El gobierno ya empezó a “enfriar”
Por Emiliano Trotta
“Les traduzco en criollo: enfriar la economía es bajar el consumo y cuando uno habla de bajar el consumo habla de menos trabajo y menos salario para millones de argentinos que han vuelto a consumir”1. De esta manera se sinceraba Cristina sobre los efectos de su propia política. Es que el gobierno ya empezó a enfriar, y la prueba más fehaciente es que en el último año, y revirtiendo la tendencia que se impuso con la recuperación económica, volvió a aumentar el índice de la pobreza llegando según distintas estimaciones al 30,3% de la población, es decir, aproximadamente 11.000.000 de personas pobres e indigentes.
Ante los evidentes síntomas de agotamiento del “modelo” los últimos días hemos asistido a una intensa discusión entre “enfriadores” y “anti-enfriadores”, que dan cuenta que las crecientes presiones inflacionarias (tanto de orden interno como internacionales), ponen al gobierno ante la necesidad de encarar un cierto viraje en su política económica. Aunque el gobierno aún no ha lanzado un claro plan de enfriamiento, ya ha comenzado, entre otras cosas, a enfriar los salarios. Pero creemos que en el mediano plazo este curso se irá profundizando. Veamos:
Salarios
Como señalábamos en EconoCrítica Nº1, ya en 2007 los aumentos salariales, que en promedio rondaron el 19%, habían quedado rezagados con respecto a la inflación anual que llegó aproximadamente al 25%. Para 2008 el gobierno ha decidido profundizar aún más el enfriamiento de los salarios reales. Para lograrlo, el aumento de referencia que se negoció con la burocracia de la CGT y CTA es del 20% escalonado, cuando ya en el primer trimestre del año la inflación llega al 10% y distintas estimaciones anticipan una inflación anual de aproximadamente 30%. De este modo, para 2008 la caída del salario real sería del 10%.
Tarifas
Antes de que se desatara el conflicto con la burguesía rural, el gobierno preparaba un ajuste de tarifas de luz y gas para usuarios “residenciales” (entre un 15 y 20% para el consumo de una familia tipo, y de aproximadamente 40% para los niveles más altos2). La implementación de las subas es inminente.
A pesar de que el gobierno argumenta que al aumentar tarifas se ahorra de pagar subsidios, la mentira se desmorona ante el caso paradigmático del transporte público, sector al que se le concedió aumentos de tarifas (de hasta un 29%), y al mismo tiempo recibió un aumento de los subsidios, que llegó al 52% durante el primer trimestre de 2008, respecto de igual período del año anterior3.
Gasto Público
Entre los economistas “enfriadores” se viene insistiendo en la necesidad de reducir el gasto (congelando salarios, jubilaciones, y redefiniendo la política de subsidios), no sólo porque consideran que incentiva la demanda y el alza de precios, sino sobre todo para poder hacer frente a los vencimientos de la deuda.
Es que los últimos años el gasto viene creciendo más rápidamente que la recaudación impositiva. Y el superávit primario (superávit fiscal antes del pago de intereses de deuda), aunque sigue en niveles muy elevados, viene descendiendo en términos porcentuales desde 20044, y para 2007 se ubicaba en el 3,2% del PBI.
Pero el aumento del gasto público no se debe a que hayan aumentado sensiblemente los salarios, las jubilaciones, planes de empleo, etc. Por el contrario, se acordó con UPCN un aumento del 19,5%. El salario inicial docente apenas llega a los $1300, y la jubilación mínima está en aproximadamente $590, con un aumento para 2008 de 15% anual y escalonado, y el ya miserable Plan Jefes y Jefas directamente se mantiene sin modificaciones.
En cambio una parte cada vez mayor del gasto público se destina al pago de subsidios. En 2007 el gasto público creció un 47%, y al mismo tiempo, las denominadas “transferencias al sector privado” (subsidios directos) aumentaron en un 50%.
Es que el gobierno destina la mayor parte de los subsidios para compensar a los empresarios que controlan sectores clave en la formación de precios, como el transporte, la energía, las alimenticias, etc., y de este modo intenta frenar una escalada de precios. El ajuste del gasto público difícilmente pueda esperarse de una verdadera reducción de las partidas destinadas a los subsidios.
