCreAUTO con el objetivo de estimular las ventas en el sector automotriz. Esta industria viene en fuerte caída, ya desde fines de 2013. De acuerdo con las estadísticas de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), en los primeros cinco meses de este año la fabricación de vehículos nuevos cayó 22% y la venta a concesionarios bajó 32% respecto al mismo período del año anterior. 
Los créditos de ProCreAuto serán por tres meses y tendrán un plazo de repago de hasta 60 meses en cuotras fijas, a una tasa del 17% para clientes del Banco Nación y el 19,2% para no clientes, y la cuota podrá alcanzar hasta un 30% del ingreso mensual. 
Aunque la tasa configura una línea de crédito a tasa muy baja, bien por debajo de los créditos que el mismo Banco Nación venía ofreciendo con el préstamo Nación Mi Auto (que financia hasta el 50% en autos usados y hasta 80% en 0km, por 18 meses con tasas de interés de hasta el 29% anual), la contracara no menor, es que los precios de los autos cargan importantes aumentos, que el gobierno valida en los hechos al estimular las compras con estos niveles de precios. 
Aunque la Ministra de Industria Débora Giorgi utilizó una retórica dura contra las empresas, llegando a decir que “Se pegaron un tiro en los pies” al aumentar "excesivamente" los precios a principios de año y demonizar el impuesto contra los vehículos de alta gama, el plan convalida buena parte de los "excesivos" aumentos de precios. Mientras que los autos llegaron a aumentar hasta un 30% desde enero, según Giorgi los autos incluidos en el plan incorporan rebajas en los precios de entre 3% y 13%. Si buena parte del hundimiento del sector automotriz se debe a la voracidad de los empresarios para aprovechar el mercado cautivo local dando un zarpazo en el río revuelto que generó la fuerte devaluación promovida por el gobierno, ahora el gobierno estimula las compras "exigiéndoles" apenas una moderada baja en los precios. Hace unos días, la Ministra Giorgi había planteado que deberían disminuir un 10%, lo cual ya de por sí era poco. Los anuncios de ayer promedian una caída de apenas el 5% en los precios de 26 modelos. Por eso, aunque desde el sector no se privaron de señalar las insuficiencias del plan, es un premio para los remarcadores compulsivos. 
Cristina miente cuando dice que es una ventaja este plan para los trabajadores que van a pagar cuotas fijas como el año pasado y van a contar con salarios un 30% superior este año. Las paritarias por ahora no alcanzan el 30% en promedio y la inflación ronda el 40% anual, por consiguiente, el poder adquisitivo del salario sigue a la baja y las posibilidades de comparar autos son menores. El ajuste sigue en pie. Este nuevo regalo a la industria, que arrastra una baja en la producción respecto a un año record como fue el 2013, le podría permitir incrementar en al menos 50.000 unidades la producción y subir un 10% su facturación, superando las 660.000 unidades previstas para este año. 
Esta política oficial de ayuda a una industria que puede mostrar números de producción récord gracias a los numerosos estímulos y protecciones estatales que permitieron su crecimiento, tiene como correlato una política dura hacia los trabajadores. Hemos visto como la ministra intervino directamente, cual representante empresaria, contra la conciliación obligatoria dictada por la Provincia de Buenos Aires en el conflicto de Gestamp, luego de que 9 trabajadores resistieran subidos durante días a un puente grúa contra el plan de la autopartista de imponer 67 despidos. Conciliación que el propio Ministerio de Trabajo provincial anuló apenas 48 hs. despúes de haber dictado, dejando vía libre al ataque de la empresa con activa intervención del SMATA contra los despedidos.
En las automotrices aún no hay despidos abiertos, pero las suspensiones extendidas, que ya afectan a 14 mil trabajadores, constituyen de por sí un primer paso de ajuste sobre los trabajadores. Aunque en la mayoría de los casos se mantiene el pago del 100% del salario de bolsillo (a diferencia de las autopartistas donde en muchos casos se está suspendiendo con pagos del 80%), las automotrices redujeron con las suspensiones el costo salarial que afrontan, ya que dejan de pagar obligaciones previsionales. La experiencia de 2009, muestra además que las crisis son convertidas por las empresas en una oportunidad, para flexibilizar las condiciones de explotación de la fuerza de trabajo (como hemos analizado en más detalle, acá). El gobierno da vía libre a esta avanzada empresaria, buscando que no se extiendan los despidos pero dejando hacer en el plano de las suspensiones -con los consiguientes ajustes sobre el salario-, mientras regala créditos para incentivar compras, con los encarecidos precios fijados por las automotrices y concesionarias. Contrariamente a lo que sostiene la ministra, que dice que estamos ante un Estado que "no regala porque son los recursos de los argentinos", ProCreAUTO es un nuevo ejemplo de socialización de una parte de las pérdidas autogeneradas por la voracidad empresaria, mientras que otra parte de dichas pérdidas recae sobre los trabajadores. 
Un plan para defender las condiciones de trabajo, se pone por el vértice a la política del gobierno nacional. Desde la bancada del diputado Nicolás del Caño, se ha presentado en el Congreso nacional un proyecto de ley que tiene por objeto la prohibición de los despidos y las suspensiones. Como plantea Sergio Folchieri, delegado de VW (Córdoba) acá "si se produce menos, se deberían repartir las horas de trabajo entre todos los obreros, reduciendo la jornada sin tocar los salarios". Punto de partida fundamental para contraponer una respuesta obrera a los planes del gobierno, la empresa, y el sindicato rabiosamente propatronal dirigido por Pignanelli. Como concluye Folchieri, "es necesaria una coordinación obrera argentino-brasilera, para que ante el chantaje de “me voy a Brasil” o “me voy a Argentina”, impongamos mejores e iguales condiciones laborales, los mismos poderes adquisitivos y el reparto del trabajo entre todas las manos disponibles, sean argentinas o brasileras".

domingo, 22 de junio de 2014

Entrevista: que implica la decisión de la corte suprema norteamericana y cuál es la posición de la izquierda

El fallo de la corte de los Estados Unidos rechazando la apelación de la Argentina y ratificando el fallo del juez Griesa, exigiendo el pago a los fondos buitre. Que implicancias tiene el fallo? Que son los fondos buitre?


El análisis de Pablo Anino y Esteban Mercatante, economistas del semanario La Verdad Obrera y la Revista Ideas de Izquierda.









La semana pasada luego del fallo que rechaza la apelación de la Argentina ante la Corte de EEUU y obliga a pagarle a los fondos buitre, el jefe de gabinete Jorge Capitanich, el ministro de economía Axel Kicillof y el Secretario de Legal y Tecnica Carlos Zanini realizaron una reunión, a puertas cerradas, en el Congreso Nacional con los Jefes de las bancadas. El diputado Nicolás del Caño participó de esta reunión. Pateando el Tablero le realizó una entrevista donde nos comentó en que consistió esta reunión y cual es la posición de la izquierda respecto a este fallo.


jueves, 19 de junio de 2014

Son todos buitres

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Por cadena nacional la Presidenta expuso el lunes algunos de los hitos de la historia del saqueo que es la deuda externa. Se detuvo en los negociados y estafas que significó el blindaje, en el final del gobierno de la Alianza, maniobra que significó un formidable crecimiento de la deuda, que no permitió la bancarrota ni el default, pero sí sirvió para llenar los bolsillos de varios banqueros. Pero aunque parecería que el alegato no podría tener otra conclusión que declarar el no pago a los usureros, sólo concluyó con una denuncia a los “extorsionadores”, que serían los “fondos buitre”.


Pese a la denuncia del lunes, retomada el martes por el ministro de Economía, el gobierno proyecta un nuevo ciclo de endeudamiento. A pesar del traspié de estos días, esa apuesta quedó en stand by pero no fue descartada. Para compatibilizar esta intención con las declamaciones “nacionales y populares”, es necesario sostener que la deuda no es siempre parte del problema. Que, esta vez, será diferente. La historia no parece darles la razón.

En La Verdad Obrera 574, seguimos dando cuenta de las novedades de la crisis abierta por el rechazo de la Corte suprema norteamericana a la apelación presentada por el estado argetino, ante el fallo que obliga a pagar a los buitres que no ingresaron al canje. Pablo Anino escribe "Se acaba el relato del “desendeudamiento”, se reabre la crisis de la deuda". En otro artículo, damos cuenta de "La historia sin fin de la deuda".

En entrevista al diputado Nicolás del Caño, este plantea que "La izquierda exige una consulta popular, apostando a la movilización masiva". 

miércoles, 18 de junio de 2014

Deuda: la izquierda exige consulta popular



Comunicado de prensa del diputado Nicolás del Caño finalizada la reunión de Capitanich, Kicillof y Zanini para exponer sobre la respuesta al rechazo de la corte norteamericana.











Al salir de la reunión que se realizó esta mañana en el Congreso nacional entre los ministros Jorge Capitanich y Axel Kicillof, el secretario legal y técnic


Nicolás del Caño: (011) 15 2309 1046 / (0261) 470 6345 | @Nicolaso Carlos Zanniniy los presidentes de los bloques de Senadores y Diputados, Nicolás del Caño, diputado nacional del bloque PTS-Frente de Izquierda, declaró a la prensa presente en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso: "En primer lugar rechazamos una reunión cerrada a espaldas de los millones de argentinos integrantes del pueblo trabajador, más aún tratándose de un tema que hace al futuro de todos, y por eso planteamos que se abrieran las puertas para que puedan transmitir en vivo y en directo todos los medios de difusión presentes. Se negaron. La izquierda plantea que la crisis de la deuda, incluyendo los pagos al Club de París, debe ser debatida por todo el pueblo y no en reuniones a puertas cerradas. Sostenemos que se le debe consultar al pueblo cómo resolver este tema crucial para la soberanía nacional.



La izquierda rechaza de plano el fallo del juez Griesa avalado por la Corte de los EE. UU., sencillamente porque marca una prepotencia imperialista que pretende que Argentina sea una colonia total al servicio de la burguesía financiera internacional. Rechazamos todo pago y toda negociación con los llamados fondos buitre, a diferencia de lo que sostiene el oficialismo y la mayoría de las bancadas de la oposición. Hoy quisieron esconder cómo se pactaba entre todos estos ’pagadores seriales’ de la deuda externa..


Del Caño prosiguió: "El Gobierno nacional recibió de Griesa y la Corte de EE. UU. una dosis de su propia medicina: creyeron -con el aval de la mayoría de la oposición- que ’haciendo los deberes’, arreglando con el Ciadi, haciéndole un pago multimillonario a los vaciadores de la Repsol, pactando el pago con el Club de París de una deuda contraída en gran parte por la dictadura militar iban a conseguir créditos baratos. Por el contrario, el insaciable capital financiero internacional responde con este fallo: quieren más y más, y el Gobierno y la mayoría de la oposición firmaron hoy un pacto que, tras rimbombantes palabras de soberanía, busca seguir la senda del pago a la Repsol y al Club de París, es decir, seguir entregándose a los designios del capital financiero, otro pacto más de coloniaje".


"La extorsión que realizan los llamados fondos buitre no es diferente a todo el mecanismo de la deuda externa. Solo bajo los Gobiernos kirchneristas se pagaron más de 173 mil millones de dólares, como lo afirmó la propia presidenta CFK, llegando a sostener orgullosamente que somos pagadores seriales. Es inadmisible que se pretenda hacer pasar esta negociación como una patriada cuando no es otra cosa que seguir honrando al capital financiero. El acuerdo con el Club de París y la indemnización a los vaciadores de Repsol, saludadas con bombos y platillos por la amplia mayoría de la oposición, han sido una clara muestra de las prioridades de este Gobierno, que prefiere destinar miles de millones a los extorsionadores y no a los millones de argentinos que sufren graves problemas de vivienda, a la salud y a la educación públicas o al transporte", esbozó el diputado del Frente de Izquierda.


Para finalizar, Del Caño agregó: "Los diputados del Frente de Izquierda somos los únicos que planteamos el rechazo al fallo de Griesa, como así también al pago a los vaciadores de la Repsol y al acuerdo con el Club de París. Somos los únicos que hoy como ayer planteamos una medida elemental de soberanía nacional como es el no pago de la deuda externa. Que el pueblo decida soberanamente".





Contacto:Del Caño |www.facebook.com/NicolasDelCano.PTS

martes, 17 de junio de 2014

Las implicancias de la decisión de la corte norteamericana de rechazar la apelación

Hace unas semanas, señalábamos en este post la existencia de dos temporalidades en la economía argentina de 2014. Por un lado, la estabilización lograda en el plano más crítico, es decir la situación del tipo de cambio y la posición de reservas del banco central, ganada a fuerza de devaluación, suba de tasas de interés, ardides varios, y disciplinamiento en las negociaciones paritarias. Es decir, un combo de ajuste ortodoxo bastante profundo. Por otro lado, el ingreso de la economía en recesión, en el marco del cual se registra una severa caída de la industria automotriz y otras relacionadas. La recesión es un resultado directo del ajuste, así como del deterioro de las ventas al exterior de automóviles, especialmente a Brasil.
En las últimas semanas esta segunda dimensión es la que había ganado visibilidad, por las suspensiones en las terminales automotrices y en algunas autopartistas, acompañadas de despidos a sectores de activistas en algunas de estas últimas. Con el rechazo de la corte norteamericana a tratar la apelación presentada por el gobierno argentino al fallo de Griesa, el plazo del que goza la estabilización cambiaria se acorta. Las dos temporalidades se fusionan; pasamos a un horizonte cercano en el que se puede volver a complicar el terreno cambiario y volver la presión sobre las reservas, al mismo tiempo que la economía se sigue deteriorando.
La resolución del lunes golpea en varios puntos sensibles, creando una desestabilización de conjunto. Veamos:
  •      En primer lugar, se van agotando las instancias a través de las cuales el gobierno puede seguir postergando una salida de fondo para los bonistas que rechazaron los canjes. Las condiciones que rigen para la deuda soberana, a las cuáles se obligaron sucesivos gobiernos argentinos al emitir deuda (incluyendo los de Néstor y Cristina en los canjes), permiten que los bonistas que no quieran avenirse a lo que acepta una mayoría de acreedores cuando se produce una reestructuración, tengan libertad para seguir litigando por mejores condiciones. De esta forma, aunque se produzca una reestructuración “exitosa”, es decir aceptada por amplia mayoría de los tenedores de títulos públicos, la cuestión puede seguir en litigio para los que no acepten reestructurar. A esta “extorsión” se avino el gobierno argentino cuando negoció; aunque se buscó minimizarla, para comprobar ahora que no es nada menor. A pesar de dos canjes “exitosos”, el litigio de apenas una parte de los que no ingresaron al canje hace peligrar la regularización de toda la deuda. Con el rechazo de la corte, queda firme el fallo de Griesa, y los tiempos y variantes de negociación se reducen. El gobierno está obligado a negociar o buscar alternativas para evitar las consecuencias del fallo (como cambiar el domicilio de pago para escapar al embargo o canjear los bonos por otros de jurisdicción argentina) a contrarreloj, con lo cual el default técnico se vuelve un fantasma real. Si el gobierno se decidiera por la negociación, esta se produciría ahora con la confirmación de un fallo adverso, sin que la corte norteamericana se haya avenido siquiera a dar un plazo de gracia haciendo consultas con el gobierno, lo cual debilita la posición del gobierno y fortalece la de los bonistas. Si decide pagar en Buenos Aires sería declarar una desobediencia al fallo (desobediencia hecha con el fin de seguir siendo puntuales pagadores al 93% que reestructuró), que podría dar lugar a eventuales embargos (recordemos lo que ocurrió con la Fragata libertad en Ghana), pero sobre todo dinamitaría cualquier posibilidad de vuelta a los mercados, ya de por sí ensombrecida. Aunque los tiempos se abreviaron considerablemente, ninguna definición tendría que tener lugar en lo inmediato. Por lo pronto, puede pedir a la corte que revise el caso, lo cual significa 25 días más. Esto significa que pago de los bonos Discount del 30 de junio no estaría amenazado. Posteriormente, quedará por ver si Griesa accede a los pedidos del fondo MNL, de Paul Singer, de acelerar el pedido de pago o se abre una instancia de negociación.
  •      El punto crítico, con todo, no está en lo que ocurrirá con la deuda, que puede repercutir muy severamente pero en el mediano plazo, sino con la ganada estabilidad cambiaria. Después de la fuerte devaluación de enero, la suba de interés para contener a los ahorristas en pesos y frenar el escape al dólar terminó de desinflar el mercado blue a partir de febrero. Las paritarias, que no terminan de cerrarse, están terminando en la mayoría de los casos con una caída de los salarios reales, lo cual significa que tuvo cierto éxito la estrategia de descargar los costos del ajuste sobre la clase trabajadora. Para garantizar que con este ajuste se pudiera llegar a 2015, la apuesta era la vuelta a los mercados. Hace ya varios meses que se habla del “desendeudamiento heterodoxo” y fórmulas por el estilo, para cubrir el hecho de que, cuando las papas quemas, la apuesta vuelve a ser la emisión de deuda, cuyas gravosas consecuencias hemos visto varias veces en las últimas décadas. A pesar de los deberes cumplidos por el gobierno con el Club de París, el Ciadi y Repsol, la amenaza de default técnico se convierte en una traba para poder emitir deuda a tasas accesibles. Esto significa que los dólares con los cuales se apostaba a cubrir los pagos de deuda en dólares y blindar al Banco Central ante eventuales corridas, no estarán ingresando. Como la inflación no cede, podemos esperar que se reinicie la especulación por un nuevo ajuste cambiario. El panorama se agrava por la respuesta –también “extorsiva”- que los bancos están mostrando ante a la decisión de poner tope a las tasas de interés para créditos personales y cuotas de las tarjetas. Bajaron la tasa de interés que ofrecen a los ahorristas, para desalentar los depósitos, lo cual significa más pesos que podrían volcarse rápidamente a la compra de billetes verdes. Frustrado el recurso a los mercados internacionales por el momento, acá también el gobierno pierde el manejo de los tiempos. ¿Qué significa esto? Que próximamente veremos seguramente un recrudecimiento del dólar blue y más presiones para devaluar. Esto significaría más presión inflacionaria y para reabrir paritarias. Pero el panorama de deterioro del empleo será utilizado por las patronales para hacer que los trabajadores reciban todo el peso de los ajustes.

