sábado, 6 de noviembre de 2010

Guerra de divisas - Un comentario




El compañero Gastón R. nos ha enviado por correo las siguientes reflexiones, a propósito de nuestro post sobre la guerra de divisas.

Mientras leía la esta muy buena nota pensaba, sin lugar a dudas, la guerra monetaria es cada vez más inminente, y no puede ser menor, la compra de deuda por más de 600 millones de dólar por la FED, es una medida a tono con las devaluaciones del dólar que impulsó USA en sus momentos críticos, como el abandono de los acuerdos de Bretton Woods en los 70´, imponiendo una devalución del dólar a sus máximos competidores Japón y Alemania.
Ahora ante este escenario, no podía dejar de preguntarme que dirían los Keynesianos del siglo XXI. ¿Paul Krugman, asesor de Obama, festejaría la medida? Recordemos que venía sosteniendo una insesante lobby periodístico exigiendo dureza y más dureza a Obama frente a China por su negativa a revaluar el Yuan... Mientras, pedía a Obama que una vez por todas aplicara un plan de gasto público verdaderamente audaz.
La respuesta no se hizo esperar y vino de otro nobel, arrepentido de sus funciones en el Banco Mundial, J. Stiglitz, quien en un artículo reciente plantea "La FED se vuelve a equivocar", "... la política QE es equivocada, no ve la existencia de una trampa de liquidez... que viene actuando en USA desde los mega rescates de Lemhan Brothers en adelante, que más dinero en las calles y en los bancos, seguir apostando a la baja de la tasa de interés no es garantía, como lo fue en los 30´, de mayores crédito y ni hablar de la tan necesaria inversión y recuperación de la demana".
Y entonces, le queda tiempo aún a Obama para dar un giro, se podrá evitar la guerra de monedas... ¿Una política de mayor gasto público, como la que anhelan Stiglitz, Krugman, etc., puede ser la solución?
Difícilmente. A los deseos de una política a la Keynesiana se viene imponiedo en USA y también en Europa, una política liberal agresiva, que tiene a los conservadores, también a Obama - y a los gobiernos socialistas como en España- como principales impulsores. Se trata de salvar a cada economía nacional cueste lo que cueste. Y justamente son las profundas contradicciones estructurales de la principal potencia capitalista mundial y de la Unión Europea, las que cada vez más indican que la crisis no adminte resoluciones de fondo en el terreno nacional. Por eso, las propuestas de revitalizar un Keynesiansimo a partir de mayor gasto público, han sido impotentes, no sólo por que Obama priorizó el rescate de los grandes bancos de inversión a la obra pública, o que el muchacho "gasto poco" como critica Krugman... sino que dada la magnitud de la crisis, comparable con la de 1930, como también el salto en la interdependencia de las economías en relación al mercado mundial, ambos hacen que la solución está cada vez más en el exterior que al interior de las economías. Todos los Estados se preparan para disputar una solución descargando "su" crisis en el exterior, cuestión que se dejó ver la última cumbre del G 20, no olvidemos su fracasó al no poder resolver medidas coordinadas internacioalmente ante la crisis.
Krugman termina sosteniendo un programa pragmático, combinar devaluaciones de dólar con mayor gasto público, un programa que se saldría de la ortodoxia Keynesiana (una ortodoxia que por cierto, no cuenta en sus manuales con las lecciones de la carrera armamentista de USA y su intervención en la Guerra Mundial como variables de última instancia para relanzar el capitalismo norteamericano, una vez fracasado el propio New Deal).
Estamos ante la prima brisa, previa al huracán. Los animals spirits... los espírtus animales según Keynes, sólo traeran más convulsiones, ataques, guerras comerciales y guerras. Nos queda prepararnos para la irrupción violenta de las masas, nuestra tarea preparar su triunfo.

No hay comentarios: