sábado, 27 de agosto de 2011

Chile

El semanario inglés The economist, bastión indiscutido de la reacción mundial,  tiene muy claro que en los sucesos que hoy sacuden Chile se juega mucho. No por nada titula "Descontentos en Chile: la rotura de la presa. Frustración acumulada en los defectos de una democracia exitosa" (el destacado es nuestro). En Chile no sólo se define lo que pasará de aquí en más en dicho país. La proyección de los eventos que ahí ocurren tendrá sin lugar a dudas alcance continental, sino global.
Desde que la dictadura de Pinochet permitió transformar a ese país -a sangre y fuego- en el primer laboratorio para los experimentos neoliberales, aplicando el recetario ideado por Milton Friedman para desmontar todo tipo de política de intervención estatal que afectara siquiera tibiamente la libertad de empresa, este modelo “exitoso” se transformó en el principal producto de exportación chileno. Todas las dictaduras latinoamericanas de los años siguientes tenderían la alfombra roja a los “Chicago Boys” para recibir la misma asesoría experta que -siempre en la opinión de las usinas ideológicas de la burguesía y los representantes del imperialismo- había salvado la economía chilena. Las medidas de privatización (evitando eso sí desprenderse de Codelco), desregulación económica, permisividad con nuevas formas de especulación financiera, liberación de trabas a las importaciones y recorte del gasto público (que para 1980 equivalía a la mitad del monto que había alcanzado con Allende, siendo Salud y Educación las partidas más recortadas), aplicadas duramente por Pinochet bajo la doctrina friedmaniana de “terapia de choque”, serían a partir de entonces el camino a seguir de todas las reformas “modernizadoras”.
La gravitación de este “ejemplo” no sólo quedaría limitada a la región. En todo el mundo, las reformas neoliberales reconocieron a Chile como un ejemplo a seguir. En las reformas tacherianas y reaganianas, así como en las medidas de Lech Walesa para avanzar en la restauración capitalista en Polonia, y también en el Consenso de Washington, vemos los ecos de las victorias políticas e ideológicas de los personeros neoliberales en este país del sur. La ofensiva del capital contra el trabajo, que permitió hacer caer en todo el mundo la participación de los asalariados en el ingreso nacional mientras se liberaban los canales para la valorización del capital, tuvo siempre al Chile de Pinochet como punto de referencia indiscutible. El prestigio que por décadas mantuvo el inspirador de las principales medidas de la dictadura pinochetista, Milton Friedman, no sería el mismo sin el “éxito” de la dictadura pinochetista en aplicar las medidas que él instruyó.
Lo que The economist llama sin pruritos una “democracia exitosa" con “defectos”, es un régimen que con apoyo tanto de la Concertación como de los sectores políticos pinochetistas (parte de los cuales integran hoy el gobierno del empresario Sebastián Piñeira) mantuvo las condiciones duras hacia la clase trabajadora y los sectores populares. En las bases estructurales de este régimen, quedaron impuestas las condiciones para una democracia para ricos. El reclamo por el que hace meses que vienen luchando los estudiantes, de educación pública libre y gratuita, amenaza el corazón de este modelo. El Estado “mínimo” para los sectores populares, pero siempre presto a actuar como vehículo para el enriquecimiento burgués empieza a estar impugnado en uno de sus pilares.
Este cuestionamiento no sólo representa una amenaza para la burguesía en Chile. Durante estas décadas, las recurrentes y agudas crisis en la región, fueron explicadas por una insuficiencia en las "reformas estructurales". Frente a las sucesivas crisis fiscales o de balance de pagos, se mostraba el modelo chileno, que -reformas mediante- no sólo había logrado crecimiento económico sino además una estabilidad política inexistente en el resto de la región. A pesar de la bancarrota ideológica del neoliberalismo apurada por la crisis de Wall Street iniciada en 2007 -aunque muchos de los exponentes de estas ideas tratan de hacer como sin nada y seguir para adelante, apoyados en que nadie ha mostrado ninguna receta alternativa con probabilidad de éxito ni apoyo de los empresarios- Chile permanecía como legado duradero de una promesa de los éxitos que puede traer la receta neoliberal. Es una de esas conquistas sólidas -al menos hasta hoy- que dan fuerza moral para que los gobiernos burgueses sigan haciendo que los trabajadores y sectores populares, sobre todo en los países dependientes, se traguen la dura receta del ajuste, como está imponiendo hoy Alemania en toda Europa. Por eso, este diario inglés nota con preocupación que "muchos chilenos ya no están dispuestos a ignorar lo que ven como fallas en su democracia duramente ganada, a cambio de estabilidad política y crecimiento económico". Es que la nueva "batalla de Chile" que están llevando adelante los estudiantes y obreros, puede tener proyecciones mucho más allá de Chile, especialmente en Latinoamérica. 
Hoy está el desafío de evitar confiar en nuevas reformas o transiciones que no conduzcan a ningún lado. Es lo que empiezan a proponer la Central Única de Trabajadores (CUT, liderada por el PS pero en la que también tiene importante peso el PC que está al frente entre otros sectores de los metalúrgicos de Cotramet) y la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECh, dirigida por el PC junto con sectores autonomistas), cuando hablan de una “segunda transición a la democracia”. Los participantes de la vieja Concertación, contribuyen nuevamente apuntalar el régimen pinochetista, evitando que el movimiento apunte a dañarlo de manera irreversible.
En las antípodas de este camino que conduce a no lograr nada, el desafío es extender la alianza de los trabajadores y estudiantes que empezó a verse en el paro del 24 y 25, sobre la base de una amplia organización democrática de las bases (mediante asambleas estudiantiles, asambleas de trabajadores, delegados votados por las bases, algunas cosas que en pequeño han comenzado a verse en estos días), para proponerse que caiga no sólo la educación sino todo el régimen pinochetista. Contra el plan de ‘segunda transición’, que cambiará algo para dejar intactas las bases del Chile de la dictadura, se impone plantear como perspectiva una Asamblea Constituyente libre y soberana llamada sobre las ruinas del régimen, donde sea el pueblo el que delibere y no las cúpulas, para liquidar toda la herencia pinochetista de represión, superexplotación y entrega al imperialismo.


¡Viva la lucha de estudiantes y trabajadores en Chile!