La combinación de ajuste y vuelta a los mercados para dosificar sus ritmos, está entrando en ruinas antes de empezar. Esto preanuncia un forzado ajuste a ritmo más fuerte. La burguesía y sus representantes políticos en el oficialismo y la oposición coinciden en un punto: el ajuste debe recaer sobre los trabajadores. Aunque el gobierno declaró varias veces que su política es que el empleo no se vea afectado, las restricciones fiscales y la incapacidad de endeudarse restaron cualquier poder de fuego para plantear seriamente medidas anticíclicas.
La encerrona actual es el resultado de haber permitido alegremente durante los años de “vacas gordas” que la gangrena de la deuda, las remesas empresarias, la fuga de capitales y el deterioro de la matriz energética se expandieran y drenaran recursos. Ante la crisis, se hace palpable que más de una década de gobiernos “nacionales y populares” no alteró ni un ápice la situación de atraso y dependencia. Después de una década de formidables transferencias a los bonistas, la deuda pública total sigue equivaliendo a la mitad del PBI, y la parte en dólares en manos privadas vuelve a crecer de forma considerable. Las renegociaciones pretendidamente “soberanas” de la deuda, en 2005 y 2010, crearon formidables concesiones (como el cupón al PBI, mantener la jurisdicción norteamericana, y la llamada clausula Rufo, que obliga hasta enero de 2015 a extender a todos los bonistas cualquier concesión que se haga a los holdouts que sea mejor que las de las renegociaciones previas), y ni siquiera permitieron evitar la encerrona por parte de los holdouts. 
La única manera de cortar la "extorsión" es declarar el no pago de toda la deuda. Gobierno y oposición patronal coinciden hoy en que saldar el tema de la deuda es clave para resolver la cuestión del dólar. Pero buena parte de la cuestión del dólar se debe al pago de la deuda. Otro tanto se debe a las maniobras de fuga de capitales, en las que los bancos juegan un rol clave, y las de manipulación del comercio exterior. Por eso, junto a la declaración del no pago de la deuda, es fundamental la nacionalización de la banca -con control o gestión obrera- y el establecimiento del monopolio estatal del comercio exterior. De esta forma puede atacarse la cuestión del dólar sin un nuevo mazazo al pueblo trabajador, preparando el terreno para que los costos de esta crisis la paguen quienes la generaron, los usureros junto con los grandes capitalistas nacionales y extranjeros. 

lunes, 16 de junio de 2014

Rechazo de la corte norteamericana: un traspié para los pagadores seriales



Se complica la vuelta a los mercados de deuda internacionales, que los “nacionales y populares” habían transformado en bandera.



En una decisión sorpresiva, la Corte Suprema de los Estados Unidos rechazó tomar el caso de apelación presentado por el gobierno argentino al fallo del Juez Thomas Griesa de noviembre de 2012, que había obligado a la Argentina a pagar 1.330 millones de dólares correspondientes a una parte de los bonos que siguen en default desde 2001.

Estos bonos corresponden a los fondos “buitre” Aurelius Capital Management y Elliott Management Corp. affiliate NML Capital Ltd. Estos son parte de los bonistas llamados “holdout”, es decir que rechazaron las generosas ofertas de canje presentadas por la Argentina en 2005 y en 2010. En ambos casos, aunque la deuda tuvo fuerte quita nominal, se acompaño de cupones atados al crecimiento de la economía que sumaron otros 20 mil millones de dólares a los pagos de deuda. A pesar de estas generosas condiciones, varios grupos de los llamados “buitres” (que no son mucho más buitres que otros que sí ingresaron al canje), continuaron presionando para obtener condiciones aún mejores, llegando a declarar que no aceptarían ninguna quita nominal.

Después de varias derrotas en las cortes norteamericanas, los holdout obtuvieron un triunfo cuando el juez Griesa ordenó en noviembre de 2010 pagarles la deuda al 100%, amenazando con embargos si no lo hacían. Esto significaba que los depósitos para pagos de bonos que no están en default podrían ser incautados para pagar a los litigantes. Al rechazar la Corte Suprema aceptar la apelación, este fallo queda firme.

Este fallo resulta inesperado. Entre las opciones de la Corte, que eran aceptar el caso y producir un nuevo fallo, rechazarlo, o postergar la decisión haciendo consultas al gobierno norteamericano, el rechazo era la menos esperable. El giro del gobierno con enormes señales a los mercados, haciendo un ajuste ortodoxo (devaluación y enfriamiento) bastante severo, acordando con el Club de París y con Repsol, y cerrando litigios en el Ciadi (corte establecida para fallar en favor de las multinacionales en contra de los gobiernos donde éstas invierten), le habían ganado una posición favorable de la administración norteamericana. El gobierno de Obama tenía además motivos propios para involucrarse, ya que hay preocupación de los banqueros sobre las consecuencias de este fallo para el rol que ocupa la plaza neoyorquina como base para estas reestructuraciones.

El gobierno, que esperaba una aceptación, o en el peor de los casos una postergación, debe evaluar un plan B, y hacerlo en plazos breves. El 30 de junio vence el próximo pago de bonos Discount, y se corre el riesgo de embargo del mismo. En lo inmediato, puede intentar salir del embargo cambiando el domicilio de pago de dichos bonos (hoy pagados en Nueva York), o canjeándolos por otros bajo jurisdicción argentina. El problema, claro, es que la primer variante debería contar con la colaboración de los bancos internacionales que gestionan los pagos, que no está claro que vayan a querer ser parte de movidas para desobedecer al fallo de un juez norteamericano. La segunda, podría ser rechazada por varios bonistas, que sin la cobertura que da la jurisdicción norteamericana no podrían, ante eventuales futuros impagos, hacer lo mismo que están haciendo hoy Elliot y Aurelius. Se corre así el riesgo de dejar en el limbo a una parte del 93% que entró al canje. Por eso, el fantasma del llamado default “técnico” sobrevuela.

Aunque el tiempo apremia, puede evitarse ese escenario catástrofe. Probablemente el juez Griesa llame a las partes a negociar. El gobierno argentino ya venía preparando el terreno para incluir en su relato una negociación con los buitres, así como hace apenas un mes declaró que acordar con el Club de París era lo mejor que le podía pasar al país (faltó que dijeran que volvimos al primer mundo). Aún en el mejor de los escenarios, el camino de salir del enredo del default pagando, obligaba tarde o temprano a presentar una oferta a los holdouts. Pero claro, el rechazo de la corte impone hacerlo en las peores condiciones. ¿Reducción de la quita, pago de los cupones de crecimiento de todos estos años, como se hizo en 2010? Son todas opciones que están sobre la mesa. El problema es que aunque el litigio en cuestión es por 1.330 millones de dólares, la deuda total que sigue en default alcanza los 15 mil millones. Además, si se mejoran las condiciones en relación a lo negociado en 2005 y 2010, podría haber lugar a reclamos de los que entraron al canje, para mejorar las condiciones.

Nada de esto significa, a esta altura, grandes contradicciones para el gobierno y su equipo económico. Aunque todavía se sigue hablando de desendeudamiento, sólo en este año se agregó 15 mil millones de dólares a la deuda regularizada en manos de privados. Y la intención era incrementar sustantivamente ese monto, ya que el “modelo” en su versión 2014 incluye vuelta a la emisión de deuda en los mercados internacional para garantizar la llegada al 2015 sin cimbronazos. El fallo de la corte es un golpe a esa estrategia, pero también puede convertirse en excusa para hacer, “obligados”, mayores concesiones. El gobierno que “fue obligado” a devaluar (aunque no sabemos por qué entrego meses antes miles de millones en seguros de cambio, cosa que sólo hace quien planea realizar un ajuste cambiario), ahora podría ser “obligado” a entregar a los holdouts aún más de lo que concedió en 2005 y 2010 en aras de mostrar una quita nominal elevada.

