miércoles, 13 de agosto de 2014

Donnelley: el fraude de otro buitre

Emiliano Trodler
En el mundo del revés, la izquierda tiene la culpa de los despidos y suspensiones, y juega a favor de la patronal. La burocracia sindical defiende los puestos de trabajo, atacando a los trabajadores que realizan medidas de fuerza contra los despidos. Y el gobierno enfrenta los poderes concentrados reprimiendo los cortes de ruta y poniendo a la Gendarmería Nacional a disposición de las multinacionales Yanky.
¿Hace falta dar vuelta el discurso burdo con que el gobierno intenta justificar la represión y el ajuste al pueblo trabajador? ¿Hace falta decir que cuando el gobierno ataca a la izquierda o las comisiones internas combativas, lo que busca es generar en sectores de la opinión pública un clima antiobrero, que le libere las manos a las patronales buitres para seguir suspendiendo y despidiendo? El SMATA salió a amenazar con que podría haber “una desgracia” en algún enfrentamiento. Otro Mariano Ferreyra. Otro Pedraza del “modelo sindical” K.
El lunes 11/08 los trabajadores de Donnelley se encontraron con un cartelito en la puerta de la fábrica que anunciaba el cierre de la empresa. Un verdadero fraude por parte de esta patronal buitre, que no logró reunir ante el juzgado las pruebas suficientes para que se le otorgue el preventivo de crisis.
No se trata simplemente de una “decisión política” o de un “conflicto ideológico” como planteó Capitanich. Se trata de una clara maniobra extorsiva para descabezar a la comisión interna y avanzar con un agresivo plan de flexibilización laboral que incluyen despidos para 123 trabajadores, casi un tercio de la fábrica.
En sus Estados Contables de 2013 la patronal justifica las pérdidas netas del ejercicio por el aumento de los costos, principalmente los salariales.
En estos años, efectivamente la empresa presentó resultados netos negativos. Como afirmábamos aca se trata de resultados financieros, es decir, de una situación de liquidez circunstancial. No de un problema de “inviabilidad” de la empresa.
Otras empresas líderes en el rubro como Morvillo o AGR también presentan resultados negativos durante estos años, pero ninguna de ellas se encuentra en situación de quiebra. Es que entre 2002 y 2012, la industria gráfica aumentó un 88% el volumen físico de su producción, y la utilización de su capacidad instalada pasó del 48% al 80% y las exportaciones aumentaron un 220% en dólares en el mismo período.
Pero a los trabajadores gráficos no les fue tan bien. Mientras que la cantidad de obreros ocupados y las horas trabajadas se mantuvo más o menos estable, la productividad por obrero ocupado y por hora trabajada aumentaron en 80% y 86% respectivamente. Es decir, que las patronales lograron casi duplicar la producción extraída de cada obrero incorporando maquinaria y aumentando los ritmos de producción.
En el caso de Donnelley, de acuerdo a los Estados Contables 2010, 2012, 2013, la producción del segmento comercial y editorial pasa de 591.514 tiros en 2009 a 617.472 tiros en 2012, con un pico de 739.428 tiros en 2011. Es decir que la caída de la producción en 2013 no llega a perforar el piso del año 2010, año que para el conjunto de la industria se considera un muy buen año.
Por eso señala en su Memoria los esfuerzos por “asegurar el aprovisionamiento de papel –nuestra principal materia prima- que es proveniente en su mayoría del exterior”.
Si la decisión de cerrar la planta es de la casa matriz y tiene que ver con la “inviabilidad” del negocio, deberían explicar por qué en la Memoria de los Estados Contables de abril de 2014 afirmaban que tanto la capitalización de la deuda con la casa matriz (que posee el 98,32% de las acciones) como los aportes de capital por más de 3 millones de pesos “demuestra la confianza de nuestros accionistas en la continuidad del negocio”. La de Donnelley se trata de una burda maniobra extorsiva.
Pero los trabajadores no se han dejado extorsionar y respondieron poniendo la planta a producir bajo control obrero para garantizar la continuidad de las fuentes de trabajo. Esta debe ser la perspectiva para toda empresa que intente cerrar dejando cientos de familias en las calles.
En los comienzos de una crisis que promete nuevos ataques a las condiciones de vida del pueblo trabajador, es necesaria la coordinación desde abajo de los trabajadores que salen a luchar para enfrentar a un enemigo común: las patronales, la burocracia traidora, y el gobierno. 




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