Hoy sale Ideas de Izquierda nº 17, revista impulsada por el PTS e
intelectuales que apoyan al FIT. La presentación de este número, que acá
publicamos, da cuenta de las notas de este número y del proyecto que
llevaremos adelante en este nuevo año, con una revista bimensual impresa
y números editados especialmente para la web.
Por si quedaban dudas, a estas alturas podemos decir que Cristina
Fernández ya eligió. Terminará su mandato cubriendo sus necesidades
financieras de la mano del gigante asiático. O al menos va a intentarlo.
En esa clave fue unánimemente leídas por diversos analistas la votación
de apuro llevada a cabo en el Senado en diciembre del acuerdo marco con
China, que en medio de la crisis desatada por la muerte del fiscal
Alberto Nisman no pudo tratarse en diputados antes del viaje de la
Presidenta iniciado el sábado. La cosa venía desde principios de 2014,
pero adquirió prioridad desde que la decisión de la Corte Suprema de los
EE.UU. Rechazó tomar la apelación de la Argentina al fallo del juez
neoyorquino Thomas Griesa que obligaba a pagar a los “buitres” que
rechazaban quita sobre su deuda el 100% de lo que reclamaban. La
confirmación de ese fallo significó un traspié para el objetivo que se
había trazado el gobierno argentino hace poco más de un año, después de
acelerar la devaluación del peso (que sólo en enero de 2014 cayó 23%
frente al dólar). Para este fin el gobierno acordó pagar generosamente a
Repsol por la expropiación de su tenencia en YPF S.A., y pactó con el
Club de París para regularizar la deuda en default. Iniciativas
amigables hacia los mercados que se vieron frustradas por la disputa con
los buitres.
Cualquier ilusión sobre la posibilidad de que este 2015 pudiera transitarse con tranquilidad política, se estrelló estrepitosamente hace ocho días, con la muerte del fiscal Alberto Nisman sobre la cuál cada día las sospechas se vuelven más espesas.
Podemos esperar que esto llevará al gobierno a reforzar los esfuerzos para que las turbulencias económicas no metan la cola. La confluencia de la tensión a flor de piel con un extendido descontento por el deterioro económico está entre las peores pesadillas para el tránsito del último año de Cristina en el poder.
Ya puede leerse online la entrevista a Leo Panitch que publicamos en Ideas de Izquierda 16. Panitch es autor junto a Sam Gindin de La conformación del capitalismo global, un profundo estudio de la manera en la que el capitalismo norteamericano fue el actor central para imprimir a la mundialización del capital sus rasgos actuales.
Este libro, que muestra cómo a lo largo de más de un siglo el Estado norteamericano sentó las bases para desarrollar las capacidades que le permitieron avanzar desde la segunda posguerra en la constitución del orden liberal trasnacional e imponer instituciones de gobernanza global a través de las cuáles asegura una cooperación –y subordinación– del resto de los Estados en el sostenimiento de este orden, viene teniendo desde su publicación en 2012 importante repercusión. Sus autores acaban de ser galardonados con el Premio a la Memoria de Deutscher en el marco de la Conferencia de Historical Materialism realizada en noviembre, de la cual también damos cuenta en este número de la revista Ideas de Izquierda.
No podía ser para menos, ya que documenta sus planteos con amplia provisión de fuentes, rescatando los documentos donde fue plasmando los ajustes en la gran estrategia de los EE.UU.
A lo largo de la entrevista, Panitch enfatiza lo que es un punto central de la investigación plasmada en el libro: el rol de los Estados en la conformación del capitalismo global. Al contrario de las tesis globalistas que interpretan la mundialización con el debilitamiento del Estado, que retrocedería en favor del mercado, para los autores los Estados, que juegan un rol central para sostener de múltiples formas la reproducción del sistema capitalista, deben extender sus funciones al mismo tiempo que se amplía la esfera de circulación del capital. Lo uno es impensable sin lo otro, sostiene Panitch. En particular, el Estado norteamericano se internacionaliza; ejerce funciones para sostener la reproducción global del capital más allá de las fronteras de los EE.UU. Para esto ha creado toda una serie de mecanismos de coordinación, a través de los cuáles es posible lograr que los Estados soberanos que conforman el sistema mundial capitalista actúen de forma coordinada para sostener la acumulación de capital en todo el mundo, den igual trato al capital local y extranjero, etc. Estos mecanismos es lo que Panitch y Gindin definen como imperio informal. Con esta definición buscan distinguir la coordinación global bajo dominio norteamericano del imperialismo, categoría que cuestionan por entender que va asociada a una rivalidad interimperialista que hoy no sería pensable.
