A seis meses de asumido Macri, el
prometido shock de felicidad parece cada vez más lejano. El club de la buena
onda sigue repitiendo que el segundo semestre la cosa va a cambiar, pero ese
futuro “ya llegó”, y los está desmintiendo. La consultora de Miguel Bein, que realiza
pronósticos con fuertes dosis de benevolencia hacia el gobierno a pesar de
haber sido asesor estrella de Daniel Scioli hasta el 22 de noviembre pasado, proyecta
que 2016 cerrará con caída del PBI de 1,9 %, inflación del 37,4 % y
déficit fiscal del 4,8 %.No sorprende entonces que Marcos Peña deba admitir que “Estamos en el
peor momento”.
Lo cierto es que la política de
shock económico que inició Macri en diciembre, dejando archivada cualquier hipótesis de
gradualismo, está enfrentando hoy los efectos generados por las medidas implementadas (que
en algunos casos serán quizás indeseados por el gobierno pero siempre enteramente
predecibles) sobre los ingresos, sobre la actividad económica, y sobre los
propios objetivos que persigue el gobierno, que son en algunos casos parcial o
totalmente contradictorios. La devaluación del peso en 50 %, la
eliminación de retenciones (reducción para la soja de 35 % a 30 %) y los tarifazos que promedian el 400 % en electricidad, gas, agua, y más de
100 % en transporte de CABA y GBA (al mismo tiempo dio vía libre para
incrementos de 35 % en combustible), son incompatibles con una meta de
inflación del 25 % (que desde el vamos nunca fue una propuesta creíble). El
ajuste cambiario conspiró también con el objetivo de los recortes de los
subsidios por el efecto que tiene sobre la importación de combustible. Y así
sucesivamente.
Obstáculos epistemológicos
El flanco más débil para el gobierno
ha sido la instalación de una “agenda social” con la discusión de la ley
“antidespidos”, que Macri vetó el viernes mientras rechaza que haya un problema
de empleo a pesar de la acumulación de estudios privados e incluso de
indicadores oficiales como la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) que elabora
Trabajo o los registros del el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que
señalan lo contrario.
La discusión parlamentaria de esta
ley vetada catalizó un malhumor vinculado al fuerte impacto de la política
oficial que afecta a la actividad y al empleo tanto como a los ingresos. Según un artículo de El cronista, sólo por los ajustes energéticos los ingresos de los hogares perderán
un 4% de poder compra en 2016, y esto contando el efecto compensatorio de
algunos anuncios en materia de impuestos y asignaciones familiares y de la
tarifa social.
La consultora Ecolatina estima que desde noviembre hasta marzo los salarios acumularon una pérdida de poder adquisitivo de 8 %, mientras que en el mismo período el “Informe de coyuntura n° 19” de Cifra el deterioro alcanzó el 12,1 %. Las negociaciones salariales paritarias, que en términos de aumento nominal efectivo (promediando el efecto que tienen las cuotas) están en niveles que se mueven entre 25 y 29 %, ya perdieron entre un tercio y la mitad de lo negociado antes de llegar a la mitad del año.
La consultora Ecolatina estima que desde noviembre hasta marzo los salarios acumularon una pérdida de poder adquisitivo de 8 %, mientras que en el mismo período el “Informe de coyuntura n° 19” de Cifra el deterioro alcanzó el 12,1 %. Las negociaciones salariales paritarias, que en términos de aumento nominal efectivo (promediando el efecto que tienen las cuotas) están en niveles que se mueven entre 25 y 29 %, ya perdieron entre un tercio y la mitad de lo negociado antes de llegar a la mitad del año.
A pesar de la buena onda que sigue
tirando el gobierno sobre el formidable cambio que vendrá con el nuevo
semestre, no hay nada que indique que se revertirá el fuerte
deterioro de acá a fin de año. Las medidas tomadas por el gobierno para ofrecer algún supuesto
alivio, como la devolución del IVA para los sectores de menores ingresos,
iniciativa de dudoso efecto ya que “devuelve” impuesto a sectores que realizan
buena parte de su consumo (hasta 90 % según algunas estimaciones) en
canales informales donde por lo tanto no se aplica IVA, y por las dudas le impone un tope de devolución mensual de
300 pesos que significa que la devolución apenas puede llegar a consumos de
hasta 2000 pesos, exponen –en el mejor de los casos– los obstáculos
epistemológicos que afronta el elenco gubernamental incluso cuando se propone
tomar medidas paliativas. En el peor de los casos muestran el cinismo de una
estrategia de comunicar como medidas “simpáticas” iniciativas de bajo impacto
real, pero que tienen el beneficio de un bajo costo fiscal (por la “devolución
de IVA el gobierno sacrificará apenas el 5 % de lo recaudado por dicho
impuesto).