¡Manuel Gutiérrez, presente!

Solidaridad internacional con la lucha de los estudiantes y el pueblo chileno

jueves, 25 de agosto de 2011

América Latina, de las fantasías del desacople a la ilusión de blindarse con la UNASUR

http://www.pts.org.ar/IMG/rubon4512.jpgEn La verdad obrera nº 441, seguimos elaborando sobre las perspectivas que tienes los países latinoamericanos en el contexto de la crisis. Puede leerse aquí el articulo.

El Amado baluarte del pensamiento “nacional y popular”

Parece el colorado Ramos ha encontrado un digno sucesor. Alguien dispuesto ha recoger el guante de batallar por “construir la patria grande, la patria latinoamericana”, dispuesto al combate ideológico contra los ideologos de las políticas neoliberales, gracias a cuya influencia “la economía fue muchas veces utilizada como un recurso para legitimar las relaciones de poder dominantes”.
No estamos hablando de ningún intelectual de Carta Abierta, aunque este nuevo exponente del pensamiento Nac & Pop ha sido festejado por Ricardo Forster por sus citas a Marx. Nada de eso, las ideas latinoamericanistas de esta nueva luminaria de la izquierda nacional han fermentado frente a las narices de los partidarios de Alsogaray y los ideólogos del CEMA.
No estamos hablando de otro que el Ministro de Economía, Amado Boudou, que finalmente se ha destapado en el congreso de La Gran MaKro como lo que sin duda siempre fue, un compañero en la lucha contra el imperialismo y por la unidad latinoamericana. Sus años en los think tank y partidos que predican el neoliberalismo, no pueden haber sido otra cosa que un concienzudo estudio del adversario. Engañados, mientras estos representantes de los grupos politicos y sociales más recalcitrantes creían inculcar su credo liberal, en realidad estaban permitiendo que el hoy devenido ministro K construyera su caso contra el neoliberalismo. No se puede llevar adelante seriamente la lucha por la causa nacional y popular si no se estudia a fondo a sus enemigos del establishment e incluso, para engañarlos, se repite de cuando en cuando algunas líneas del credo ortodoxo.
Por supuesto, Boudou es parte de una izquierda “no dogmática”. No lo vamos a ver repitiendo consignas como el “no pago de la deuda”. Su estrategia es mucho más sutil: para despistar al adversario, pentrar entre sus filas y dividir sus fuerzas, viene aplicando una maniobra formidable: el brillante desendeudamiento. De esta forma, cuando los bonistas creen que tienen enfrente un gobierno proclive a armonizar con sus acreedores, en realidad están siendo transformados en instrumentos de la emancipación nacional y la unidad latinoamericana. En el teatro de la batalla por los precios, las tropas de Amado y Moreno vienen aplicando de manera brillante este misma maniobra. Los oligopolios están completamente abatidos por la destrucción del índice de precios del Indec. Sin este indicador, ya no pueden conocer sus costos, y por lo tanto no saben que precio aplicar y se someten dócilmente a las indicaciones del secretario de comercio, que les indica qué precios poner para que haya “Carne para todos”, “merluza para todos”, “Nafta para todos”, y largos etcéteras. Algunos mal pensados de la oposición, y sobre todo los que dicen que truchar el índice de precios sólo despista a los trabajadores, y que esta política es un piedra libre para que los empresarios saquen tajada de la inflación, no son más que escribas a sueldo de los oligopolios.
Por si quedaban dudas, cuando le comunican a Amado las sospechas que se comentan por ahí de que la nacionalización de las AFJP no tuvo otro objetivo que hacerse de caja, y que los argumentos de defender “la plata de los jubilados” eran sólo para el discurso, este economista, profundamente compenetrado con la cuasa de nuestros abuelos, rechaza con indignación estos dichos infames. “Nosotros nacionalizamos para darle a todos los jubilados un ingreso digno. El año pasado vetamos el 82% móvil, porque nos parecía miserable. Tenemos en gatera un plan, que se demoró porque lo estamos estudiando concienzudamente, de aplicar el 150% móvil para las jubilaciones”. Estas palabras del ministro, son apenas un botón de muestra de lo que se viene con la profundización del modelo.

Psssssssssssssss

Bueno, por si alguno se tomo en serio estas notas escritas con humor (única manera de entrarle "seriamente" a las declaraciones mendocinas del Ministro de Economía), aclaro que suscribo la "tesis Carrasco" respecto de este personaje. También, anticipándonos a quien lo señale, reconocemos que es un despropósito la comparación entre Abelardo Ramos, y el chapucero candidato a Vicepresidente de Cristina Fernández. No sólo por los verdaderos esfuerzos por elaborar sobre la realidad que hizo el primero (con todas las borricales imposturas que Milcíades Peña le señaló certera e impiadosamente), sino porque además Ramos migró efectivamente en sus posiciones políticas, desde el trotskismo hasta apoyar al peronismo desde una izquierda nacional (para terminar en sus tiempos decadentes apoyando a Menem), en un marcado giro a derecha, mientras que a Boudou el giro "nac & pop" y su intempestiva declaración de fe marxista, no le han exigido moverse ni un ápice en su política, sino sencillamente aderezarla con declaraciones "izquierdistas" (entre infinitas """").

miércoles, 24 de agosto de 2011

24 y 25 TODO CHILE PARALIZA: ¡Hermano, chileno, no bajes tus banderas, que aquí estamos dispuestos a cruzar la cordillera!



Porque motivos sobran: Educación gratuita | Trabajo estable | No mas sueldos de hambre

En este link todas las actividades de nuestrxs compañerxs del PTR chileno durante el Paro Nacional 24 y 25 Agosto.

Viva la lucha de los trabajadores y estudiantes chilenos! Desde aquí vaya todo nuestro apoyo. Como en los setentas, cantamos: “¡Hermano, chileno, no bajes tus banderas, que aquí estamos dispuestos a cruzar la cordillera!”

domingo, 21 de agosto de 2011

América Latina frente a la crisis internacional ¿blindados con el UNASUR?

