Luego de los anuncios de estos días, que se analizan con detalle
acá y
acá,
hay dos términos que el gobierno ya no podrá seguir utilizando para
describir al mentado "modelo", significante que se va llenando de forma
variada según los giros que pegue la política económica. El primero de
ellos es desendeudamiento. Sí, no es nuevo, en los últimos años el
tesoro viene contrayendo deuda por varios miles de millones de pesos,
pero hasta el momento había sido deuda en pesos, y en su abrumadora
mayoría contraida con organismos públicos como la ANSES, el Banco
Central, etc. Ahora cruzó un rubicón que tantos funcionarios y escribas
oficiales aseguraron que nunca se cruzaría: emitir deuda en dólares. No
otra cosa son los bonos que se planea emitir. Recordemos, varias veces
los defensores de la política oficial, una vez que no pueden seguir
diciendo que hay desendeudamiento (porque es algo del pasado, aparte de
que el término es muy rimbombante para decir en realidad que se pagó,
como diría el tango, como unos chambones),
pasaron a decir que no hay mayores problemas, porque la deuda que se
venía emitiendo es en pesos, no en dólares, y ningún país tendría
problemas para emitir en su propia moneda. Bueno, por cada CEDIN o
BAADE que emita, el gobierno contrae una deuda en dólares, no en pesos.
Así que, ni "deseudamiento" en pesos, ni en dólares. El problema del
acceso a dólares para pagar deuda en dólares, que se suponía que era
algo que se iría terminando en el futuro, vuelve, ya que, como dice
Julio Gambina en un artículo moderadamente crítico, "Con esta medida se retoma el camino de la deuda dolarizada".
"Pesificación"
es otro término que los entusiastas de la política oficial deberán usar
con algún prurito. Activos en moneda extranjera tendrán circulación
legal en el mercado local, para financiar inversiones productivas, y,
más aún, las transacciones de inmuebles, cuya pesificación fue un
objetivo reiteradamente proclamado, queda también archivada. Los bienes
inmuebles seguirán pactándose en dólares, con el aval oficial que
expresa el CEDIN.
Ni
crecimiento, ni
inclusión,
ni desdolarización ni desendeudamiento (y por lo tanto ni "soberanía").
El "modelo" K se va quedando sin palabras que le den algún barniz
progre.
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