Hace unas semanas el jefe de Gabinete Marcos Peña celebraba que los anuncios sociales del gobierno llegaban a la suma de 120 mil millones de pesos, pero eso equivale a la transferencia de ingresos que el gobierno generó este año sólo para las patronales agrarias. La cuenta de todos los beneficios para el empresariado generados desde diciembre varios cientos miles de millones de pesos, al lado de lo cual estos 120 mil millones de pesos es un vuelto.
Hace unas semanas el jefe de Gabinete Marcos Peña celebraba que los anuncios sociales del gobierno llegaban a la suma de 120 mil millones de pesos, pero eso equivale a la transferencia de ingresos que el gobierno generó este año sólo para las patronales agrarias. La cuenta de todos los beneficios para el empresariado generados desde diciembre varios cientos miles de millones de pesos, al lado de lo cual estos 120 mil millones de pesos es un vuelto.
Los centros de gravedad de la economía de Macri
El tardokirchnerismo buscó asegurar
un piso de crecimiento económico mediante algunas medidas de impulso al mercado
interno combinadas con una protección al mismo gracias al freno de
importaciones de que afectó casi por igual a productos terminados e insumos, y
de esta forma compensó en algo el ajuste iniciado durante el segundo mandato de
Cristina Fernández que significó un freno o caída de los ingresos de los
trabajadores según el sector de que se tratare (ver el análisis realizado en el
capítulo 8 de La economía argentina en su laberinto), y con esto pudo cerrar con el PBI
creciendo 2 % en 2015. Las medidas aplicadas por Macri lo obligan a
descartar que en este terreno pueda tener alguna buena noticia para mostrar en
los próximos meses, ya que el golpe al bolsillo de los tarifazos y el zarpazo
inflacionario alimentado por la devaluación tendrán un efecto duradero sobre el
consumo, además del deterioro del empleo que el gobierno sigue rechazando. Los
anuncios que viene haciendo el gobierno no cambian este panorama. Para las Pymes, sector más golpeado por el
deprimido mercado interno, por el agravamiento de los costos generado por los tarifazos, y
además por el impacto que tuvo la liberación de importaciones desplazando a las
producciones locales, apenas si verán algún cambio con los incentivos fiscales
y ampliación de créditos. En lo que hace a la posibilidad de pagar el IVA en 90
días, ya varias firmas del sector adelantaron que al mantenerse el esquema de
devengado con el cual se genera la obligación de pagar, no les cambia mucho la
situación (un reclamo es pasar al método del percibido, para tener que ingresar
el IVA recién cuando se cobra la factura) y por eso es probable que no sean
muchas las empresas que se acojan a este nuevo esquema.
El gobierno concentra sus
aspiraciones en otros terrenos. La apuesta al agropower y a las commodities, a
la llegada de inversiones extranjeras después de haber vuelto a ser un país “responsable”
gracias al acuerdo con los buitres, (cuyas perlas desmenuzan Lucía Ortega y Martín Schapiroen Ideas de Izquierda de mayo), al blanqueo de capitales que se
fugaron evadiendo al fisco, y a la inversión en obra pública, son los puntales
con los que Macri imagina que podrá mostrar para finales de este año una
economía nuevamente en crecimiento.
¿Qué puede esperarse de todo este
combo? Empecemos por el agro. Sin duda, el gobierno lo benefició de manera
privilegiada, cuenta además en los últimos meses con un cierto alivio por la
política de la Reserva Federal norteamericana de no continuar hasta el momento
con nuevas subas de interés, lo cual evitó una subida del dólar y permitió que
los precios de las commodities volvieran a subir, cambiando una tendencia al
deterioro que con oscilaciones se venía observando desde finales de 2013. Hay
quienes se ilusionan con el inicio de un nuevo período donde, si no hay “viento de cola” como el de los
primeros años kirchneristas, al menos haya una suave brisa favorable en el
plano internacional. Esta apuesta al agropower, ¿cómo se traduce en números de inversión? Como
analizamos en Big Bang Theory: ajuste y “relato” en
tiempos de ceocracia, tomando antecedentes de consultoras internacionales para el país y la
región, será difícil que esto represente para este año y el próximo ingrese una
suma muy superior a 4 mil millones de dólares. En términos de PBI, menos de un
0,3 % por año. Incluso estos números podrían complicarse ante la tendencia
que se viene registrando, de un peso que se valoriza frente al dólar. Esta
semana comenzó con un dólar en caída, que incluso perforó la cotización de 14
pesos, a pesar de la intervención del BCRA para sostener el valor de la divisa.
Para el campo, que esperaba un dólar alrededor de 16 ya para este año, podría
regresar a la acumulación de grano en silobolsas y frenar desembolsos de capital para el
nuevo período si no hay señales de nuevo ajuste cambiario. Demanda que el
gobierno podría defraudar, si nos guiamos por lo que dice un estudio de esta
semana de Economía & Regiones, consultora asociada al Ministro del Interior
Rogelio Frigerio, que salió a cuestionar que el peso se encuentre atrasado.