El agravamiento de la crisis internacional está generando un cambio en el ánimo imperante en los gobiernos de la región. Hasta hace un tiempo, la consideración parecía ser que la crisis era eminentemente una crisis de los capitalismos avanzados y su modelo neoliberal, pero que el impacto a los “emergentes” sería limitado. La expectativa de fondo era –y sigue siendo- que la creciente demanda asiática de alimentos es un aspecto estructural sólido que no será arrastrado por la crisis (lo mismo que los altos precios). El ascenso de los emergentes, es decir de América Latina y los países asiáticos profundizando sus flujos comerciales y de inversiones, no sería golpeado por la crisis.

En las últimas semanas ese panorama se puso un poco más brumoso. En pequeña escala, se vio durante los días de la crisis una caída de los formidables precios de las materias primas. En la reunión de presidentes de la UNASUR el colombiano Santos planteó el problema de qué sucedería con los dólares que tiene la región como reservas si se deprecia el dólar, a la vez que alertó contra las consecuencias que viene teniendo el masivo ingreso de capitales, y lo que podría ocurrir si el flujo se revirtiera rápidamente. En la reunión técnica que se realizó hace una semana entre los ministros de la región, definieron la ampliación del Fondo Latinoamericano de Reservas (que por el momento integran Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú, Uruguay y Venezuela). Este fondo permitiría proveer fondos a países que afronten dificultades por el lado externo. También se discutió la eliminación del dólar del comercio regional (algo que aplican con escaso éxito Argentina y Brasil), el el fomento de los intercambios entre los países miembros y el apoyo a las instituciones de crédito sudamericanas, como la Corporación Andina de Fomento y el nunca concretado Banco del Sur.

¿Blindaje de los “emergentes”?
La reunión de los últimos días en la UNASUR muestra que los gobiernos se preparan para recibir impactos por el lado financiero. Los esperan meno por el lado del comercio externo, especialmente de commodities. Por eso se ha discutido centralmente como articular políticas activas para que la región pueda blindarse de la crisis.
Estamos ante medidas defensivas, que mantienen de fondo la ilusión de que nos salvamos de la mano de China. En esta esperanza se unen a los nostálgicos de la época dorada de las exportaciones agrarias a Inglaterra a comienzos del siglo XX, con los neodesarrollistas que aspiran a continuar y ampliar la apropiación de esas rentas para realizar inversiones y políticas de demanda. Sólo los divide que hacer con los dólares del comercio exterior. Empresarios locales expresan la misma fe. Como dice una nota del diario La nación “Eduardo Eurnekian, por caso, suele entusiasmarse en privado con que el futuro será de los países emergentes por razones estructurales: el mundo desarrollado llegó a un techo y no crecerá más hasta que no se descubran nuevas tecnologías, dice. China, India, Vietnam, Indonesia y América latina, en cambio, traccionarán al planeta durante los próximos años”.
Este optimismo a contramano de las penurias europeas y norteamericanas, pasa por alto la severa corrosión que vienen sufriendo las bases del crecimiento asiático. Por mucho que han aumentado los vínculos económicos Sur-Sur, la economía que ha empezado a cargar sobre sus espaldas el crecimiento mundial, China, no ha dejado atrás su esquema de crecimiento apoyado en exportaciones. No hay plan de hacerlo en lo inmediato, e incluso el plan de aumentar la proporción del consumo en relación al PBI en 5 puntos parece voluntarista. Lo mismo puede decirse de muchas otras economías asiáticas. El dinamismo de su crecimiento exportador se recostaba sobre el consumo norteamericano en base a endeudamiento, cosa que no veremos resurgir el lo inmediato. Aunque la demanda norteamericana recuperó gran parte de lo perdido durante la crisis, no estamos ante una perspectiva de que siga jugando el rol que tuvo hasta 2007 de dinamizador del crecimiento mundial. Sin ese apoyo, no está claro por el momento cómo sostendrán su crecimiento en el mediano y largo plazo las economías que más vienen creciendo. Alemania, la economía que entre los países más desarrollados aparece más sólida, no puede reemplazarla (si es que no se ve arrastrada por la crisis en Europa), ya que ella misma también es fuertemente dependiente de las exportaciones. Por eso, no está muy claro dónde seguirán colocando sus exportaciones. No por casualidad, hemos visto cómo desde 2008 se aceleró el esfuerzo de China por acceder a nuevos mercados. Esto no debería pasar desapercibido: aunque las ventas a China siguen creciendo para la región, y el país asiático encabeza el ranking de los destinos de exportaciones de la región, mucho más viene aumentando el volumen y valor de las ventas Chinas en los países de la región. Es una fuente de dólares, pero también un destino hacia el cuál fluyen. El balance está cada vez más cerca de la zona de déficit, o ya está allí para algunos países latinoamericanos. Y lo que debería ser más preocupante para los países de la región, es que esta avanzada exportadora en la región, por mucho que deteriore los balances externos de los países latinoamericanos, difícilmente permita reemplazar la demanda de EEUU, y por lo tanto es muy probable que vaya acompañada de una desaceleración del crecimiento de China, y por lo tanto de su demanda de alimentos.