Este fallo es otra muestra contundente del verso que significa sostener que del problema de la deuda se sale pagando. Según declaraba Cristina el año pasado, entre 2003 y 2013 se habían pagado 173.333 millones de dólares, el equivalente a casi la mitad de la producción anual del país. Un formidable regalo a los usureros. Esto no impidió que la deuda siguiera creciendo de forma exponencial. Ahora, podría pegar nuevos saltos como producto de estas negociaciones. 


La deuda es un fraude, y un saqueo. Cada año se lleva miles de millones de dólares necesarios para la urgente inversión en infraestructura y transporte, vivienda, educación y salud, gastos que se mantienen a raya para garantizar los fondos a los usureros. Por eso, es necesario luchar por el no pago. Esta bandera debe ser parte de un programa integral de los trabajadores para responder a las demandas de los explotados, oponiéndolo a los intentos de los pagadores seriales de profundizar las entregas a los usureros.

viernes, 13 de junio de 2014

Tasas “cuidadas”, ¿crédito barato?

Aún con el tope a las tasas, los bancos siguen haciendo negocios formidables.

Las tirantes relaciones entre el jefe del Banco Central (BCRA) Juan Carlos Fábrega, y el Ministro de Economía, Axel Kicillof, se relajaron momentáneamente tras la decisión de imponer topes a las tasas de interés que pueden cobrar los bancos. El anuncio del martes impone que para las entidades más grandes las tasas podrán ser del 37% para préstamos personales y 32% para prendarios. Para las entidades más pequeñas, la tasa de los créditos personales será 46% y los prendarios, 36%. El Banco Central estableció también “nuevas reglas sobre comisiones y cargos de productos y servicios financieros básicos”. Los bancos y las emisoras no financieras de tarjetas de crédito tendrán que solicitar “autorización previa del BCRA para aplicar aumentos al costo”.

Estas medidas buscan descomprimir el enfriamiento del crédito que se registra desde comienzos de año, cuando el BCRA impulsó una suba de las tasas de interés. Esta medida apuntaba a mejorar los rendimientos en pesos, para limitar el negocio de especular con el dólar. Esta medida, después de la fuerte devaluación de enero, permitió junto a otros “ardides” descomprimir la presión contra el peso, frenando la corrida cambiaria y desinflando al dólar blue. Una solución bien en sintonía con lo reclamado por toda la oposición patronal, y los organismos internacionales como el FMI. Un ajuste a paso más firme que el que el gobierno ya venía aplicando. Como el enfriamiento del crédito y el impacto de la devaluación sobre el costo de vida aceleraron el parate de la economía, el ministro Kicillof venía empujando por un abaratamiento del costo de financiamiento, con el fin de revertir la caída del consumo a crédito. El recorte del crédito, sumado a la inflación y la dilatación de las negociaciones salariales en paritarias de varios gremios -ante los limitados aumentos que quieren imponer las patronales con aval del gobierno- están entre las principales explicaciones de la caída del consumo, que en mayo cayó 8,3% respecto de igual fecha del año anterior, y acumula en lo que va del año una retracción de 6,7%.

Como era de esperarse, los representantes del sector financiero se rasgan las vestiduras. Aducen que con estos techos no van a poder otorgar créditos. Sin empacho, señalan que están obligados a imponer costos financieros que rondan el 80%, que sino la ecuación de rentabilidad no cierra. Para sus argumentos obtienen la valiosa colaboración de reputados economistas exponentes de la ortodoxia neoclásica, como es el caso de Eduardo Levy Yeyatti, que en una entrevista en Clarín de hoy afirma que los costos del sistema son por el pequeño tamaño del sistema financiero local. Se dice todo esto, como si los bancos no hubieran estado en los últimos cinco años a la cabeza de los sectores que más ganaron en la economía argentina. Seguro, la fuga crónica de capitales de la burguesía local y las multis que amasan formidables ganancias en el país, configura un sistema financiero raquítico. Pero esta pequeñez, es transformada por los bancos de debilidad en fortaleza, ya que imponen tasas exorbitantes con el argumento de que de otra forma no podrían “brindar sus servicios”. La intermediación en créditos al consumo, las comisiones, el financiamiento al gobierno y las ganancias por los movimientos de la cotización del peso, permitieron que la banca amasara ganancias récord, al lado de las cuáles palidecen los dorados noventa. Sólo durante el primer trimestre de este año, los bancos amasaron el equivalente a la mitad de las ganancias todo 2013, es decir $16.104 millones. Anualizado, esto significaría una duplicación de sus ganancias. El 60% de esas utilidades obedeció a ganancias por apuestas al dólar que el Gobierno permitió, ya que sólo desde febrero reguló la posición en moneda extranjera del sistema. Por mucha preocupación que pretendan exhibir los representantes del sector financiero, estas medidas apenas los dejan en un rango de rentabilidad “normal”, con el criterio generoso que Kicillof viene mostrando para definirla, si lo juzgamos por los acuerdos con Repsol y con el Club de París.

¿Servirán estas medidas para reactivar el crédito? Si lo juzgamos por lo que dicen los bancos, o las grandes cadenas minoristas, ocurrirá lo contrario. En los últimos días volvió a congelarse el crédito. Sin embargo, después del pataleo inicial, no está descartado que el crédito se restablezca, e incluso vuelva a crecer. El enfriamiento del consumo pone una presión para mejorar las condiciones a los fines de estimular a los compradores, y como ya dijimos, las condiciones por las cuales los banqueros se quejan, permiten una rentabilidad que no está en los niveles exorbitantes que venían imponiendo, pero sí dentro de parámetros normales. Pero lo determinante no está tanto en las condiciones de oferta, como en la demanda: el crédito no se frenó sola ni principalmente por un encarecimiento de tasas, sino por el ajuste que el gobierno viene descargando sobre la clase trabajadora. Aún después de paritarias, el salario real promedio proyecta una caída de 6% o 7%, mientras que el panorama del empleo se agravó severamente. Sectores de la industria aparecen como los más comprometidos, pero de forma molecular la caída del empleo se expande por varios sectores. Las estadísticas oficiales sólo logran disimularla mostrando una caída de los que buscan trabajo activamente. Estas condiciones, que son un resultado de la política oficial, son las determinantes de un freno de la economía y del consumo, que no va a reactivarse solamente por un abaratamiento del crédito.

Por último, digamos, que aunque el Ministro Kicillof, transmutándose por un momento en una especie de Cavallo Nac&Pop, nos diga que “las compras en cuotas son otro logro de esta década” (como si cada festival financiero no las hubiera tenido) lo que las medidas actuales del gobierno buscan regular no es una distorsión surgida de la devaluación. Parece como que el financiamiento en cuotas es ahora caro sólo porque los bancos se abusaron de la devaluación, pero que no lo era antes. Y parece que los topes del gobierno devolverán la baratura crediticia. La rentabilidad del sector durante estos años, incluyendo el capítulo de financiamiento al consumo, es una prueba contundente de lo contrario. Las “tasas cuidadas” permiten un negocio en bandeja para los bancos, aunque en tasas más moderadas que las que determina su voraz sed de ganancias fáciles.

