El sostenido aumento de los precios internacionales de los alimentos, que está derivando en una crisis alimentaria, esta causando cada vez más preocupación.
Es que al menos desde 2006 los precios internacionales de las materias primas como los granos se han más que duplicado (128% el maíz, 163% el trigo, 98% la soja) por distintas causas, entre ellas, el incremento de la demanda de países como China y la creciente producción de biodisel (cuya producción se multiplicó por once entre 2000-2007 y se descuenta que seguirá aumentando), pero también por la especulación financiera alimentada por la debilidad del dólar y el desinfle de la burbuja inmobiliaria. En los últimos nueve meses de 2007 el volumen de capital de fondos de inversión europeos orientados al mercado de granos se quintuplicó, y se multiplicó por siete en el caso de los fondos de inversión estadounidenses.
Un informe de la OCDE y la FAO asegura que los cereales podrían subir entre un 60% y un 80% durante la próxima década.
De este modo, la especulación financiera sobre los precios de los granos con instrumentos como los “futuros” se ha convertido en un negocio asegurado.
El mercado de Futuros es aquel en el cual se transan contratos en los cuales las partes se comprometen a comprar o vender en el futuro un determinado bien (por ejemplo, granos), definiendo en el presente la cantidad, el precio y la fecha de vencimiento de la operación.
Por ejemplo, si usted compra “futuros” de soja en junio con vencimiento en agosto, a un precio de $1000 significa que se compromete a recibir una cantidad predefinida de ese producto en la fecha de vencimiento pautada, por la cual deberá pagar $1000. Si en agosto el precio de la soja sube a $1300, obtendrá una ganancia bruta de $300. Por eso además de los productores, hay muchos especuladores que no ven jamás una bolsa de trigo, maíz o soja, sino que son poseedores virtuales de los mismos.
En Argentina se negocia en el mercado de futuros entre un 15% y 20% de la producción de commodities. Estas transacciones se realizan en el mercado a término de Rosario (ROFEX) y en el de Buenos Aires (MATba). Los “futuros” funcionan no sólo como palancas crediticias para los grandes productores, sino también como espectaculares nichos de valorización financiera para apuntalar sus ganancias.
Uno de los reclamos de los que se hace eco la burguesía rural es que las retenciones móviles plantean liquidar el mercado de “futuros. Las recientes medidas anunciadas por el gobierno, tienen por objeto reestablecer dichos mercados a futuro a la vez que mantiene intacto el poder de especulación sobre el precio de los alimentos de los grandes productores que acopian millones de toneladas de granos para hacer subir los precios y así abultar sus márgenes de ganancias a costa de los trabajadores.
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