¿Nueva época de autonomía regional?
Algunos sectores políticos e intelectuales afines a los gobiernos de la región recurren al paralelismo entre la crisis actual y la otra crisis histórica global, la de los años '30, para plantear que la debacle definitiva de la ideología neoliberal y su decálogo del Concenso de Washington, sería la oportunidad para hacer finalmente lo que según esta visión se inició pero no se pudo concluir durante la última década: profundizar el desarrollo local mediante una profundización del mercado interno vía redistribución a los sectores populares.
¿Puede plantearse en el marco de la actual crisis histórica un curso semejante, que no se dio durante los años más prósperos de la última década? Son varias las condiciones que sugieren que la respuesta a esta pregunta es que tal perspectiva es bastante improbable. Entre otras:
-venimos de un cierto agotamiento de un ciclo de gobiernos con rasgos "nacionalistas", más retóricos que reales, pero que tomaron alguna distancia del pleno alineamiento imperialista que se impuso durante el imperio indisputado Concenso de Washington. Su posición relativamente autónoma se apoyó en la bonanza que tuvo la economía mundial: altos precios de granos e hidrocarburos, fuerte crecimiento de la demanda de los mismos, bajas tasas de interés, y flujos de capitales para varios países. Luego de una década con condiciones extraordinarias están no han sido aprovechadas para generar cambios significativos en la estructura económica. El único aspecto significativo que muestra un cambio en la situación es que la región redujo su endeudamiento externo, y en muchos casos la deuda pública. Esto ha sido así en el conjunto de la región, y no específicamente en algunos países. En vez de decretar el no pago de las mismas, se pagó generosamente, y a esto se sumaron las remesas de utilidades y otras transferencias, para concretar una década de generosos aportes de recursos de los países latinoamericanos al resto del mundo, que podrían haberse volcado a resolver los profundos problemas de infraestructura social y encarar el desarrollo en importantes áreas relegadas. La posibilidad de aprovechar hoy la crisis para seguir un curso de mayor autonomía dando mayor peso al mercado interno, aplicando incentivos sectoriales y medidas similares, está puesta en duda porque los gobiernos de la región que vienen aplicando algunas medidas económicas de tipo más intervencionista están entre los más sensibles a los trastornos que puedan ocasionar un fuerte deterioro en la situación internacional. Podría creerse que los países que han tenido una política de mayor apertura al capital externo y menos intervencionista –como Brasil– son los más comprometidos, ya que están viendo cómo las medidas tomadas para enfrentar la crisis en los países del norte están generando flujos de capitales que sobrevalúan sus monedas y generan incluso algunas burbujas. Sin embargo, esto no es necesariamente así. Argentina y Venezuela, por ejemplo con la inflación creciente y los problemas fiscales -disimulados por la propia inflación. Esto viene siendo contenido por la continuidad de algunas de las condiciones extraordinarias que acompañaron el crecimiento "a base de burbujas" de la última década, y que se mantuvieron, aún profundizadas, durante el primer tiempo pos crisis. También ayuda para países como la Argentina que las medidas monetarias en EEUU hayan apreciado algunas monedas en relación al dólar, mientras que el peso tiene una paridad casi fija. Aunque la crisis viene golpeando distinto, y para algunos países pesan más los aspectos en los que las condiciones siguieron siendo favorables mientras que para otros los efectos son más combinados, lo cierto es que incluso para estos últimos la situación del comercio exterior favorable sigue siendo un colchón para manejar los desequilibrios. Aquí, pensando las analogías, tenemos que pensar en un probable escenario 74-75, donde la disparada de precios pueda ser seguida por una fuerte caída. Esto pasó también en 2008, pero se revirtió al año siguiente. La diferencia entre 2008 y la actualidad, es que la mayoría de los países de la región han perdido capacidad de ajuste (gastando parte de los “colchones” fiscales y de los dólares logrados durante 2002-2007). Si las economías con mayor apertura están expuestas a las consecuencias que puede tener una abrupta reversión en los flujos de capitales, y también lo están si se mantiene ese flujo por los efectos recesivos que puede ocasionar la sobrevaluación de la moneda, los problemas que se han ido acumulando sin atinar a resolverlos, también las economías caracterizadas por un mayor intervencionismo han perdido capacidad de reacción ante un cambio abrupto en las condiciones internacionales. Difícil en este contexto capitalizar una nueva profundización de la crisis, cuando lo que se impondrá más bien es contener los trastornos que la misma podría ocasionar.
- Una segunda cuestión que pone límites a una perspectiva más autónoma, es que la burguesía mercado internista, al igual que en la década del '30, es raquítica en relación a los sectores burgueses exportadores de materias primas y el capital imperialista asociado a ellos. Incluso gran parte de la misma son multinacionales industriales, también dedicados a la exportación  en muchos casos. Estas últimas están a lo sumo interesadas en algunos nichos de  mercado regional pero no en aumentar significativamente sus inversiones en la región. Lo que, utilizando la terminología de algunos investigadores podríamos denominar la “cúpula industrial” de los países latinoamericanos, que incluye aparte de capitales extranjeros muchas multilatinas afincadas en varios países de la región (con preponderancia de capitales de México y Brasil) se basa en la exportación a otros países de la región, pero también de Europa y Asia. Se enfoca en algunos segmentos de consumidores medios y altos, y en ninguna medida acompañaría un cambio marcado en los patrones distributivos marcadamente regresivos, que más allá de la retórica y de algunas concesiones no se alteró en la última década. En ese sentido, la base para un proyecto de desarrollo más apoyado en el mercado interno como respuesta a la crisis mundial se muestra más acotada en el contexto actual.
- La economía mundial está mucho más interconectada. La crisis actual se ha mostrado como mundial en un sentido en el que no podía serlo la crisis del '30. A diferencia de lo que fueron las crisis de deuda y de balance de pagos que se dieron entre los '80 y comienzos del siglo XXI, la “Gran Recesión” no se caracterizó por una propagación exclusivamente financiera, sino que también golpeó severamente el comercio global, y por lo tanto afectó la producción y el empleo en todo el mundo. Lo mismo puede decirse de los mecanismos puestos en juego para enfrentar la crisis. Para que nos demos una idea, un sólo paquete de estímulo de los lanzados por EEUU fue equivalente al doble de la economía argentina. Una magnitud algo menor a esta tuvo el programa de estímulo monetario QE2. Estamos considerando sólo las medidas tomadas por EEUU. Pensemos que esto se amplifica en Europa y en Asia. Magnitudes igualmente astronómicas tienen los ajustes que en Europa y EEUU se están discutiendo para hacer frente a los problemas fiscales. No es casual entonces que estas políticas generen enormes desequilibrios y burbujas en varios países de los que más vienen creciendo por 2008, como China y Brasil. No hay proporción entre el impacto global de las medidas tomadas por las economías más fuertes, y la capacidad de “blindarse” que tienen los países latinoamericanos. Contradictoriamente, son algunos de los países que por su envergadura aparecen como más fuertes (como China y Brasil) algunos de los más afectados y "desequilibrados" por las medidas tomadas por las naciones afectadas por la crisis. Entre otras cosas porque su fortaleza y crecimiento ha permitido oportunidades de rentabilidad imposibles de hallar en otros países. Esto ha generado enormes problemas para la política económica, frente a los cuáles han intentado distintas series de iniciativas, la última de las cuáles fue la reunión de UNASUR.
- Por último, debemos señalar que uno de los principales blindajes que tienen los estados  latinoamericanos para hacer frente a la situación inestable de la economía mundial, son las reservas obtenidas del comercio exterior. A diferencia de lo que ocurría parcialmente en los '30, hoy las reservas monetarias en mercancía dineraria (oro, plata) son casi inexistentes, y la mayoría de las mismas están conformadas por dólares. La magnitud del “blindaje”, depende en gran medida de que EEUU evite un escenario crítico que hoy empieza a estar cada vez más planteado, como es la corrida sobre el dólar, aunque su materialización siga siendo bastante improblable por el momento. 