Una verdadera baratura del crédito puede lograrse con la misma medida que podría cortar de raíz las mil cabezas de la hidra especulativa: la nacionalización de la banca para crear una banca estatal única. Esta medida, junto a la nacionalización de todo el comercio exterior, y la declaración del no pago de toda la deuda externa, permitirá atacar de raíz la mentada “restricción externa”, que en su forma actual no es otra cosa que el resultado de la sangría que imponen los fugadores seriales que componen la burguesía nacional, las multinacionales que giran ganancias y desarrollan una matriz productiva deficitaria por su demanda de importaciones (que muchas veces adquieren con precios de transferencia inflados) la deuda externa, y la decadencia de la matriz energética como resultado del saqueo empresario avalado por los gobiernos “nac & pop” de Néstor y Cristina Kirchner. Con estas medidas, como parte de un programa que pueda imponer la clase trabajadora para evitar que los costos del fin de fiesta caigan sobre sus espaldas, podrá empezar a imponerse una salida que expropie a los expropiadores capitalistas y encare una reorganización de la economía en función de las necesidades sociales, y no de la ganancia.

lunes, 9 de junio de 2014

Petróleo y política - Gobernadores e YPF S.A. tironean por administrar un nuevo pacto de vasallaje


En estos momentos estamos asistiendo a un nuevo capítulo de reajustes del régimen petrolero. Desde hace algunos meses el gobierno nacional elaboró un proyecto de reforma a la ley de hidrocarburos, vigente desde 1967. Hoy los gobernadores nucleados en la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI) se reunieron con la presidenta a discutir la propuesta; hay pautada una nueva reunión el lunes próximo.
Ocurre que la intención del gobierno creó asperezas entre varios gobernadores de provincias petroleras y el gobierno nacional. El motivo de la disputa es que el borrador armado por el gobierno bajo la batuta del CEO de YPF Miguel Galuccio, apunta a restringir sensiblemente los derechos de las provincias sobre los recursos, provincializados en 1992 con la ley 24.145, lo que se reforzó en la reforma constitucional de 1994. Entre otros puntos, el gobierno apunta a fijar un tope a las regalías que pueden recibir las provincias por la explotación de petróleo, fijándolo en 12 por ciento. Esto está por debajo del nivel que tiene en algunas provincias o regiones (hay áreas de Nequén donde llega al 15%). De esta forma YPF S.A. se aseguraría un límite a la parte de la renta que deberá entregar a las provincias. Otro punto clave de esta ley es garantizar concesiones a YPF S.A. por períodos prolongados, para poder negociar con holgura con los posibles socios de la petrolera en la explotación de petróleo no convencional. También se discute el destino de algunas petroleras provinciales, que Galuccio quiere sacar del medio.
Seguramente habrá quienes argumenten que el proyecto del gobierno nacional apunta a garantizar las condiciones para una política de "autoabastecimiento" y "soberanía energética", y que para eso es necesario aumentar las prerrogativas de la petrolera nacional. Sin duda, se trata de aumentar las prerrogativas de YPF S.A. asegurándose por ley lo que de otra forma es necesario negociar trabajosamente con cada uno de los gobernadores. Pero esta búsqueda de puentear a los "gobernas" es para el dudosamente soberano objetivo de poder avanzar más rápidamente en replicar acuerdos como el de Chevron, que es desde el punto de vista de las petroleras extranjeras aún mejor que las condiciones que establecía la ley 24.145 que privatizó. Como ya habíamos señalado en Ideas de Izquierda 2, toda la sanata de la desmercantilización de los recursos petroleros queda cada vez más enterrada en el altar de la supuesta soberanía hidrocarburífera (que si se consigue, será a costa de entregar Vaca Muerta en bandeja a las multinacionales, por mucho que YPF S.A. participe del banquete). Como señalaba hace unos días La mañana, el pacto que se quiere imponer replica el acuerdo con Chevron. Por supuesto, tampoco de trata de lamentar el meneado "avasallamiento al federalismo". Como mostraron en las dos décadas de dominio provincial sobre los recursos, los gobernadores no tienen ningún problema en ser vasallos, y de ser posible prefieren a las multinacionales que son buenas pagadoras, o a "nacionales" como Bulgheroni que se pasea por la Patagonia de la mano de socios chinos y antes británicos.
La clase trabajadora y los sectores populares tenemos que pelear por la expropiación y estatización sin pago de todo el complejo petrolero y gasífero, desde la extracción hasta la refinación, y su puesta a producción bajo control de sus propios trabajadores y con participación de los habitantes de sectores afectados, como las comunidades mapuches. Así como por la anulación de todos los acuerdos para la explotación no convencional y su prohibición. Lo opuesto a esta pelea por ver quién le pone la última firma al nuevo pacto de dependencia que están creando con los convenios para extender el fracking.

Capitalismo y desigualdad en el siglo XXI. Una crítica desde el marxismo al libro de Thomas Piketty

En Ideas de Izquierda 10, Paula Bach reseña y critica uno de los libros más comentados de el último tiempo, El capital en el siglo XXI de Thomas Piketty. Libro que ha generado un impacto que hacía mucho no se veía con un libro de economía. Aún los críticos lo reconocen como un libro muy importante, aunque más no sea por el alcance de la base estadística sobre la que se apoya, que abarca más de 20 países y cubre en algunos de ellos Francia e Inglaterra un período de 200 años.
Desde todo el espectro político se ha vuelto una obra de comentario obligado. En EE. UU. el autor la presentó nada menos que de la mano de dos premios Nobel, Joseph Stiglitz y Paul Krugman, con ambos deshaciéndose en elogios a la obra. El panorama que plantea el trabajo de Piketty es mucho más sombrío que el que dibujan estos neokeynesianos, y las intervenciones propuestas en su libro utópicas, como él mismo reconoce van más allá de los reclamos de un plan de gasto público más audaz y algunas reformas que defienden Krugman y cía. Pero esto no impidió que lo usaran para construir su caso para que los sectores “progresistas” del partido demócrata batallen más firmemente contra el consenso bipartidista que limita el gasto público y mantiene una regulación económica favorable a los ricos.
Alejándonos de este centro, hacia izquierda y derecha, la recepción se hace menos cálida. Hacia derecha, en algunos medios conservadores el libro directamente desató respuestas alarmistas. The American Spectator tituló que Picketty era la "cobertura intelectual para la confiscación”; la tapa exhibe a un verdugo al lado de la guillotina, que alza con su mano izquierda El capital en el siglo XXI.Financial Times, por su parte, inició hace algunas semanas una campaña para desacreditar el libro. Afirma que se encuentran “problemas con los datos y errores en el trabajo del profesor Piketty. Estos incluyen ingresos inexplicados en sus planillas, selección ecléctica de la fuentes de datos, y errores de transcripción”. Esto debilitaría su tesis de que en el capitalismo se registra una tendencia natural a una concentración cada vez mayor de la riqueza en manos de los ricos. Sin embargo, incluso The Economist, que comparte la misma aversión por el planteo del economista francés, salió a distanciarse de estas críticas y consideró correcto el manejo de datos. Para The Wall Street Journal, el libro es “menos un trabajo de economía que un ladrillo ideológico estrafalario”. Panos Mourdoukoutas señaló en Forbes que el libro proveyó de munición a los progresistas que quieren “promover una agenda política antigua que mata el crecimiento económico y la prosperidad en nombre de la igualdad económica". Otros autores, como la estrella de la “nueva” economía neoclásica Tyler Cowen, cuestionó la idea de que el retorno de capital se mantendrá siempre por encima del crecimiento de la economía, y señaló que “la preocupación de Piketty por la riqueza heredada también parece extraviada". Para Cowen los “ricos ociosos” son un recurso cultural valioso.
Si nos movemos del centro hacia la izquierda, encontramos al economista poskeynesiano James K. Gallbraith, quien señala que el libro no tanto es sobre el capital en ningún sentido que tenga que ver ni con la categoría de Marx ni con ninguna noción de “capital físico”, sino que "es más que nada sobre la valuación de los activos tangibles y financieros, su distribución en el tiempo y la herencia de riqueza de una generación a la siguiente". Sobre esta base teórica, Piketty termina convirtiendo a la desigualdad en un resultado “natural” de la evolución de los rendimientos en relación al crecimiento. Thomas Palley sostiene que buena parte de la efusiva recepción del libro por parte del mainstream económico está vinculada al eclecticismo de inspiración neoclásica de Piketty. Lo que el libro dice en sus tesis centrales es algo que varios economistas de la izquierda progresista norteamericana vienen sosteniendo hace tiempo. Sin embargo, “los economistas del mainstream tienen dificultades para reconocer trabajo de tales fuentes, porque reconocer es legitimar”; en cambio, el libro de Piketty “provee una explicación del agravamiento de la desigualdad desde el mainstream neoclásico”. Para Palley, este libro tiene en potencia la posibilidad de abrir el debate sobre las políticas de libremercado, algo que no está en la intención de Piketty pero que hace involuntariamente al sugerir, aquí y allá, que la tasa de ganancia y la de crecimiento están política y socialmente determinadas, contrariando en esto al enfoque neoclásico. Pero también puede habilitar un giro “gatopardista” de relegitimar a esta alicaída economía neoclásica. Las prescripciones de Piketty, enfocadas en el sistema impositivo sin atender las “instituciones económicas y estructuras de poder económico”, irían en ese sentido. Sería un “cambio sin cambio” sustantivo en las políticas económicas.
Desde el marxismo, David Harvey, Branko Milanovic, entre otros, criticaron correctamente las categorías del libro de Piketty, referidas más a la riqueza que al capital.
El impacto de este libro en todo el espectro, es un síntoma del malestar ante la crisis, y de las crecientes dificultades para generar consenso con las políticas que aseguran el funcionamiento del capitalismo en beneficio de “el 1 %”. Una conmoción profunda, agravada por el hecho de que la clase política se debate entre mantener el statu quo en beneficio de los ricos o encarar algún incremento del gasto –el planteo más audaz que algunos llegan a esbozar–. Terreno fértil para, distanciándose de las utopías de encauzar las contradicciones del capitalismo que propone Piketty, discutir las vías para superarlo, instaurando las bases de una sociedad sin explotadores ni explotados.
En IDZ 10, analizamos las principales tesis del libro, señalando las implicancias que plantea para la perspectiva del capitalismo, y criticando algunas de las más salientes contradicciones. Desde mañana, se consigue en los quioscos. Ya está para la renta en el Instituto del Pensamiento Socialista Karl Marx, en Riobamba 144, a dos cuadras del congreso. 