Mover el tipo de cambio nuevamente podría construir el precario edificio de la
política antiinflacionaria del gobierno, que hoy pasa básicamente por alimentar
con las tasas de interés siderales que paga el Banco Central (BCRA) para
absorber pesos (35,25 % después de la rebaja del último martes) un vuelco de capitales a la especulación,
conteniendo así la demanda del dólar. Esta ancla cambiaria (que tiene como
contracara un fuerte deterioro del déficit cuasifiscal de la autoridad
monetaria por el costo de emitir Lebac a esa tasa elevada) es la única medida
para acercarse a fines de este año a la inflación mensual por debajo de 1,5 que
trazó el gobierno como objetivo, aún al precio de enfriar la economía. La
consecuencia es que también podría enfriarse la entrada de inversiones al
agropower, y desatarse nuevas presiones sobre el tipo de cambio a pesar de las
altas tasas.
Fuera del agro, ¿qué inversiones
podrían venir considerando los números poco alentadores de la coyuntura? Desde
los despachos oficiales apuestan a lo que podríamos llamar inversiones “estratégicas”,
que fuera del deprimido panorama actual consideren la perspectiva de buenos
negocios que el gobierno imagina y quiere vender para los próximos años. De eso,
¿cuánto hay? El ministro de Producción Francisco Cabrera se atreve a ponerle
una cifra: 20 mil millones desde hoy hasta finales de 2017. Mucho de ello
serían proyectos demorados en los últimos 5 años que estaban aguardando mejores
condiciones. Pero de esa danza de números a los anuncios que se van efectivizando,
sigue habiendo una distancia. Entre lo que ya se conoce como inversiones en
marcha y lo que podría concretarse en los meses que faltan, para este año el
ingreso podría dar entre otros 5 o 6 mil millones de dólares. Con toda la
furia, los nuevos emprendimientos de capital privado esperables este año, contando el
agro, podrían llegar entonces a una suma equivalente al 1,5 % del PBI. Sin
ser desdeñable para un gobierno urgido por mostrar números alentadores, es poco
y nada al lado del desplome que genera el ajuste en curso.
No sorprende entonces que, después
de haber iniciado la gestión imaginando una lluvia de inversiones, el gabinete
de Macri esté urgido por poner en marcha la obra pública como vía para
motorizar la economía de cara a 2017. Circuló la ostentosa cifra de 220 mil
millones de pesos para este año. En dólares de hoy 15.500 millones, equivalente
a casi 3 puntos del PBI. Pero esta expectativa también nace con el globo
pinchado. En marzo-abril se habrían concretado licitaciones por 23 mil millones
de pesos, después de un primer bimestre para el olvido, con contratos
paralizados por la revisión de cuentas de la administración anterior y muchas
obras frenadas desde antes de diciembre. Cuando en cuatro meses se puso en
marcha apenas un 10 % de lo proyectado, resulta difícil esperar que se
concrete siquiera la mitad del fastuoso monto proyectado.
Blanqueamos
Así como el cierre del affaire buitres fue presentado como el
punto de inflexión después de la cual empezaría verdaderamente el gobierno de
Macri, ahora el blanqueo empieza a ser presentado, ya con menos pretensiones,
como una variable importante en la ecuación para salir del mal trago en que se
encuentra la gestión. Para darse una idea de
las imaginativas especulaciones que rondan estos momentos los despachos
oficiales basta ver cómo
lo
describe el columnista
de La Nación Carlos Pagni.
Los números que circulan llegan nada menos que a
especular con un ingreso de capitales de 50 o 60 mil millones de dólares, lo
que podría significar para el fisco 5 mil millones de dólares de recaudación. Y
esto, a pesar de los pobres resultados que registran las iniciativas previas en
este plano. De los mismos que en los últimos cuarenta años se fugaron alrededor
de 400 mil millones de dólares al exterior (lo que equivale a un tres cuartos
de la producción anual del país) el gobierno espera ahora un gesto patriótico
(aunque claro, uno que igual saldría barato con otro plan de regularización
fiscal a la medida de los evasores). No deberíamos sorprendernos sí, en medio
de las incertidumbres, que responden (avaramente) con el bolsillo.
El gobierno shockeó,
pero no puede traducir eso en el crecimiento que se había autoconvencido de que
ocurriría casi mágicamente por la llegada de los CEOs al poder. La batería de
medidas de estos meses sí mostró, que aún en caso de lograr en algún incierto
futuro semestre la prometida recuperación, con la economía pos “sinceramiento” la
felicidad seguirá siendo para unos pocos.