Alfredo Zaiat nos dice en su habitual columna en Pagina/12 de los sábados, titulada hoy "No es un invento" que los empresarios andan preocupados con la ley de abastecimiento porque podrían perder privilegios "apropiados por el ejercicio de la posición dominante en mercados en el caso de que el Estado empiece a aplicar esa herramienta normativa para evitar abusos sobre consumidores y pymes".
Sin embargo, como decimos acá, en la edición del miércoles de La Izquierda Diario, tanto las acaloradas reacciones empresarias como las expectativas de la progresía oficialista son, como mucho ruido y pocas nueces. Allí decimos:
Como herramienta para controlar los precios es de dudar que pueda tener alguna efectividad, considerando que los precios regulados por el gobierno son los que más suben. La ex-directora del INDEC Graciela Bevacqua consigna que en agosto los precios tuvieron un alza anual de 40,6%, mientras que los precios regulados subieron 54,6%. Resultados similares muestra la Dirección de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires, que informó en agosto un alza anual del 40,1%. Al desagregar por rubros, se destacan “Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles” con un incremento del 46,2%, y “Transporte” que registró una suba del 53,1%. El gobierno termina validando los ajustes de precios que piden los empresarios. El Ministro Kicillof estableció hace ya un tiempo (cuando todavía era vice ministro) el parámetro de ganancias “razonables”. Bueno, esta “razón” de las ganancias lleva a ajustes continuos que el gobierno tolera en los sectores que hoy controla. ¿Qué motivo hay para esperar que actúe distinto teniendo mayor injerencia? ¿Qué hace el gobierno ante las maniobras de las exportadoras de granos? ¿Frente a las automotrices que "encanutan" autos?¿Qué hicieron con los bancos que especularon por una devaluación y ganaron 10 mil millones de pesos sólo en enero? Siempre termina cediendo, y autorizando aumentos de precios.La regulación de los márgenes de ganancias es un engaño. Las empresas siempre tienen una “contabilidad creativa” con la cual justificar los aumentos de costos que fundamentan aumentos de precios. ¿Lear no presentó un preventivo de crisis trucho? ¿Donnelley no hizo una quiebra fraudulenta? Eso hacen todas las empresas. El proyecto de ley prevé que el estado tiene facultades para hacer continuar la producción, la distribución o comercialización de la producción siempre y cuando se muestre que las empresas hacen maniobras especulativas. Pero el proyecto también establece un resguardo para las patronales: si el negocio no es viable está justificado que detengan la producción, distribución o comercialización. Las empresas siempre pueden justificar la “inviabilidad”. En ese caso, el proyecto establece que el estado puede otorgar una “justa y oportuna compensación”. Es una estafa.
Completo, acá, en La Izquierda Diario.
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