jueves, 21 de octubre de 2010

Los K y sus apologistas tratan de esquivar el bulto

Como lo expresa El diablo, con odio y sin respeto. Todos los que escriben fanáticamente todos los días sobre el progresismo que hay en todo acto kirchnerista, que el fin de semana se emocionaron junto con Bossio y Panigo por la gran actitud igualitaria de este gobierno por la que afortunamente vetó la injusta ley del 82% móvil, hacen como el tero frente al asesinato de Mariano Ferreyra. Todo apunta hacian Hugo y Néstor, pero no, mejor mirar para otro lado.
Desde ayer a la tarde, la usina de expertos en esquivar el bulto trabaja full time para Hugo y Néstor. Primero fue Duhalde el actor en las sombras. Algunos hablaron de TN tratando de tirarle un muerto al gobierno, como si fuera Magnetto el que hubiera mandado a la patota de Pedraza. Y hoy, para Artemio sería una tragedia causada por "la tercerización", un ente abstraído de los actores sociales que perpetúan esta situación y son hostiles hasta el asesinato hacia los que cuestionen esas condiciones.
Hacen como el tero, porque de otra forma tendrían que reconocer que los sucesos de ayer son emergentes de una cuestión que hace al corazón de las condiciones de explotación de la fuerza de trabajo en argentina, y de cómo la burocracia tiene una serie de intereses creados, de prebendas y negocios, que se han ido desarrollando gracias a las posiciones que ocupan en los sindicatos. El manejo de las obras sociales, la posibilidad de obtener cuotas extras de aportes en las negociaciones paritarias. El kirchnerismo preservó este entramado, la división de la fuerza de trabajo y los posiciones de los burócratas sindicales, dado que estas condiciones fueron óptimas para que el capitalismo argentino gozara de años de crecimiento a tasas chinas aprovechando masivamente la fuerza de trabajo barata. Que no otra cosa que esta trasnferencia fue la marca distintiva del "modelo" de dólar a 3 pesos.
Hechos como el de ayer muestran que la precarización laboral, el trabajo flexible, la tercerización, están lejos de ser "herencias persistentes". La dirigencia sindical de prácticamente todos los gremios -la mayoría de los cuales integran la CGT moyanista- defienden activamente y renuevan esta herencia. El propio gobierno, en el caso de la línea Roca, prefirió impulsar aumentos de sueldo significativos para sectores tercerizados antes que aceptar su efectivización.
La flexibilización es una gran "política de Estado", que cuenta con el concenso de el gobierno, los empresarios y los dirigentes sindicales. Así el kirchnerismo puede impulsar paritarias y Recalde puede jugar al reparto de las ganancias sin que esto impacte sobre una porción mayoritaria de la clase trabajadora, que por su condición precaria también actúa como límite para las mejoras de los sectores registrados.
El sindicalismo de base, que cuestiona la posición de la burocracia y amenaza por lo tanto su fuente de prebendas y negocios, no es un simple adversario o una oposición; es un enemigo mortal, tanto para los sindicalistas como para los empresarios. No todos los días hay muertos, pero el hostigamiento de la burocracia (en alianza con el gobierno y los empresarios) a los sectores combativos es cotidiano y permanente. Este es el muerto en el placard de los progres K.

Con esto no querríamos exculpar a Duhalde, cuya vocación asesina ya hemos visto en 2002, ni a TN, que así como ayer cubrió ampliamente en el caso de Kosteki y Santillán tituló "La crisis causó dos nuevas muertes" (???????). Como dijimos, se trata de una política de Estado, que unifica a políticos, empresarios y gobierno contra el sindicalismo de base, más allá de las disputas por tirarse la responsabilidad de los muertos.

Como concluye el Diablo: "Desterrar a la burocracia sindical de las organizaciones obreras es nuestro compromiso de lucha y de venganza de clase por la muerte de Mariano y de tantos luchadores obreros y populares que dieron su vida luchando por la emancipación de la clase trabajadora".

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