Ni “oportunidades históricas” ni blindajes que desacoplen de las turbulencias globales
Con la amenaza de un default europeo sobrevolando en el horizontes próximo, la ilusión de un desacople de las economías latinoamericanas es muy difícil de sostener. Incluso Página/12, siempre dispuesto a festejar el mal pasar de las economías del norte dando muestras de una buena dosis de provincianismo, destila hoy preocupación por las consecuencias que puede traer el clima de fin de época para el ordenamiento económico global. Como se vio a fines de 2008, un escenario de bancarrota en Europa o una fuerte corrida sobre el dólar y la deuda norteamericana, con efectos globales similares a los que tuvo la caída de Lehman Brothers, no permiten esperar ningún desacople.
Sin embargo, aún si este escenario no se produce, las economías de la región seguirán mostrando crecientes dificultades. El mejor escenario para las burguesías latinoamericanas es que la ominosa perspectiva de las economías europeas y EEUU siga siendo parcialmente compensada por el crecimiento de China, y que esta última economía no se vea arrastrada en la vorágine ni se agudicen los problemas internos que su economía ya está atravesando. Si se da este escenario benévolo, cada vez más improbable, de todos modos irá acompañado de efectos ambivalentes causados por las medidas tomadas en el norte para afrontar la crisis. La disparada de precios de los commodities puede mantenerse, agravando los problemas inflacionarios en distintos países, pero también puede transformarse en una fuerte caída y generar problemas en el balance externo para varios países. También puede suceder lo mismo con los flujos de capitales. Pueden acelerarse, generando los problemas de sobrevaluación de algunas monedas regionales y la existencia de burbujas inmobiliarias, o pueden revertirse abruptamente, generando problemas crediticios en algunos países donde esta entrada de dólares ha sido la base para crear booms de consumo. Estos efectos externos  se articularán también con los distintos problemas que ya muestran las economías de la región, generando a la vez distintas tensiones regionales, como las que están viviendo Argentina y Brasil.
¿Qué implica esto? Que lo que no permitieron los años de bonanza de la década pasada, mucho menos podrá darse ahora, aún si sigue habiendo una situación que no se vuelve inmanejable. La inflación, el efecto desestabilizador de la suba de capitales, las tendencias al desbalance del comercio externo (especialmente por el factor China) son algunos de los aspectos que están planteando la necesidad de algunos ajustes, en el marco de los cuáles es difícil proponer cualquier plan industrialista ni nada por el estilo. Si durante los mejores años de la década, con rentabilidades récord, la acumulación de capital se mantuvo retraída y más bien la región aportó capitales al resto del mundo, más improbable se ve ahora la promesa de medidas para un desarrollo integrado de la región, del tipo de las declaradas en las reunión de  UNASUR. Aún en el caso de medidas como las de Brasil anunciadas hace algunas semanas, estas tienen un carácter defensivo ante la sobrevaluación de la moneda, y apuntan a resolverlo sin tocar la moneda ni afectar los intereses del sector financiero. Además, tienen un sesgo clásicamente ortodoxo, recordando a las tomadas por Cavallo en la década del '90 para afrontar el mismo problema en la Argentina.
Frente a los desequilibrios mencionados, y la discusión de las medidas para enfrentarlos, se vuelve cada vez más difícil articular las necesidades de los distintos sectores de la burguesía, y sobre todo mantener las expectativas de mejoras de las masas obreras y populares. Se plantea una perspectiva de mayores pujas entre distintos sectores burgueses y de mayor lucha de clases, aun en el escenario menos crítico.
Las desigualdades estructurales, en el crecimiento y en los desequilibrios acumulados generan enormes vallas a cualquier respuesta coordinada de la región ante la agudización de la crisis, más allá de las declaraciones de buenas intenciones realizadas en las cumbres de la Unasur. Aunque el futuro pueda mantener o aun mejorar uno de los polos de estas condiciones –la demanda estructuralemente más alta de granos y otras commodities– difícilmente se mantengan los precios actuales, y aunque pueda haber nuevas inyecciones de liquidez que creen condiciones similares a las del crédito barato que acompañó la última década, todo sugiere que irán acompañadas de mayores efectos “traumáticos” sobre los precios. Si los “logros” que tienen para mostrar los países de la región no se condicen con la retórica, será difícil siquiera mantenerlos en la situación inestable que plantea aún el mejor de los escenarios previsto para la coyuntura, que es que puedan contenerse las contradicciones más explosivas por el transcurso de entre uno y dos años.
El desarrollo de una alternativa política independiente de los trabajadores, es urgente contra los preparativos de las burguesías para descargar sobre nuestras espaldas los efectos de la crisis. Para evitar es necesario imponer un programa obrero y socialista de respuesta a la crisis, que tome medidas contra el imperialismo e imponga el monopolio estatal del comercio exterior y la nacionalización y control por parte de la clase trabajadora de los principales resortes de las economías de la región.

sábado, 20 de agosto de 2011

Trotsky, a 71 años de su asesinato




Leemos en el Blog del IPS:

Hace 71 años León Trotsky, dirigente de la revolución rusa de 1917 junto a Lenin, era asesinado en México por un sicario enviado por Stalin. Su asesinato fue el punto culminante de una política de persecución, terror y muerte que la burocracia estalinista había lanzado sobre él y sus seguidores. Esta incluyó no sólo la muerte de sus cuatro hijos y el asesinato de varios de sus más íntimos colaboradores, sino el fusilamiento en masa de sus compañeros de lucha que heroicamente resistían al estalinismo en los campos de deportación y las prisiones de la Unión Soviética.