Un problema adicional es que la recaudación impositiva crece al ritmo de la recuperación, y principalmente del consumo (el IVA es la principal fuente de ingresos tributarios). Por eso, medidas de enfriamiento no sólo tendrán efectos sobre el crecimiento, sino también sobre la recaudación impositiva que es uno de los pilares del sostenimiento del “modelo K”.
Deuda
Días antes de su alejamiento el ex ministro Lousteau reconoció que el gobierno debería afrontar los vencimientos de los próximos años con un nuevo “megacanje”. Es que ya a partir de este año y hasta 2011 vence un tercio de la deuda total, esto es 62.132 millones de dólares entre capital e intereses5.
El gobierno intentará cancelar una parte de la deuda con recursos fiscales, pero sobre todo refinanciar y contraer nueva deuda (principalmente con ANSES, AFJP’s, bancos, organismos de crédito, agentes privados, etc.).
Hemos visto los últimos días que ante la renuncia de Lousteau y el conflicto con el campo, luego de una corrida devaluatoria contenida por el BCRA, los bonos han caído un 8% en un día (para luego volver a subir), y se disparaba el ya olvidado “riesgo país” que volvía a aparecer como noticia.
En el marco de la falta de liquidez internacional, y ante un panorama más crítico de la economía argentina, podrían presentarse dificultades para colocar nueva deuda (tendiéndose a acortar los plazos y elevar los intereses pagados). Es por eso que el gobierno esta intentando reabrir la relación con los organismos de crédito internacional y quiere empezar a cancelar la deuda con el Club de París (de 6200 millones de dólares).
Si bien no hay riesgo de cesación de pagos en lo inmediato, a partir de este año y sobre todo desde 2009 empezarán a pesar los vencimientos de deuda y la necesidad de refinanciamiento. Esto implicará no sólo una creciente carga sobre las arcas públicas, sino también que los representantes del capital financiero estarán cada vez más presentes en la política económica del gobierno.
A pesar de tener una clara política de enfriamiento de los salarios y de mantener planchadas las partidas del gasto destinadas a jubilaciones, salud, etc., el gobierno recién empieza a tomar algunos aspectos de un plan de “enfriamiento”.
La salida “devaluadora” (que implicaría, por ejemplo, llevar el tipo de cambio a $3,8; $4) es altamente inflacionaria, y esto lo reconoce hasta la propia UIA. Sin embargo, cada pequeña corrida especulativa hacia el dólar va presionando a minidevaluaciones que el gobierno deja pasar elevando algunos centavos el tipo de cambio (que hoy se ubica en $3,2).
El “modelo K” está mostrando claros síntomas de agotamiento. Las presiones inflacionarias han erosionado el equilibrio que supo sostener el gobierno en la puja por la redistribución de ganancias y rentas extraordinarias entre los distintos sectores de la burguesía. La “crisis del campo” está poniendo en evidencia que la burguesía rural no está dispuesta a ver menguar sus extraordinarios márgenes de ganancia sin resistencia. El gobierno ha tomado nota y en estos momentos se encuentra negociando la flexibilización de las retenciones móviles. Al mismo tiempo la UIA reclama un “ajuste” al esquema económico, para hacer caer aún más los salarios reales.
Probablemente el enfriamiento de la economía vendrá por la política del gobierno o por el propio mercado. Es de esperarse que en los próximos meses, y ante cada nuevo embate inflacionario, el gobierno empiece a tomar medidas de mayor enfriamiento para sostener el actual esquema económico. Al mismo tiempo, seguramente comience una cierta desaceleración del crecimiento debido a la caída de los salarios reales que lleva inexorablemente a un freno en el consumo de los trabajadores y los sectores populares.
Programa y necesidades de financiamiento 2007-2010
El cuadro grafica el cronograma de vencimientos de deuda (1), y su diferencia con las fuentes de financiamiento presupuestadas (2), que da como resultado la necesidad de financiamiento mediante nueva deuda(3).
1 Del discurso de Cristina Fernández en Añatuya, Santiago del Estero (Critica digital, 28/4/08).
2 Crítica digital, 19/04/08.
3 Ídem.
4 En 2004 el superávit primario era del 3,9% del PBI, en 2005 bajó al 3,7%, y en 2006 a 3,5%.
5 Ismael Bermudez, “Deuda: las razones del canje”, IECO 22/4/08.
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