miércoles, 11 de junio de 2008

Grandes agrolimentarias y exportadoras

En todos los “eslabones de la cadena”

Pablo Anino


Las agroindustrias desarrollan actividades en parte en el “campo” y en parte en la industria, su unidad da cuenta de la integración del proceso de elaboración que va desde los productos primarios, en tierras propias o arrendadas, hasta el procesamiento de parte de éstos y su destino al mercado interno o a la exportación.

Incluso, llegan a integrar la producción de mercancías no alimenticias. Así, se apropian de una cuota de la plusvalía general tanto a través de ganancias por su actividad como capitalistas industriales y comercializadores, como de renta agraria en tanto terratenientes. Contra la falsa polarización entre terratenientes e industriales, o entre “burguesía nacional” y capital trasnacional, en este segmento de la producción todos están fuertemente entrelazados a través de la participación en negocios comunes y la propiedad compartida de parte de la infraestructura productiva. Toda diferenciación de funciones desaparece y los terratenientes, sociedades agropecuarias, industriales y exportadores se presentan como uno solo.

Si bien las agroindustrias son preponderantes en la economía de gran parte de las provincias no pampeanas, por su escala, integración productiva, inserción internacional y concentración de capital, las agroindustrias de la pampa húmeda, en particular las de granos y oleaginosas, adquieren una gran relevancia nacional. Las principales empresas integran la cadena productiva a través de la propiedad de una gran parte de la capacidad de almacenaje (granos y aceites) y de la mayoría de las fábricas de aceites y subproductos. Controlan el transporte de las mercancías a través de concesiones ferroviarias, camiones propios o tercerización. Las exportadoras se constituyen en el vínculo con la cadena a nivel mundial a través del efectivo control del comercio exterior que establecen sobre granos, aceites y los subproductos de cereales y oleaginosas, operando la gran mayoría de los puertos, como concesionarios o propietarios. Los actores clave en este “mundo” controlan una parte importante del comercio exterior del país, éstos son Cargill, Bunge, AGD, Vicentín, Dreyfus, Molinos y Nidera (ver gráfico).

Las agroindustrias explican el 27% del valor agregado por la industria (ponderación del Estimador Mensual Industrial para el año 2004), siendo el procesamiento de alimentos y bebidas el principal bloque industrial superando, incluso, a la industria automotriz. Su importancia se expresa en los 30 mil millones de dólares que obtienen por la exportación de manufacturas agroindustriales y de productos primarios, en la mayoría de los casos efectuadas por las mismas empresas, que se ubicó en el 54% del total vendido al exterior en el año 2007 (1).

Las agroindustrias obtienen un beneficio extra por el reducido valor de la fuerza de trabajo que contratan. Venden a precios internacionales sus productos, pero sus costos salariales están “desacoplados” del mercado mundial. Según el INDEC los costos salariales de los trabajos registrados del sector se encuentran en un promedio mensual de $2.270, con mínimos que alcanzan los $983 en la producción de hortalizas, legumbres, flores y plantas ornamentales. La masa salarial de unos 850.000 trabajadores registrados en la producción primaria y agroindustrial la pagan con sólo un 29% de las exportaciones realizadas.

Otro beneficio es que parte de las retenciones es remitida nuevamente a la agroindustria mediante subsidios del Estado. Además, dependiendo de las condiciones mundiales de demanda, pueden configurar la proporción de las mercancías que elaboran en función de maximizar ganancias eliminando parcialmente los efectos de las retenciones. Cabe agregar que como por la exportación de, por ejemplo, aceites de soja, las retenciones son sustancialmente menores que para la exportación de granos de misma especie, las aceiteras se ahorran de pagar la diferencia que deberían desembolsar si exportaran el grano en bruto. Este mecanismo adquiere, como señalan algunos autores, la forma de un subsidio encubierto.

La impresionante concentración de capital permite a las grandes empresas agroindustriales, terratenientes, sociedades agropecuarias y exportadoras imponer la eliminación progresiva de productores pequeños y medianos en la región de la pampa húmeda o su traspaso a rentistas. Mucho más avanzó sobre los campesinos que en la “periferia” de la frontera agraria producían algodón en Chaco, caña de azúcar en Tucumán o aquellos que practicaban producción de subsistencia. Entre 1988 y 2002 unas 81.000 explotaciones agropecuarias han desaparecido (Arceo Nicolás y Gonzáles Mariana, “La transformación del modelo rural”, Le Monde diplomatique nº 107, Mayo 2008). El capital más concentrado combina las facetas de agropecuario e industrial. Entre otros casos, se destaca la familia Blaquier, que ocupa sillas en la UIA y en la Sociedad Rural. O Jorge Zorreguieta (padre de la Princesa Máxima) ruralista y actual presidente de la Coordinadora de la Industria de Productos Alimenticios y Secretario de Agricultura en la última dictadura.