El asesinato de León Trotsky fue un frío cálculo político de Stalin, basado en la previsión de que la segunda guerra mundial engendraría nuevamente la revolución, tal como había ocurrido en la gran guerra con la revolución rusa en 1917. Trotsky encarnaba la experiencia viva de la revolución de octubre. El ensañamiento de Stalin en acabar con su vida se sostenía en el temor de que nuevos triunfos revolucionarios cuestionaran la dominación imperialista y con ello el dominio de la propia burocracia en la URSS.

Trotsky fue una personalidad revolucionaria extraordinaria. Junto con Lenin fue el más importante teórico y estratega marxista del siglo XX, y su continuador en la batalla por mantener viva la herencia revolucionaria de octubre ante el ascenso del estalinismo y del fascismo durante la década del ’30; una década signada por la más grande crisis capitalista de la historia y el inicio de una nueva carnicería imperialista mundial.

La justeza del combate de Trotsky ha hecho que su figura sea la personificación de la continuidad revolucionaria de Marx y Engels, y de Lenin y la tradición revolucionaria del marxismo, y no ha hecho más que agrandarse con el paso del tiempo. Trotsky supo mantener la firmeza revolucionaria cuando otros flaqueaban, y aún en la situación más hostil murió convencido que el futuro comunista era el único destino progresivo al que podía aspirar la humanidad.

Hoy, ante la emergencia de la crisis capitalista más profunda desde los años ’30, que muestra los límites de un periodo de triunfalismo burgués y el comienzo de un nuevo ciclo de la lucha de clases mundial, el legado de León Trotsky recobra más actualidad que nunca. Sólo esta herencia, que afrontó las duras pruebas del siglo XX, puede presentarse como el verdadero marxismo revolucionario de nuestros días.

Trotsky dedicó los últimos años de su vida a construir la Cuarta Internacional, el partido mundial de la revolución socialista. La crisis capitalista mundial y los acontecimientos de la lucha de clases que estamos viviendo en distintas partes del planeta, anticipan lo que vendrán, al mismo tiempo que muestran la validez de la perspectiva revolucionaria del trotskismo.

El PTS y la FT-CI luchamos por un programa y una estrategia internacionalista con el objetivo de construir partidos revolucionarios de la vanguardia obrera y juvenil en todo el mundo como parte de la lucha por reconstruir la Cuarta Internacional fundada por León Trotsky.

En este nuevo aniversario de su asesinato, el CEIP León Trotsky le rinde homenaje mediante la publicación de un nuevo Cuaderno, dedicado en esta ocasión a la historia de la Oposición de Izquierda rusa. Puede leerse un adelanto del mismo en el Blog de debates del IPS Karl Marx.




También los invitamos a escuchar a Andrea Robles, coordinadora del CEIP, en la emisión de Pateando el tablero del día de hoy.

jueves, 11 de agosto de 2011

Mas sobre la crisis mundial y su impacto en estos pagos

http://www.pts.org.ar/IMG/rubon4471.jpgEn La Verdad Obrera Nº 439, Paula Bach publica No son las "nociones económicas"... es la crisis capitalista, discutiendo las visiones de los premios Nobel Paul Krugman y Joseph Stiglitz sobre la crisis y los problemas que EEUU ha tenido para enfrentarlas. Lejos haber sólo un bloqueo político, como considera el primero, o un problema de nociones económicas, como sostiene el segundo, las medidas han pospuesto las peores consecuencias de la crisis, como una profunda destrucción de capitales y licuación de deudas, pero por eso mismo estas cuestiones siguen pendientes. De esta forma, se pone en cuestión la nocion de que el problema es que Obama fue tibio en lo que hizo, o que si el Tea Party no impusiera una senda de ajuste del gasto, nuevas medidas podrían disparar el crecimiento. Por otra pate, analiza los acontecimientos históricos que se vienen produciendo.
Además publicamos No hay “desacople” frente a la tormenta internacional, en la línea de lo escrito en este blog hace unos días.
Invitamos a leerlos.

lunes, 8 de agosto de 2011

¿Desacople? ¿Desconexión? Nada de eso, la tormenta internacional pega fuerte por aquí