El debate que plantea el libro, que podríamos sintetizar en la formulación “imperio o imperialismo”, es de importancia estratégica fundamental. Panitch aclara en la entrevista que no estima que el imperio vaya a sostenerse eternamente. Sin embargo, corre el riesgo de desestimar el alcance real de los desafíos que enfrenta el Estado norteamericano. Los rasgos de agotamiento histórico del poderío norteamericano –aún a pesar de la capacidad de reinventarse que señala Panitch–, la tendencia de los desafíos de integración capitalista a superar sus capacidades, y el surgimiento de divergencias entre los pilares del orden de posguerra, ponen enorme presión sobre el orden de posguerra. ¿Podrá metabolizarse esto sin una escalada en los conflictos? La experiencia histórica no resulta alentadora.
Como hemos sostenido en otra parte, sería necio subestimar el poderío norteamericano y tomar unilateralmente los signos de su decadencia. Pero también resulta un gran riesgo la exageración de las fortalezas del poderío norteamericano y de sus logros. Calibrar certeramente la situación del imperialismo norteamericano, principal fuerza de la reacción en todo el mundo, es de fundamental importancia para la perspectiva de la revolución obrera y socialista internacional. Por eso, discusiones como la desarrollada en este número de Ideas de izquierda sobre La conformación del capitalismo global son de fundamental importancia.
La revista Ideas de Izquierda se consigue en quioscos, y en el Instituto del Pensamiento Socialista Karl Marx (Riombamba 144 – Caba) y en quioscos, librerías y locales de todo el país.
El kirchnerismo hizo bandera del “crecimiento con inclusión” y de la supuesta defensa del empleo. Sin embargo, lo que hemos visto en 2014, es que cuando hay que ajustar, lo hacen sobre la clase trabajadora. Veámoslo.
Paritarias con techo bien bajo
Según las mediciones de precios de organismos oficiales no alineadas con el Indec, es decir la de la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia de San Luis, el año estaría terminando con un alza de precios cercana al 40% (el IPC-BA cerró noviembre con una suba acumulada hasta noviembre de 2014 de 36,1% y una suba interanual de 39,1%). Gracias a la recesión que golpea la economía, el año podría terminar con una suba de precios de “sólo” el 37%.
Comparadas con este trasfondo, las paritarias cerraron en promedio con duras pérdidas para los ingresos promedio de los asalariados.
El canje de bonos para descomprimir los vencimientos de 2015, y los
anuncios sobre Ganancias para los aguinaldos de asalariados que ganen
menos de 35 mil pesos, coronan una serie de medidas para descomprimir el
verano.
La semana que pasó tuvo importantes anuncios económicos. En primer
lugar, Cristina Fernández anunció el pasado miércoles, en su
intervención en la 20 Conferencia Industrial organizada por la Unión
Industrial Argentina (UIA), que eximirán del impuesto a las ganancias
sobre el aguinaldo a quienes cobren menos de 35 mil pesos. El jueves, el
Ministro de Economía Axel Kicillof anunció que se canjearán, un año
antes del vencimiento, los bonos Boden 2015, por un total de 6.700
millones de dólares, habilitando a canjearlos por efectivo, o por nuevos
bonos, Bonar 24, que pagarán a sus tenedores rendimientos hasta su
vencimiento, dentro de 10 años. Cristina también dejó claro en la UIA
que la ley de Abastecimiento, resistida por las entidades empresariales
que iniciaron acciones legales, no será reglamentada. Un guiño a los
empresarios que confirmó lo que les había anticipado el Secretario de
Comercio, Augusto Costa.
Con estas medidas, el gobierno muestra iniciativa en algunos frentes
críticos, y aspira así a terminar de descomprimir algunos focos de
tensión en la economía. De esta forma, aspiran a llegar al final de
mandato de Cristina Fernández sin tener que encarar grandes cambios,
aunque por lo tanto también sin revertir el notorio deterioro expresado
en la caída de la actividad económica, el empleo y el consumo.
El jefe de Gabinete se manifestó esta mañana “filosófica e
ideológicamente” a favor de mantener el sin cambios el Impuesto a las
Ganancias.
En su habitual conferencia matutina, el jefe de Gabinete Jorge
Capitanich manifestó que el gobierno considera “que es filosófica e
ideológicamente necesario cobrar Impuesto a las Ganancias”.
El argumento, repetido ya varias veces por funcionarios del gobierno
nacional y por la propia Presidenta, es que Ganancias “grava la
manifestación de la capacidad contributiva. Implica que quien más gana
debe ser quien solidariamente más contribuya”. Se machaca así con la
supuesta “progresividad” del impuesto.
Sin embargo, el planteo sobre la aducida “progresividad” se cae si
analizamos la cuestión dentro de la estructura impositiva como un todo.