1 Incluso hay actividades que aparecen en las estadísticas como exportaciones de manufacturas de origen industrial que están estrechamente ligadas a la producción agropecuaria. Un ejemplo son los aceites esenciales de limón o los agroquímicos.




ACEITERA GENERAL DEHEZA

El gran exportador y terrateniente K


Paula Bach


Grupo industrial Aceitera General Deheza. Propiedad del senador kirchnerista por Córdoba, Roberto Urquía. Explota aproximadamente 200 mil hectáreas de campos propios, arrendados o en asociación con terceros productores, en las mejores zonas de Argentina para la obtención de soja, girasol, maní, trigo y maíz, materia prima que luego utilizan en la elaboración de sus productos. En sociedad con Cerealista Moldes S.A., Provincia de Córdoba, vende semillas, fertilizantes, agroquímicos y realiza acopio, consignación y comercialización de cereales y oleaginosos. Propietaria junto a Bunge Argentina, del puerto Guide S.A., terminal de líquidos con sitio de atraque de buques exclusivo, en el Puerto de Rosario. Propietaria, junto con otras aceiteras, de Terminal 6 S.A., primer puerto privado argentino, el de mayor capacidad de carga y descarga simultánea. Terminal 6 S.A. incluye una planta industrial que produce aceites y harinas proteicas. Bajo el nombre de Nuevo Central Argentino S.A., tiene la concesión (asociada con otros grupos) por 30 años de 4.757 kilómetros de vías férreas que unen Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. En sociedad con Bunge, es dueña de Ecofuel S.A., planta elaboradora de biodiésel. Posee 29 plantas de acopio de soja, girasol, trigo, sorgo, maíz y maní distribuidas en 9 provincias argentinas. En sociedad con una empresa extranjera, es dueña de Graneles Andinos S.A. (Mendoza), que realiza el almacenaje y redespacho de cereales, productos oleaginosos y agrícolas en general, con destino al mercado externo. AGD y sus empresas vinculadas tienen siete establecimientos industriales en las provincias de Córdoba, Santa Fe y San Luis. El Complejo Aceitera General Deheza, en la localidad de General Deheza (Córdoba), centro de la Pampa Húmeda, es la planta industrial más importante del grupo. Allí se realiza gran parte de la producción aceitera y manisera que transforma los aceites vegetales crudos en comestibles, procesa semillas oleaginosas operando con soja, girasol y maní en forma simultánea y almacena los productos procesados. El complejo incluye una planta de envasado de aceites, produciendo sus propias botellas y tapas, con líneas de molienda de oleaginosos y capacidad para procesar 7 mil toneladas diarias de semillas oleaginosas, almacenar 1.000.000 de toneladas de semillas y 60.000 de aceites, mientras transforma 700.000 litros diarios de aceites crudos en aceites comestibles. Posee la Planta Chabás, en la zona sojera del sur de la Provincia de Santa Fe, a 100 km. del puerto de Rosario. Las instalaciones tienen una capacidad de procesamiento de 4.000 toneladas de soja por día, pudiendo almacenar más de 350 mil toneladas de semillas, pellets (alimento para animales) y aceites. Posee el Complejo Niza S.A., Villa Mercedes, Provincia de San Luis con tres líneas de producción: Niza Salsas y Aderezos, elaboración de mayonesas comunes, light y con aceite de oliva, Ketchup, salsa golf y aderezo a base de soja; Niza Alimentos Bebibles, elaboración de alimentos bebibles de soja orgánica y también de frutas; Niza Maní, elaboración de maní pelado, tostado, grana de maní y manteca de maní. Algunas de las marcas “que llegan a su mesa” son: Natura, Mazola, Sojola, Familiar, Cada Día, Trovattore, Natura Oliva Virgen Extra, Mazola Oliva, mayonesas Natura, Cada Día, Mayoliva, entre muchas otras más. El 49% de lo que AGD factura por estas marcas proviene de clientes en el exterior como Angola, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Estados Unidos, Haití, Israel, Japón, Panamá, Paraguay, Puerto Rico, Rusia, Uruguay y Venezuela; entre otros.

¿Algo más senador Urquía?


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