Vemos como titulaba IECO hoy a la tarde: "La Bolsa porteña sufre la peor pérdida en años y está a punto de dejar de cotizar".
Si en el mundo las caídas bursátiles promedio rondaron el 5%, el MERVAL perdió casi el 10%. La bolsa local quedó así al límite de interrumpir su cotización, algo que hicieron las acciones de Mirgor, Petrobras Brasil y Petrobras Argentina que superaron ese límite. Si por acá marcha todo bien según afirman los voceros oficiales y la Argentina se desacopla, parece que en la bolsa no se enteraron.  
Hemos planteado en varias oportunidades (ver aquí, aquí y aquí), que la economía argentina ha acumulado varias dificultades, y que estas no dieron lugar a crisis principalmente por ayuda de algunos aspectos de la economía mundial, vinculados a las medidas tomadas en EEUU y otros países para enfrentar la recesión. La fuerte entrada de dólares al vecino Brasil viene apreciando su moneda, y lo mismo ha ocurrido con las de otros socios comerciales, permitiendo que no se note la pérdida de valor del dólar en el mercado local (esta pérdida de valor ocurre porque como suben los precios producto de la inflación, el dólar cada vez compra menos; este efecto implica que el peso se está apreciando en relación al dólar). De esta forma, aunque el peso se haya apreciado en relación al dólar, sigue depreciado en relación al real y otras monedas, lo cual permite mantener un colchón de competitividad aún a pesar de la inflación.
Otra gran ayuda para mantener el "esquema K" vienen siendo lo dólares de la soja exportada, que no serían tantos si los precios no estuvieran inflados por la especulación. Este es otro resultado de las medidas tomadas por los gobiernos para enfrentar la crisis; la inyección de liquidez realizada por los bancos centrales puso dinero en manos de las compañías financieras, y estas buscan vorazmente inversiones prometedoras, entre las cuales descolla el agrobussinness. 
Esto es mucho más importante que la vistosa caída del Merval. La caída de los valores bursátiles locales, en un panel de menos de 200 empresas, difícilmente se vuelva un factor crítico, aunque sí puede limitar un poco el financiamiento de algunas firmas. Pero pone de relieve una extendida ansiedad que recorre todos los mercados, y puede disparar alguna fuga hacia la calidad. Acá podría darse una ironía que señalan varios analistas: que la baja de la calificación de la deuda norteamericana, dispare la compra de los activos considerados más seguros, que son...¡bonos del tesoro norteamericano! En busca de seguridad, los inversores y especuladores adquieren estos bonos, abandonando las inversiones en otras monedas, y los activos ligados a commodities como la soja. De esta forma, se hace más barato para los EEUU endeudarse, mientras caen los valores de la soja, el petróleo y algunos países pueden empezar a ver fuga de capitales. De hecho, hoy se vio un incipiente comienzo de esta tendencia, de la cual el único commodity a salvo fue el oro; lo mismo ocurrió durante los últimos meses de 2008.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias para Argentina? Sin acceso a los mercados a pesar de los íntimos anhelos de Amado Boudou, el canal financiero no parecería ser el de mayores problemas. Sin embargo, aun en meses relativamente calmos, el país viene sufriendo una aguda salida de capitales (en la primer mitad del año se fugaron u$s 9.800 millones). Si la incertidumbre internacional acelera esta fuga, no hay dólares de la soja que aguanten, y el Banco Central podría verse obligado a aceptar una pérdida de reservas.
Pero hay más. Si lo que estamos viendo en los últimos días se mantiene, podrían caer agudamente los precios de los granos. De esta forma, el ingreso de dólares previsto por la exportación podría reducirse, complicando los números externos de la economía, aún si el escenario de fuga acelerada de dólares no se concreta. 
Y por último, está la cuestión de si comienza a retraerse el ingreso de dólares en Brasil. Sin duda es difícil responder por dónde impactará, aunque sí es más sencillo prever que de una u otra forma, causará problemas para la Argentina. Existe la posibilidad de que esta salida de dólares en el país vecino, que ha generado un boom de consumo basado en crédito, no sea profundamente recesiva, sino que alivie la presión sobre el tipo de cambio, revirtiendo un poco la apreciación de la moneda de los últimos tiempos. ¿Qué ocurriría en ese caso? Pues que la competitividad "importada" que tuvo la Argentina gracias al real caro, iría desapareciendo. Las ventas a Brasil (ya empantanadas por los roces comerciales) se retraerían, mientras que aumentaría la presión exportadora. Esto signficaría menos ventas para el mercado local, y más déficit en el comercio con Brasil. 
Existe también una segunda posibilidad, que es que, independientemente de lo que ocurra con el tipo de cambio, la fuerte salida de capitales arrastre a Brasil hacia la recesión. En ese caso, el menor de los problemas para la Argentina sería la competitividad. Casi el 60% de los autos que se producen tienen como destino Brasil, y esta industria tiene importantes efectos sobre muchas otras. Lo mismo vale para otros rubros manufactureros, que tienen en Brasil un mercado clave. 
Como se ve, todo indica que la pregunta que hace un tiempo algunos podían hacerse retóricamente: ¿qué pasa si el viento de cola pasara a ser de frente? encontrará una respuesta próximamente. Difícilmente esta sea otra cosa que ominosa. 
El gobierno K ha venido sacando fruto de la bonanza -que derrama para pocos- que ha podido sostenerse por este viento de cola internacional. Seguramente aspiran a que no haya "nunca menos" ayuda de afuera que la de estos tiempos. Sin embargo, no es ese el panorama, y como ya se vio en entre fines de 2008 y comienzos de 2009, los mecanismos de bonapartismo económico K poco pueden hacer para evitar que el impacto de la crisis golpee a los trabajadores. Lejos de eso, cuando las papas queman los costos caen sobre los trabajadores. Ni el gobierno K ni la oposición burguesa prometen otra cosa. Sólo la izquierda obrera y socialista, que el régimen busca proscribir con el piso de 1,5% impuesto para las elecciones internas del 14 de agosto, propone una serie de medidas para evitar que los costos de la crisis los paguen los trabajadores, y se pueda garantizar trabajo para todos, con un salario acorde a la canasta familiar

viernes, 5 de agosto de 2011

Algunas discusiones sobre esta semana negra

Las reflexiones de Paula Bach sobre esta semana negra para las bolsas del mundo, y lo esto pone en evidencia, fueron el disparador de algunos intercambios sobre qué margen queda para que la intervención Estatal pueda ensayar algunas nuevas medidas para evitar una nueva situación catastrófica, como ocurriría si los países europeos en crisis fiscal se vieran definitamente arrastrados al default, que por ahora vienen posponiendo pero no evitando, o si se deteriora poderosamente la situación en EEUU, que evitó el default técnico pero con medidas que profundizan la sombría perspectiva sobre su economía. 
El primero de los comentarios es de Juan Chingo, luego va mi respuesta.



Parece que la burguesia y sus escribas , ahora se estan dando cuenta que esta no es una crisis mas como aun increiblemente esperaban. Estamos en un acontecimiento historico de las mismas proporciones que la crisis de 1930, como dijimos los marxistas en el año I de la crisis. Esta crisis no tiene solucion con las medidas usuales ya sean fiscales o de politica monetaria, incluso con su uso indicriminado y sin precedentes como fue despues de la caida del Lehman. Todo fracasara. La unica solucion  pasa por licuacion de la deuda de los deudores y una consecuente perdida para los acreedores, ya sea mediante defaults o renegociaciones. Esta cuestion  puede provocar una nueva crisis bancaria y bancarrotas de bancos, que es lo central que se intenta evitar.
La unica alternativa a este escenario de catastrofe financiera es una inflacion importante , cuestion que por ahora los bancos centrales se niegan a aceptar abiertamente. Pero la rudeza de la crisis puede dejarlos sin alternativa.
Para los paises acreedores del sur como China o Brasil que cuentan con importantes reservas, aunque estas al comienzo pueden jugar como un colchon, frente a la perpectiva enunciada estas pueden comenzar a licuarse . A su vez, paises como el segundo deberan acostumbrarse a una moneda sobrevaluada lo que afectara a su industria. Para evitar esta perspectiva puede verse obligados a bajar sus altos " costos" para mejorar su competitividad. 
Vamos a un mundo en el mejor de los casos con una economia mundial en contraccion por años  , lo que va a disparar  guerras monetarias y una dura lucha por quedarse con un pastel que se achica.
Los cuerpos sociales y politicos de los paises se veran ultra tensionados. Ya se puede ver en España donde Zapatero adelanto las elecciones a noviembre. La duda es si aguantara incluso a esa fecha. La polarizacion en curso em Madrid entre el 15M que quiere recuperar El Sol y figuras del PP amenazando llamar a movilizar a su base es uma muestra de los enfrentamentos agudos por venir.
Saludos, desde Rio, donde la magnitud de la crisis impide a uno despegarse a pesar de esta bonita ciudad
Chingo

