Buenos Aires, 26 de Febrero de 2012
Me veo en la obligación de escribirle esta carta, en el marco de la difícil situación por la que estamos atravesando muchos luchadores sociales que estamos siendo, no solamente perseguidos y enjuiciados, sino ahora también, ilegalmente espiados; ya que por segunda vez consecutiva Ud. cita mi nombre en su columna dominical del diario Página 12.
Estas persecuciones y espionaje, que luego terminan en causas armadas en la justicia, tienen para mí graves consecuencias. Me han significado 11 causas penales en mi contra y un embargo que llegó a $290 mil, cuando mi salario, señor Verbitsky, es de $4 mil. Esto por el único hecho de defender a mis compañeros de trabajo ante la multinacional Kraft. Por ello sigo con atención la información referida al espionaje que, como hemos denunciado, realiza la Gendarmería sobre organizaciones sociales, obreras y políticas. Ud. escribió hace una semana, en su columna del domingo pasado, que “La defensa de Schenone (Jefe de la Gendarmería) de que sólo actuaron por indicación judicial es menos sólida de lo que parece. Por más que la firme un juez, la orden de hacer Inteligencia sobre trabajadores en huelga o movilización es ilegal”. En esa misma columna explica que el Protocolo de actuación de fuerzas de seguridad y policiales en manifestaciones públicas sentencia que “Todo el personal de seguridad debe lucir una identificación clara que se advierta a simple vista y respetar en cada etapa del operativo la Ley de Inteligencia Nacional” y termina afirmando claramente que “Antes de que concluya la auditoría, parece evidente la contradicción entre esta línea central de trabajo y los procedimientos con anuencia judicial que ha estado realizando la Gendarmería”. La Ministra Garré, en su conferencia de prensa, no dijo nada sobre esta forma ilegal de proceder de la Gendarmería. Por si fuera poco Ud. afirma tajantemente que el Jefe de la Gendarmería, Schenone, es “uno de los hombres de la DEA en la Argentina”. Sin embargo lo que era “evidente” hace apenas siete días, a la semana siguiente ya no lo es tanto y la defensa de Schenone que era “poco sólida”, de repente se volvió fuerte y termina escribiendo la lamentable frase de que la persecución es “un estigma político, no legal”. Usted titula su columna de hoy con un “Ni uno”, pretendiendo negar sin investigación alguna, el espionaje de la Gendarmería, que había aceptado como “evidente” la semana anterior. ¿Puede llegar a tanto su alineamiento con la ex vice ministra de la Alianza, Nilda Garre, como para negar una semana lo que afirmó la anterior? Las causas que pesan en mi contra son reales, señor Verbitsky, y los embargos que se me quieren imponer, inalcanzable para mi sueldo de obrero ¿le parecen a usted solo un “estigma político”?
En segundo lugar, al insistir Ud. jocosamente, en dos oportunidades, con el “chiste” de que yo estaría “alienado” a tal o cual organización política y sabiendo que Ud. se proclama amigo y admirador de ese gran periodista que fue Rodolfo Walsh, una cosa queda clara: más allá de las diferencias políticas podamos tener con R. Walsh, éste nunca se hubiera burlado de esa manera, de una victima de espionaje y mucho menos ridiculizarlo a él y a su partido.
Contrariamente, estaría revisando un “alineamiento incondicional” con un gobierno responsable de 17 muertes por protestas sociales “en democracia”, incluida la de Mariano Ferreyra – a manos del sindicalismo patotero, muchas veces elogiado por CFK -, o los miembros de la comunicad Qom en Formosa, que trató de meter preso al delegado ferroviario Rubén Sobrero (en otra vergonzosa causa armada) para castigar a los trabajadores que denunciaban la complicidad objetiva del gobierno y la empresa de Cirigliano en el Ferrocarril Sarmiento y ahora se ha transformado en cómplice de la masacre de más de 50 hermanos de clase en la Estación Once. Es más, me atrevería a decir que como lo hizo en varias de sus valiosas investigaciones, estaría preocupado por develar quienes son los responsables de estos crímenes y no ocultando, mintiendo, a lo que ahora le suma el “plus” de burlarse de delegados obreros perseguidos y espiados, demostrando “involuntariamente”, que distancia moral lo separa con su admirado R. Walsh. y muy alejado de ese compromiso con la verdad “para dar testimonio en los momentos difíciles” (Carta Abierta a la Junta Militar).
Javier “Poke” Hermosilla, delegado de los trabajadores de Kraft y militante del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS)
(PD: como los dichos las afirmaciones de Verbitsky, pretenden banalizar mi trayectoria y mi buen nombre y honor, como representante de los trabajadores y como militante, solicito a la redacción de Página 12 me otorgue el “derecho a réplica” y publiquen esta carta)
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