domingo, 8 de junio de 2014

Sobre Gestamp. Participación en el programa Al Dorso - FM La tribu

Invitado ayer al programa Al Dorso, conversamos sobre la situación en el sector automotriz y autopartista, y cómo el conflicto de Gestamp mostró descarnadamente al gobierno nacional actuando como mandante de las multinacionales en contra de los despedidos, mientras que el SMATA realizó durante toda la última semana una agitación contra los trabajadores en lucha que nos recuarda a la de la burocracia de Pedraza cuando preparaban el ataque de la patota que mató a Mariano Ferreyra.
Para escuchar el programa, acá.

sábado, 7 de junio de 2014

26 días de Huelga en Aceros Zapla: Entre la resistencia obrera y el fiasco de la burguesía "nacional" de los Taselli


Por Gastón Ramírez 

Si el conflicto de la autopartista Gestamp puso al desnudo la triple alianza: Multinacionales-Gobierno-Burocracia Sindical (SMATA) contra los obreros, el actual conflicto de Aceros Zapla vuelve a poner en escena el fiasco de los empresarios "nacionales" como es el caso de Sergio Taselli dueño de la acería palpaleña.
El gobierno mientras negocia concesiones con Brasil y las terminales locales concesiones, deja pasar el ataque de las multinacionales con más de 15.000 suspensiones y despidos de los activistas sobre los cuales descargó una reaccionara cruzada junto a la burocracia facha del SMATA. Pero a contramano del maltrecho relato oficial, las multinacionales durante el kirchnerismo se la llevaron en pala y no pararon de crecer, como se señala acá “… de las 56 empresas extranjeras que integraban la cúpula de las 200 más grandes a comienzos de la década del noventa, se llegó a 92 en 2001. Y lejos de revertirse este fenómeno, se acentuó en la posconvertibilidad, a punto tal que en 2010 cerca de 115 firmas de las 200 más grandes del país estaban controladas por inversores foráneos”. 
En Aceros Zapla el gobierno y la oposición sostienen a Taselli a quien se cansaron de ayudar con subsidios millonarios todos estos años, a pesar del continuo deterioro de la fábrica y la creciente disminución del empleo luego de la privatización: de 800 trabajadores en 1992 se pasó a 460 en la actualidad. Si bien Taselli podría ser un personaje del irónico film “El discreto encanto de la Burguesía” del genio de Luis Buñuel, este capitalista no es un caso aislado. Por el contrario, es uno más de todos aquellos favorecidos con la concesión (regalo) de empresas del estado privatizadas en la época del menemismo, empresas en quiebra o contratos con el Estado. Taselli (Ex Río Turbio, Ex FFCC-Roca-San Martin-Belgrano Sur, etc.), Roggio (Subte, FFCC, Ex Ing. La Esperanza, Obra Pública), Cirigliano (Ex FFCC –Sarmiento-Tragedia de Once), Minetti, Cristóbal López, etc. Ellos son el empresariado "nacional" que en el relato oficial estarían llamados a "poner en andas al país y a sacarlo del infierno". Un “capitalismo en serio” decía Kirchner mientras los empresarios se acomodaban en las empresas del Estado o como contratistas para comenzar una carrera desenfrenada de ganancias a muy bajo costo e inversión, en fábricas o servicios con un stock de capital muy deteriorado y obsoleto, sacaban ventaja de la devaluación del salario y con la desocupación exprimir a los trabajadores poniendo en riesgo sus vidas como sucedió en la tragedia de la Mina de Río Turbio en la cual 14 mineros murieron por falta de inversión cuando Taselli estaba al mando de la empresa.

La Privatización de Altos Hornos Zapla: historia y presente de un desguace. 
El complejo minero-siderúrgico supo ser un orgullo de los jujeños y de todo el país. Un emblema no sólo por el acero laminado de alta calidad que se exportaba a Europa, sino porque los 8.000 obreros y sus familias, daban vida a toda una población que llegó a tener sus propios espacios culturales (Cines-Teatros) y hasta su club de fútbol que jugó en la Primera A.  La venta de la acción de Zapla a $1=1U$S al Citi Bank fue un primer paso en el regalo de las "joyas de la abuela" a los buitres extranjeros. La privatización fue del conjunto del complejo, trayendo el desempleo masivo, el desguace de Forestal (17.000 hectáreas forestadas y regaladas a Celulosa S.A), las canteras de Cal y Cemento (regaldas a Minetti hoy intregado a gigante del cemento transnacional Holcim), el cierre de la "Mina 9 de Abril" por baja operatividad (aunque el mineral no esta agotado) y todo el pueblo minero (casas, hospital, escuela, centro deportivo, etc.) fue abandonado, su población desalojada para luego ser reciclado en un "Complejo Turístico" que esta semi paralizado y no sale de la decadencia. Luego la historia es un poco más conocida. Una situación de fuerte retroceso (productivo y social porque el desempleo en Zapla-Palpalá hizo estragos) abrió el camino para la llegada de Taselli un buitre nacional al acecho de empresas en situación de quiebra o críticas. Y los problemas no tardaron en llegar, en 2005 (por un accidente muere el compañero Cisneros), la patronal metió la polifuncionalidad y la tercerización con Forja Norte, en 2009 ante la crisis precarizó los salarios con el Repro, en 2013 una nueva explosión en un horno causó serias lesiones a un grupo de trabajadores y en los últimos años la producción de acero cada vez es menor y en los hechos Taselli impuso una re-conversión hacia la producción de hierros de construcción. Un producto de poca complejidad en comparación con la capacidad y la tecnología instalada en la empresa que implica un derroche de la capacidad instalada; es como si una automotriz se pusiera a fabricar bicicletas. En el esquema de Taselli todo cuadra porque se trata de exprimir a la empresa (y a sus trabajadores) hasta sacar la última gota de ganancia y luego descartarlos (empresa incluida) como chatarra.  

La fuerza de cambio viene desde abajo
La huelga volvió a tensar los músculos de los trabajadores luego de 10 años donde no cortaban la Ruta 66 y paraban por más de 25 días dada la tregua del burócrata Hoyos con la patronal. Luego de la elección de la nueva directiva del sindicato, el cansancio por tanto manoseo de la patronal y un gobierno que deja pasar la inflación y todo tipo de atropellos, se hizo sentir y la bronca estalló en el reclamo por una mejora salarial, el pase a planta de los tercerizados y las pésimas condiciones de seguridad e higiene.  
Taselli presiona y chantajea con la baja de contratos para que los trabajadores acepten perder los días de huelga. Los obreros saben que la empresa viene produciendo y acumulando stocks con los cuales la patronal puede “aguantar” y jugar al desgaste. La industria siderúrgica esta fuerte, la producción de acero crudo creció un 13.3% y el hierro un 2% en Abril respecto a igual mes del año pasado. Siderar acumuló ganancias por $888,26 millones durante el primer trimestre del año.
"Volveremos, volveremos, volveremos otra vez, volveremos a ser los dueños como la primera vez..." es uno de los cantos que más emocionan y levantan la moral de los trabajadores en las marchas y en el acampe. Esta es una idea fuerza y de izquierda, en ella aparece el sentir de los trabajadores y de sus mujeres y familias que se suman a la lucha de ir por más. Hoy esta idea es la que puede abrir paso a una gran campaña de todo el pueblo de Palpalá por la defensa de los obreros de Zapla contra los ataques del gobierno, la oposición, los funcionarios del Ministerio de Trabajo, la policía y la justicia hasta conquistar su justo reclamo. Un paso necesario en el camino de recuperar el orgullo de Altos Hornos Zapla para que esta vez sea de y para los trabajadores y el pueblo de Palpalá.

jueves, 5 de junio de 2014

A propósito de "Imperium" y "Consilium", de Perry Anderson. Una discusión sobre el imperialismo norteamericano hoy.