Mi respuesta
Me parece muy bien tanto lo planteado por Paula como por Chingo. Sólo quería agregar que hoy también me parece difícil la salida a la encerrona que plantea Chingo, es decir la resolución de la situación fiscal comprometida vía la inflación, que haga caer el peso de las deudas en relación a la economía. Esto fue ampliamente aplicado por Europa y EEUU entre 1959 y 1980, y permitió cumplir los compromisos fiscales a pesar de los déficit públicos que acompañaban las medidas del Estado de Bienestar. Pero me parece que las condiciones actuales hacen muy difícil esto, por dos cuestiones: la internacionalización de las finanzas, su desregulación y la apertura de los flujos de capital entre países, y la debilidad en la que se encuentra hoy la principal reserva monetaria mundial, el dólar.
Por un lado está lo que plantea Juan, es decir el rechazo del Banco Central Europeo (BCE) a cualquier relajamiento monetario. Los países que controlan la política monetaria, y especialmente Alemania, no tienen nada que ganar con esta política de depreciación de la moneda. Los países que más acuciantemente la necesitarían, tienen poca capacidad de influenciar en los lineamientos centrales de la política monetaria de la zona Euro. Pero además,  en las condiciones actuales, como se viene viendo dramáticamente desde que comenzó la crisis de la zona Euro en 2010, los centros financieros mundiales han adquirido un enorme poder de veto, a tal punto que la crisis de la zona Euro no es otra cosa que la evaluación desaprobatoria que están haciendo desde las finanzas globales a lo que no son otra cosa que los resultados de las medidas llevadas a cabo para salvar a los grandes bancos, y contener el contagio de las hipotecas basura y sus derivados sobre el conjunto del sistema.  Cualquier política inflacionista podría disparar corridas sobre la moneda de la zona. Aunque esto no es contrapuesto al objetivo inflacionista (la desvalorización de la moneda repercute en cierta medida sobre los precios internos, dependiendo de la apertura económica), esto podría verse más que compensado por la salida de capitales y la consiguiente contracción de la liquidez en la zona Euro, lo cual podría más que compensar cualquier efecto benéfico de la inflación sobre la carga de la deuda.
En el caso de EEUU, yo creo que viene intentando ya una política inflacionista (en ese sentido allí no veo que haya reticencia, al menos no en todos los niveles de las autoridades económicas, aunque si hay muchas divergencias de opiniones entre distintos niveles) por parte de la Reserva Federal, como son los QE a los que venimos haciendo referencia. Estos no apuntan tanto a golpear sobre la deuda pública (aunque también lo hacen), sino que se proponen actuar sobre los precios de los activos financieros, mejorando sus precios, y desvalorizar las tenencias monetarias inmovilizadas por empresas e individuos, para que estos se vean empujados a gastarlos.  Como decimos en el borrador de documento sobre la economía mundial, esta medida rindió frutos acompañada de otras iniciativas fiscales, y cuando se venía del hundimiento económico y se trataba de sacar a la economía de lo más hondo del pozo. Pero ahora, un probable QE3 sin que tenga como compañía una pata fiscal, probablemente tendrá más impacto sobre los precios que sobre la actividad económica. Pero además, es necesario considerar que esta política tiene profundos efectos a nivel global, sobre los precios de los commodities y sobre la relación entre el dólar y otras monedas. Hoy aún se están viviendo los efectos del QE2, que están alimentando el “recalentamiento” de economías como Brasil y a la apreciación de sus monedas. Aunque EEUU tiene una gran capacidad de daño sobre los “colchones” de reservas en dólares de China, Brasil, y otros países, estos también han adquirido una gran capacidad de veto sobre la política norteamericana, dado que son quienes financian con sus compras los déficit gemelos norteamericanos. Podría pensarse que están sometidos a un chantaje, dado que tienen tantas reservas en dólares que están obligados a actuar para evitar la desvalorización. Pero esto es válido en tanto y en cuanto no sea la propia “imprudencia” de la política norteamericana la que impulse la desvalorización de la moneda, de forma al menos parcialmente independiente de lo que hagan sus compradores de bonos. Esto es lo que podría ocurrir con un nuevo QE, y de ser así se crean las condiciones para la tan temida corrida sobre el dólar que nadie quiere.
En ese sentido, creo que la encerrona, la dificultad de alternativas no sólo para una recuperación consistente sino para seguir ganando tiempo y evitar un nuevo episodio crítico, es aún más grave. Todavía tienen cartuchos, pero el alcance temporal de cada iniciativa parece ir reduciéndose dramáticamente.
Esteban 

miércoles, 3 de agosto de 2011

Los anuncios en Brasil: Menos mal que se terminó el neoliberalismo en América Latina

El gobierno de Brasil anunció el día de ayer un generoso plan de defensa de la industria, "contra la competencia desleal" de la producción extranjera. Página/12 lo presenta como un "rescate de la producción y el empleo" y hace hincapié en los controles al comercio. Sin embargo, la cobertura de este diario minimiza lo que es la pata central del plan: una masiva reducción de las cargas previsionales en las ramas de "confecciones, calzados, muebles y software". Igualito que los recortes que Cavallo impulsó en los '90 y que contribuyeron a desfinanciar la caja previsional, que sólo se recuperaría durante esta década y con el aporte de fondos de la coparticipación.
"Eventualmente", anuncia el gobierno de Rousseff, las pérdidas de la caja previsional serán compensadas por el tesoro. Los fondos previsionales deben poner el hombro para afianzar la alianza de Rousseff con la industria, porque sino la alternativa sería tocar la política de tasas de interés elevadas, cuyo objetivo declarado es combatir la inflación, pero que en los hechos permiten pingües beneficios en la especulación financiera. Y eso no parece estar en los planes del gobierno. Menos mal que estamos en una época de gobiernos "posneoliberales" en la región... ¿no?