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En el número 83 de New Left Review (sep/oct 2013) Perry Anderson vuelve al análisis de la política exterior norteamericana, y recorre los planteos de los principales exponentes intelectuales en lo referente a la elaboración estratégica. La revista está enteramente dedicada enteramente a dos ensayos de Anderson, un suceso con solo tres precedentes: en 1972 Tom Nairn sobre Europa, en 1982 Anthony Barnett sobre la Guerra de Malvinas, y en 1998 Robert Brenner sobre “La economía de la turbulencia global”. El primer artículo, “Imperium”, analiza los objetivos y los resultados de la política exterior hasta el presente, y recoge los debates intelectuales que generó la conformación del “imperio”, recorriendo todo el arco ideológico. El Segundo texto, “Consilium”, repasa las posiciones de la literatura más relevante que se viene produciendo en la actualidad sobre el rol de EE.UU. en el mundo y las distintas alternativas elaboradas por los principales exponentes de líneas estratégicas de política exterior, para reforzar la posición internacional de los EE.UU., la “nación indispensable” como la llamara Madelaine Albright (secretaria de Estado en la segunda presidencia de Clinton), supuesto fuera de cuestión por todos los autores reseñados por Anderson. Este número especial está estrechamente emparentado con “Homeland”, artículo del NLR 81, de mayo-junio, en el que analizaba la situación del régimen político norteamericano.


En los números 6 y 8 de Ideas de Izquierda reseñamos los planteos del autor y polemizamos brevemente con algunas de las tesis de este extenso trabajo. En la primera puede leerse "El imperio contraataca", y en la segunda EE. UU.: ¿jugador solitario en el gran tablero global?.

Llamativo para un marxista de la talla de Anderson, en estos ensayos "observa solo una mesa de arena donde los lineamientos geopolíticos parecen hacerse y deshacerse a voluntad del hegemón". Es notoria la desatención por el "análisis por las condiciones objetivas del capitalismo norteamericano, que condicionan la capacidad de la potencia imperialista para disponer su voluntad". No es que no haya referencias al respecto, aquí y allá, sobre la decadencia de las bases materiales sobre las que se asentó el poder norteamericano. En las últimas páginas de "Imperium" estas aparecen.
Allí señala cómo del éxito norteamericano en crear un orden liberal han surgido nuevas contradicciones. Este orden comenzó a escapar a los “designios de su arquitecto”. Con la emergencia de China como un poder económico no solo más dinámico sino pronto comparable en magnitud, que provee las reservas financieras que requiere EE.UU., capitalista “a su modo” pero lejos de ser liberal, “la lógica de largo plazo de la gran estrategia norteamericana se ve amenazada de volverse contra sí misma”. El imperio, que no cesó de extenderse, se está volviendo sin embargo “desarticulado del orden que procuraba extender. La primacía norteamericana no es ya el corolario de la civilización del capital […] Una reconciliación, nunca perfecta, de lo universal con lo particular fue una condición constitutiva de la hegemonía norteamericana. Hoy se están separando”. En otros términos, la contradicción entre la internacionalización de las fuerzas productivas y el sistema internacional de Estados a través del cual se articulan las relaciones de producción, emerge nuevamente como un aspecto disruptivo ante los límites crecientes que enfrenta la hegemonía norteamericana, aunque hoy no haya quien pueda proponerse disputarla. 

http://ideasdeizquierda.org/wordpress/wp-content/uploads/2014/04/27-Imagen-1.pngComo sostenemos en "EE. UU.: ¿jugador ..."  "La exageración de las fortalezas del poderío norteamericano y de sus logros, y la subestimación de los efectos de sus errores, y lo que una crítica a la NLR 83 consideró una presentación de los EE. UU. como un “Estado imperial omnisciente” (David Allen, “A world made safe for capitalism”, Prospect, 11/12/2013) por parte de Anderson, no puede más que servir para reconfirmar su escepticismo respecto de la posibilidad de que la clase trabajadora pueda en algún futuro próximo desafiar el dominio capitalista". Escepticismo que ilustra que no hay cambios en el paradigma de “pesimismo histórico” (como lo llamara Gilbert Achcar) expresado en “Renewans” (NLR 1, Segunda Época), cuando afirmaba que “el capitalismo norteamericano ha restablecido sonoramente su primacía en todos los campos –económico, político, militar y cultural”. Aunque su crítica a los estrategas norteamericanos señala que un punto central es su desatención a las causas subyacentes “del enlentecimiento del crecimiento del producto, el ingreso per cápita y la productividad, y el aumento concomitante de la deuda pública, corporativa y de los hogares, no solo en los EE.UU. sino en el conjunto del mundo capitalista avanzado”, en el caso de Anderson lo que resulta llamativo es el alcance limitado que le da a los efectos de la crisis actual, que, aún con las políticas de contención aplicadas, sigue siendo la más extendida y convulsiva desde la Gran Depresión. Es llamativo que no entren en consideración los impactos para la ideología que sustenta la capacidad de influencia del “modelo” norteamericano (un componente central de la hegemonía), considerando que para algunos economistas “los propios criterios de eficacia del capitalismo están cuestionados”.Más sorprendente resulta considerando que cuando escribió “Renovaciones”, Anderson planteaba como hipótesis que una profunda crisis económica en Occidente era uno de los elementos que podía empezar a cambiar el clima ideológico. Las manifestaciones juveniles y la resistencia obrera a los ataques ocasionados por la crisis, no parecen alterar el pronóstico de comienzos de milenio. En la lectura de Anderson, incluso la primavera árabe ayudó a fortalecer la posición norteamericana en Medio Oriente, debilitando un adversario como Assad sin que surgiera en Egipto “un régimen capaz de tener mayor independencia respecto de Washington”, y llevando a “un fortalecimiento respectivo en el peso y la influencia de las dinastías petroleras de la península arábiga” aliadas a Washington, aunque ahora inquietas con el acuerdo con Irán.

Anderson comenta, con ironía, que resulta llamativa “la naturaleza fantástica de las construcciones” con las que los estrategas norteamericanos buscan afrontar una realidad con signos de adversidad. “Grandes reajustes en el tablero de ajedrez de Eurasia, vastos países movidos como tantos castillos o peones a través de este; extensiones de la OTAN al Estrecho de Bering”. Parece que la única forma de pensar el restablecimiento del liderazgo norteamericano “fuera imaginar un mundo enteramente distinto”. Parece, leyendo a Anderson, que lo mismo deberíamos hacer si aspiramos a pensar algún futuro con oportunidades revolucionarias, aunque a él ni se le ocurra especular al respecto.

La discusión sobre el estado real del imperialismo norteamericano, la principal fuerza de la reacción y la contrarrevolución a nivel mundial, es de fundamental importancia. Evitando tanto la subestimación como la sobreestimación de su fortaleza. Invitamos a leer estos artículos en IDZ.

martes, 3 de junio de 2014

Gestamp: Sobre “pruebas piloto”, o la crisis como oportunidad (para las patronales automotrices)

El secretario general de SMATA, Ricardo Pignanelli, continúa azuzando contra los delegados y activistas de su gremio que resisten los despidos en Gestamp. Después de la solicitada que publicó el viernes denunciando a la izquierda y reclamando la intervención estatal represiva, ayer salió a sostener que “el conflicto que desataron los delegados del PTS en esa fábrica se trata de 'una prueba piloto' de lo que piensan llevar adelante en otras firmas del ramo”. El jefe del SMATA transformó así una acción defensiva, ante un ataque patronal que contó con aval de su gremio, en una supuesta avanzada conspirativa de la izquierda.

Los usos de la crisis. La sombra de 2008/09
Ante la caída en la demanda local por el recorte del crédito y el aumento astronómico en el precio de los automóviles pos devaluación, y la caída de las importaciones desde Brasil, la industria automotriz tuvo un frenazo en 2014. Hasta abril, la industria acumulaba una caída del 30% en las ventas, y del 18% en la producción. Para mayo se preanuncia una caída del 40%. Esto golpea de lleno en las 400 autopartistas que proveen los componentes locales para la industria. El sector entró en crisis. Pero, como mostró la de 2008/09, crisis es para las patronales sinónimo de oportunidad. Más allá de los efectos del parate sobre la rentabilidad en el corto plazo, la crisis puede ser una oportunidad para imponer ajustes en las condiciones laborales. En 2010, después de un año de caída la industria automotriz argentina retomó la senda de los "record históricos". Para esto fue clave la flexibilidad en el uso y consumo de la fuerza de trabajo, uno de los pilares del rápido crecimiento de la producción. Pero, como afirma Sebastián Guevara, “no se trató sólo de la flexibilidad conseguida durante los 90's y la crisis de 1999-2003, sino que, del mismo modo que entonces, el capital hizo uso de la crisis 2008-2009 para profundizar más aún su avance flexibilizador”. Las empresas negociaron nuevas cláusulas flexibles.
Veamos algunos hitos de esta flexibilización (tomados del ya citado Guevara):
- En el marco mismo de la crisis, cuando estaban discutiendo la continuidad en sus puestos de trabajo de los trabajadores contratados a plazo, Ford acordó con SMATA en junio de 2009 la implementación del banco de horas hasta diciembre de ese año a cambio de garantizar la estabilidad laboral hasta entonces (acuerdo 1096-2009). -En el caso de Mercedes Benz en agosto de 2009 firmaron el acuerdo 1352-2009 en el cual se estableció, además del aumento salarial para el año, la necesidad de suspender a parte de los trabajadores hasta fin de año. Para los suspendidos se establece el cobro de un subsidio (por tanto no remunerativo) equivalente al 80% del salario. La misma “conquista” que ahora presenta SMATA como un logro en Gestamp. Simultáneamente la empresa abre un plan de retiros voluntarios para los trabajadores suspendidos, al cual adhieren 197 trabajadores, sobre un total de 443 que la empresa había declarado “excedentes”. -A fines del año 2009, el 29 de diciembre más precisamente, Mercedes Benz firma conjuntamente con SMATA y Volkswagen, el acuerdo tripartito 1215-2010, en el cual se establece la posibilidad de realizar, por un plazo máximo de 8 meses, el traspaso de trabajadores contratados por Mercedes Benz a la planta de Volkswagen para la ejecución de tareas en el área de reparación final. Volkswagen firma este acuerdo tripartito en el marco del lanzamiento de un nuevo producto realizado en la planta Pacheco, la pick-up Amarok. Y fue con el argumento de mantener y aumentar la competitividad de dicha planta, para así poder "quedarse" con esa producción dentro del grupo VW, que se implementaron una serie de acuerdos flexibilizadores. Por un lado se incorporó personal experimentado "a préstamo" de Mercedes Benz para las tareas de reparación final (a los 40 trabajadores incorporados en enero de 2010, se agregaron otros 31 en el mes de marzo).
- En el mismo acuerdo (865-2010 firmado el 26 de febrero), se incorporó el sistema de just in time para la provisión de piezas en la línea por parte de personal tercerizado. -En otro acuerdo (el 749-2010) plantea la contratación de 800 trabajadores con contrato a plazo, los cuales se incorporan con la categoría de ingreso, es decir con un salario que se ubica un 15% por debajo de la categoría básica (categoría 3).
- En el segundo semestre de 2010 VW incorpora a 200 trabajadores temporarios y tercerizados, por el plazo de un 1 año, tal y como consta en el acuerdo 534-2011 firmado el 31 de agosto de 2010.
A estas ventajas logradas en las condiciones de contratación y de asignación de la fuerza de trabajo, se sumó para las patronales un freno en el aumento de los costos salariales que venían afrontando en los años previos. En 2009 el salario real retrocedió un 2% (se pactaron aumentos salariales por debajo de la inflación). En 2010 el acuerdo salarial fue por un aumento del 25% mientras que la inflación medida por el IPC elaborado por el departamento de estadísticas de San Luis fue del 25,6%. Esto da la pauta de un año donde el salario tampoco creció. Si cruzamos esto con los aumentos de productividad, el costo salarial por unidad de producto registró una caída considerable. La producción automotriz en la Argentina creció, después de la crisis, un 20% respecto de 2008, año record anterior, “mientras el precio que pagaron los capitales por usar la fuerza de trabajo que materializó dicho 'record' se mantuvo estancado (en términos reales) y las condiciones en las que se utilizó esa fuerza de trabajo se flexibilizó más aún, facilitando así la intensificación mayor de su consumo” (Guevara).
Si hay una “prueba piloto” en marcha en Gestamp, es entonces la de las patronales para poner en marcha el ajuste. La política entreguista que viene llevando adelante el gremio a nivel nacional, ha acrecentado el descontento en el sector. Aunque los trabajadores de las automotrices están entre los mejor pagos del país, no ocurre lo mismo en las autopartistas; y de conjunto tanto unos como otros han soportado en el último decenio una fuerte presión sobre las condiciones de trabajo. Los récord productivos de la industria se han logrado aprovechando intensivamente lo que los empresarios consideran el “insumo” fuerza de trabajo. Ahora todos se preparan para ajustar sobre las condiciones de ingreso y remuneración.

Complejo industrial: fortalezas convertidas en flancos débiles
La respuesta de la Ministra Débora Giorgi ante el anuncio de conciliación por parte del gobierno de la provincia de Buenos Aires (que mas bien parecía gerente de una terminal automotriz o representante de Adefa), también responde a la presión de toda la industria ante un conflicto que puso en evidencia que los eslabones débiles del entramado automotriz. Varios conflictos recientes en fábricas autopartistas pusieron en evidencia un aspecto paradojal para una industria que debe buena parte de su mejora productiva de tiempos recientes a la conformación de un cluster que funciona con un ritmo bastante ajustado. A pesar de que la provisión de piezas locales representa sólo un 30/35% de los componentes del vehículo, siendo el resto provisto por importaciones, dentro de las piezas que manufacturas las 400 autopartistas locales existen numerosas piezas claves. Al trabajar con stocks ajustados, las terminales requieren una provisión continua desde las autopartistas. Cuando esta no ocurre, como pasó la última semana por el conflicto en Gestamp (y antes había pasado con Valeo y Lear), rápidamente se paraliza la producción. Esto, tanto como como la necesidad de ajustar en toda la industria, ha hecho que en este conflicto no sólo esté involucrada la patronal de la empresa española Gestamp. Todas las multinacionales del sector presionan por una salida rápida y aceptable a sus intereses.

La burocracia del SMATA, en rabiosa defensa de las necesidades del capital
Las crisis siempre vienen a recordar el verdadero carácter de la burocracia sindical -para quienes tienen la mala costumbre de olvidarlo cuando el auge permite lograr algunas mejoras-: agente de la burguesía en el movimiento obrero. En los momentos de auge, donde el empleo industrial crecía fuerte, y con el las aspiraciones de la clase trabajadora a mejorar el nivel de remuneraciones, esta burocracia contribuyó a dosificar el alcance de la recomposición. Entre otras cosas no menores, porque dio el visto bueno para mantener las divisiones entre efectivos, contratados, tercerizados, y todas las variantes de precarización de la fuerza de trabajo.
Como decimos acá:
La resistencia a incluir a los numerosos contratados y tercerizados en las negociaciones salariales, aunque en muchos casos son la mayoría de los que se desempeñas en las grandes fábricas, dio más margen de negociación sin afectar la ganancia. Por un lado, porque la presión de los que quedan afuera de convenio, al ser un número considerable, actúa como límite a las pretensiones que pueden aspirar a imponer los trabajadores efectivos (máxime cuando los que negocian con los burócratas alejados de las fábricas). Segundo, porque el margen empresario para aceptar las mejoras en mayor cuanto menos sea la proporción de la planta directamente beneficiada por las mejoras. La pelea por integrar al conjunto de los trabajadores en las negociaciones ha sido recurrente en todo este período, y en varios casos lo ha conseguido, pero siempre en contra de las conducciones sindicales.
Ahora que los tiempos no son de auge, sino de crisis, y la lógica del capital empuja hacia el ajuste atacando sobre las condiciones laborales, la burocracia es correa de transmisión del mismo. Las suspensiones con el 80% que SMATA plantea como un triunfo, y que los despidos de Gestamp rechazan, son un primer paso en ese sentido. Seguramente seguido, si la crisis de profundiza, por las “desafectaciones” de personal contratado, termino para referirse de forma elíptica a los despidos de los contratados a término. Tenemos numerosos ejemplos de la inmovilizad de la burocracia ante los mismos. El SMATA Córdoba llegó en 2009 a quitar los fueros a un delegado (habilitando su despido) por impulsar la lucha contra el despido de los contratados. Los burócratas de metalmecánicos quieren atacar a la izquierda y el activismo para reafirmar el control del gremio ante los golpes que preparan.
En esta “prueba piloto”, la respuesta debe ser contundente. Redoblar el apoyo a la lucha de Gestamp y denunciar implacablemente a esta burocracia, en la perspectiva de recuperar los sindicatos. La batalla por echar a la burocracia, imponiendo la democracia sindical y rompiendo los lazos que unen los sindicatos al Estado, es parte de las tareas clave para para transformar a los sindicatos en herramientas fuertes para la lucha que impulsen la unidad de los distintos sectores fragmentados de la clase trabajadora, la democracia obrera y su independencia política del peronismo y los demás partidos patronales.